29 de enero de 2016

El Investigador Cultural propone hoy a...BCN en Horas de Oficina





El Investigador Cultural presta esta semana su atención a la labor realizada por el blog BCN en Horas de Oficina, un espacio dedicado a la difusión de las actividades culturales llevadas a cabo en la Ciudad Condal y a la reseña de otras actividades similares en otros lugares del mundo.

BCN en Horas de Oficina es un proyecto gestionado por Conxita Piñero y Clàudia Martínez y en la actualidad es miembro de Barcelona Travel Bloggers, Barcelonasfera.cat, paperblog y Bloguzz.

El blog se articula en torno a cuatro ejes:

Barcelona. Espacio dedicado en exclusiva a la Ciudad Condal y su historia. Se subdivide en las siguientes temáticas:




Agendas de viaje. Apartado volcado en la cultura de otros países y organizado en:



Magazine. Sección informativa sobre todo lo que pasa en la Barcelona más cultural:



Sociedad. Espacio dedicado al protocolo.

BCN en Horas de Oficina cuenta, además, con una notable presencia en las redes sociales:

Facebook 
Twitter   
Isntagram   
Youtube  

Animándoos, como siempre hacemos, a que consultéis los enlaces proporcionados, nos despedimos hasta el próximo viernes.



¡Buen fin de semana cultural!



26 de enero de 2016

Cooltureta


Cubierta del cómic.
Fuente: http://modernadepueblo.com/ 

Sumamente utilizado hace unos años, el término gafapasta sirve para denominar a los miembros de un grupo social con fuertes señas identitarias, su pasión por expresiones artísticas y culturales minoritarias –y, por ende, su desprecio absoluto hacia la cultura de masas presidida por la televisión basura- y un atuendo en el que las grandes gafas con montura de pasta –preferiblemente de color negro y de la marca RayBan- se constituyen como su mayor rasgo distintivo.

El inexorable paso del tiempo ha impelido que el término haya empezado a caer en un cierto desuso, cediendo el paso al más anglosajón de hípster cultural, aunque ambas palabras engloben a una misma comunidad que, con cariño, desprecio e, incluso, envidia muchos han tachado de culturetas.

Con un look en permanente evolución, que sigue privilegiando el uso de las lentes de grandes dimensiones y que, en los últimos tiempos, incluye un vestuario vintage aparentemente descuidado –holgadas camisetas unisex, pantalones estrechos y calzado cómodo-, los miembros de la comunidad hípster se caracterizan, además, por ser unos apasionados de los dispositivos móviles de última generación y, en algunos casos, por su absoluta dependencia de las redes sociales.

Jugando con los términos cool y cultureta, Moderna del Pueblo –nombre tras el que se esconde Raquel Córcoles-, publicó hace dos años Cooltureta, una novela gráfica que narra las vicisitudes de un hípster en ciernes tras mudarse al barrio de sus sueños, un área en la que puede, sin necesidad de recorrer media ciudad,  disfrutar de la oferta cultural más interesante y, además, conocer a gente con gustos, en un principio, afines a los suyos.

Narrada de manera lineal, aunque con algunas digresiones –vía sueños y ensueños del protagonista-, Cooltureta resulta más entrañable que incisiva en su aproximación a los miembros de una tribu social –si es que puede denominarse así a un grupo tan heterogéneo en gustos culturales como homogéneo en su atuendo- en constante evolución. De hecho, el protagonista, aun narcisista en muchos momentos y demasiado dado a fantasear con los más manidos clichés, puede llegar a despertar simpatía entre los lectores, especialmente aquéllos con los que comparta gustos afines.

Cubierta del cómic. 
Fuente: http://modernadepueblo.com/ 

Todo ello no impide que la autora lance, de manera consciente, algunos dardos envenenados vía escenas perfectamente ejecutadas –tanto desde el punto narrativo como el visual-, en las que ataca el esnobismo y la pretenciosidad de algunos autodenominados artistas que, con escasos o nulos conocimientos pero dotados de enorme soberbia, no dudan en tachar de ignorantes a todos aquellos que no caigan rendidos ante sus más que cuestionables obras artísticas.

Divertida en su desarrollo y exposición, salpicada con bromas y guiños que los culturetas sabrán identificar fácilmente –baste citar la propia portada en la que se alude a la cuestionable diferencia entre cómic y novela gráfica o la excelente escena que remite a uno de los pasajes más aplaudidos de Ciudadano Kane-, Cooltureta resulta, sin embargo, previsible en su tramo final, con un mensaje sumamente manido y ciertamente cuestionable. A pesar de ello, su lectura no desagradará a los lectores habituales de novela gráfica, especialmente aquellos que se identifican con la comunidad social a la que quiere pertenecer el protagonista de la historia.



22 de enero de 2016

El Investigador Cultural propone hoy a...Croma Cultura





Tras un merecido descanso, El Investigador Cultural regresa para seguir descubriéndoos nuevas iniciativas que promueven y difunden la cultura, como Croma Cultura, el proyecto seleccionado de la semana.

Croma Cultura es una organización sin ánimo de lucro integrada por profesionales procedentes del mundo de la museología, de la gestión y difusión del patrimonio y del turismo cultural.

El proyecto, absolutamente volcado pues en la difusión del patrimonio histórico, artístico y cultural, persigue los siguientes objetivos, incluidos en el apartado Nosotros de su página web:

  • Promover y dar mayor visibilidad a la creación plástica actual.
  • Difundir el conocimiento y poner en valor la cultura.
  • Mejorar el acceso a museos, monumentos, y otros sitios de interés patrimonial, siendo el fin último la accesibilidad universal a la educación y la cultura.
  • Fomentar el respeto al medio ambiente y el desarrollo sostenible.
  • Incentivar el empleo de calidad dentro del sector cultural, estimulando la participación del sector público y privado en proyectos culturales.
  • Impulsar proyectos de investigación relacionados con la museología, la historia, la historia del arte, la arqueología, el patrimonio, y las humanidades en general, para que la creatividad se materialice en innovación, favoreciendo así la experimentación y la cultura emprendedora.
  • Mejorar los vínculos entre las Comunidades Autónomas, fomentar las relaciones internacionales y difundir el patrimonio y la cultura española para potenciar el turismo cultural de calidad como modelo de desarrollo económico y, sobre todo, social.
  • Fomentar el debate, la reflexión y el espíritu crítico para promover el intercambio y enriquecimiento científico y cultural, a través de una participación real, directa y dinámica propia de la sociedad del conocimiento.
En pos de la consecución de estos objetivos, Croma Cultura lleva a cabo acciones formativas –cursos y talleres-, organiza exposiciones, publica libros, y diseña y ejecuta actividades y eventos centrados en el turismo cultural –vía visitas guiadas.


La página web del proyecto se estructura, por otra parte, en las siguientes secciones: 

Arte   
Cultura   
Museos   
Otros   
Patrimonio   
Recursos   
    
Como no podía ser menos, Croma Cultura está muy presente en la Web 2.0 a través de:

Blog   
Twitter   
Youtube   
Woices 

Esperando que los enlaces proporcionados sean de vuestro interés, nos despedimos hasta el próximo viernes.


¡FELIZ FIN DE SEMANA CULTURAL!



19 de enero de 2016

Macbeth


Cártel
Fuente de inspiración inagotable para muchos artistas, la atemporal obra del dramaturgo británico William Shakespeare ha sido llevada a la gran pantalla en innumerables ocasiones. Por sus innegables aciertos cinematográficos, algunas de esas traslaciones fílmicas pueden ya considerarse clásicos del Séptimo Arte.

Muy posiblemente, Hamlet y Macbeth sean los trabajos más afamados del dramaturgo británico. Macbeth, de hecho, ha inspirado a cineastas tan ilustres como Orson Welles, Akira Kurosawa y Roman Polanski y sus primeras adaptaciones a la gran pantalla datan de la era del cine silente –la primera versión reconocida de la pieza teatral firmada por Shakespeare fue rodada en 1908.

El rodaje de una nueva versión por parte de Justin Kurzel, un director australiano con una, hasta ahora, corta trayectoria profesional, no parecía anticipar una obra tan excelsa como la presente, capaz de conseguir algo, a priori, casi imposible, trasladar el clásico shakesperiano a la gran pantalla despojándolo del estatismo teatral del que pecan muchas de las anteriores adaptaciones y ofrecer además un espectáculo visual sorprendente e innovador, capaz de atrapar al espectador desde los primeros minutos del metraje, con escenas tan inolvidables como la que da inicio al film, en la que se muestra, en un primer plano enmarcado en una paleta cromática de apagados colores, el cadáver de un bebé momentos antes de ser incinerado.

Las expectativas creadas ante tan logrado momento fílmico no merman ni un ápice a lo largo de todo el largometraje, pues Kurzel consigue sumir al espectador en un mundo casi onírico y, a la vez, inquietantemente real. Para ello se vale de una narración cinematográfica absolutamente envolvente, articulada en torno a un ritmo sostenido, apoyada en una excelente fotografía y en un no menor excelente uso del color y de los paisajes escoceses –tan importantes en la obra shakesperiana e, inevitablemente, tan ausentes en su puesta en escena, tanto teatral como, en la mayor parte de las veces, cinematográfica-, y una cuidadísima coreografía de las batallas en espacios abiertos –que, con un acertado uso de la cámara lenta, regala escenas que podrían calificarse de puros lienzos vivos, dignos de figurar en un espacio museístico.


Sin embargo, a pesar de ser una obra tan netamente visual, Macbeth consigue, gracias a una fiel, que no plúmbea, adaptación del texto literario, plasmar y desarrollar con rigor la compleja trama urdida por el dramaturgo británico, una historia atemporal en la que sus principales protagonistas, aun sedientos de poder, esclavos de su codicia y capaces de los más viles actos, todavía, en contados momentos, pueden mostrarse clementes e, incluso, resignados ante un sino funesto, cuando no sucumbir, ahogados por la culpa de los crímenes cometidos, a la más insidiosa locura.

Protagonizada por un sólido reparto, Macbeth brinda la oportunidad a Marion Cotillard y Michael Fassbender de lucirse en sus respectivos papeles, la primera haciendo gala de una gran corrección interpretativa –sustentada en una perfecta declamación con un acento netamente británico- y el primero mostrando, una vez más, ese poderío interpretativo que lo confirma como el mejor actor de su generación.

Auténtica joya cinematográfica, Macbeth difícilmente decepcionará al más militante de los cinéfilos ni tampoco al más entregado amante de la obra shakesperiana; por ello, no podemos menos que recomendar su visionado. 



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