Hace unas semanas los medios de comunicación recogieron unas declaraciones del fundador y actual presidente de la Academia del Cine Catalán, el actor Joel Joan, que desgraciadamente no han tenido demasiado eco.
Sin embargo, las palabras del actor catalán tienen un enorme calado puesto que ponen sobre el tapete una realidad que nos aleja de la mayor parte de nuestros vecinos europeos, el tema de la proyección de los films en su versión original.
No hace falta visitar ningún país nórdico para comprobar que los productos audiovisuales importados se emiten en su versión original y con subtítulos, nuestra vecina Portugal aplica una política similar en la emisión de productos audiovisuales foráneos. Y otro tanto se podría decir de países como Alemania o Francia, que, aún valiéndose del doblaje, cuentan con una notoria mayor oferta en versión original que la ofrecida por estos lares.
De hecho, los datos hablan por sí solos si tomamos como ejemplo las principales ciudades españolas, Madrid, que cuenta con 11 cines que proyectan en versión original, y Barcelona, con un número ridículamente bajo, 5 cines.
A pesar de que estos establecimientos cuentan con más de una sala a su servicio, su oferta es insuficiente. A lo que hay que añadir que, en el caso de la Ciudad Condal, sus habitantes hemos asistido durante los últimos lustros a la desaparición paulatina de cines tan emblemáticos como el Arkadin en el barrio Gracia, la cuarta sala de los cines Alexandra en Rambla Catalunya (el Alexis), el moderno Boliche en plena Avenida de la Diagonal, el concurrido Casablanca (también situado en el barrio de Gracia y que llegó a contar con dos establecimientos multisalas) y el Rex, sito en la Gran Vía y la única gran sala dedicada exclusivamente a la versión original.
Joel Joan afirmaba, eludiendo la polémica del doblaje en catalán, que la versión original es la mejor forma de disfrutar un film, cosa con la que cualquier cinéfilo militante estaría de acuerdo. ¿Cómo apreciar sino la interpretación de un actor o actriz, en todos sus matices, sin escuchar su verdadera voz?, ¿cómo disfrutar de esos ruidos cotidianos que la cámara capta con verismo y que el doblaje, con su puro artificio, aminora o silencia?
No se puede obligar a los empresarios de las salas a que pierdan beneficios proyectando los films en un su idioma original, pero sí se puede incentivar desde la infancia el visionado sin doblaje, lo que impulsaría de paso la lectura. Fomentemos una igualdad entre europeos mesurada por un rasero cultural y educativo y no meramente económico.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices acerca de la voz como parte del trabajo total de un autor, y que perdemos algo absolutamente esencial con el doblaje. Sin embargo, no se trata de un problema de aquí, ni mucho menos. He vivido dos años en Alemania, donde fuera de la capital es prácticamente imposible per cine en versión original, e incluso en Berlín y Hamburgo la mayoría de cines doblan. La televisión hace lo mismo. Es cierto que existe el canal franco-alemán Arte, pero es una excepción. Es un verdadero desastre, y el modelo de espectador que crea también. Ahora mismo estoy trabajando en Inglaterra y aparece otro problema: se exporta ridículamente poco de países anglófonos y no hay demasiada industria ni de doblaje ni de subtitulado.
ResponderEliminarPor cierto, ¿sigue cerrado el Meliès? Lo único que faltaba era el incendio lol. Un saludo.
Hola Guillem,
ResponderEliminarRespondiendo a tu pregunta, lamento comentarte que los Mèlies siguen cerrados. Así que ya puedes imaginar el panorama que tenemos.
Saludos
Siempre recuerdo el día que decidí no volver a un cine de los de "arte y ensayo", tardaron poco en desaparecer.
ResponderEliminarLa última tomadura de pelo, en mi opinión, que sufrí: Muerte en Venecia, con sus tres protagonistas: italiana, inglés y sueco, por no considerar otras menudencias en el reparto.
¿Son conscientes de la cantidad de actores doblados en las versiones originales?. Es una práctica común desde hace muchos años.
Respondiendo a su pregunta, le diré que sí, ciertamente, existen films doblados en su propia versión original. El caso más notorio que aquí tenemos es el de José Luís Garci, pero al menos los actores se doblan a sí mismos, lo cual no implica una impostura tal como escuchar a Marlon Brando hablando castellano.
ResponderEliminarPor supuesto que hay excepciones, seguramente sabrá del bochorno que le produjo a Andie MacDowell saber que su acento del sur había sido preceptivamente ocultado por su compatriota Glenn Close.
De todas maneras, los films se suelen filmar sin después doblarlos. Piense que esto encarece mucho el producto final.
Saludos
Totalment d'acord!
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