28 de abril de 2015

Guía visual de la Editorial Bruguera (1940-1986). Un retorno a la infancia


Cubierta del libro
Uno de nuestros más imperecederos recuerdos de la infancia se remonta al día en el que el cartero trajo a casa varias cajas –la memoria no nos alcanza para precisar el número- rebosantes de libros, una selección de títulos que nuestro padre, lector impenitente y empedernido, había encargado días antes con el firme propósito de que sus hijas se iniciaran en el apasionante mundo de la lectura lo más temprano posible y además lo hicieran de la mano de los grandes clásicos que él, desde muy niño, había devorado con fruición y arañando horas al sueño.

Tanto aquellos libros de vistosas portadas como la colección dedicada a Los Pitufos, que pocos años después engrosaría las estanterías de una casa atestada de libros, tenían como denominador común la hoy desaparecida Editorial Bruguera.

El paso inexorable del tiempo no ha erosionado la grata memoria de aquellos días en los visitáramos el poblado de aquellos personajillos azules vestidos de blanco, nos sumergiéramos en el fascinante mundo surgido de la mente de Jules Verne, riéramos a carcajadas con el fino humor de Jerome K. Jerome o con el más patrio de Mortadelo y Filemón, o nos trasladáramos al sur de Estados Unidos acompañados por Mark Twain. Por todo ello, cuando la más pura serendipia llevó a una de las autoras de este blog a dar con la Guía visual de la Editorial Bruguera (1940-1986), una obra editada hace ya una década, no nos cupo la menor duda de que, aun sin todavía haberla leído, aquélla sería protagonista de nuestras secciones de Literatura y Cómic.

Los personajes de Bruguera. Ediciones B

Diseñada por Tino Regueira y editada por Glénat, esta magnífica obra visual, en cuanto exhaustivo repaso de la historia de la malograda editorial, se articula cronológicamente y con un formato que remite a las viñetas de los antiguos tebeos, lo que brinda una oportunidad única a sus lectores para recordar o descubrir la fascinante trayectoria de Bruguera. Además, y aunque el título remita a 1940, año en el que la editorial adoptase el nombre con que el pasaría a la historia, los creadores del presente volumen también han incluido material gráfico anterior a esa fecha para recordar el origen de Bruguera, la pequeña editorial El Gato Negro, fundada en 1910 por Juan Bruguera Teixidó y cuyo nombre daría pie al inolvidable logo de su heredera.

Nostálgicos y curiosos hallarán en esta cuidada edición semanarios tan famosos como Pulgarcito –e, incluso, su efímera versión catalana, Cigronet-, las revistas Tío Vivo o DDT, portadas de aquellas novelas que, firmadas por autores clásicos, solían ir acompañadas de ilustraciones o extractos de numerosas publicaciones de historietas –la Colección Olé, por ejemplo-, amén de personajes de fama imperecedera, como, entre muchos otros, Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape o importados como Los Pitufos, Tintín, Heidi, la Abeja Maya, superhéroes como Batman o Superman y un larguísimo etcétera.

Logotipo de la serie de tebeos Mortadelo y Filemón. Autor: Snert

La obra de Regueira resulta, además, sumamente interesante por mostrar cómo Bruguera apostó decididamente por la innovación, valiéndose siempre del método de ensayo y error, lo que la llevaría a convertirse en la editorial más importante del país, con una librería de su propiedad, sucursales y delegaciones en varios países sudamericanos y, lo más importante, una red de distribución propia y perfectamente coordinada que anuló casi por completo a la competencia.

Sin embargo, a pesar de su aparente solidez, aquel emporio editorial acabó desmoronándose estrepitosamente, cuando, acuciada por los numerosos litigios interpuestos por sus trabajadores, Bruguera cerró sus puertas en 1986.

Por todo lo que antecede, la Guía visual de la Editorial Bruguera (1940-1986) se constituye como una obra de imprescindible adquisición para todos aquellos que aún añoramos aquellos tebeos y libros de vivos colores que dieron alas a nuestra fantasía y que hoy, auténticas piezas de coleccionista, son, por derecho propio, parte del legado cultural de este país.

Para finalizar, os dejamos un enlace con el reportaje que TVE dedicara al centenario del nacimiento de la editorial.



    ¿Te acuerdas? - 100 años de la Editorial Bruguera





24 de abril de 2015

El Investigador Cultural propone hoy a...Proyecto "The Juliet Letters"





El Investigador Cultural presta esta semana su atención a The Juliet Letters, un interesantísimo proyecto musical gestado y puesto en marcha por el colectivo Q-Art Ensemble.

The Juliet Letters es una adaptación al español de la obra homónima creada por Elvis Costello y Brodsky Quartet. El álbum musical, que contiene 17 canciones para voz y cuarteto de cuerda, se compone de cartas –las letras de las canciones- escritas a un remitente imaginario, Juliet o Julieta Capuleto, en alusión directa a uno de los personajes de la tragedia amorosa más famosa de todos los tiempos, Romeo y Julieta de William Shakespeare.

Para llevar a cabo esa adaptación al español del trabajo de Costello y Brodsky Quartet se ha contado con un equipo de profesionales de reconocida trayectoria, como los integrantes del cuarteto Q-Art Ensemble y el actor y cantante  Ángel RuizEl proyecto, por otra parte, cuenta con el beneplácito de Michael Thomas, fundador del propio Brodsky Quartet y arreglista de la partitura The Juliet Letters.

The Juliet Letters, además y como sus propios creadores señalan, se nutre de influencias de la música clásica, de tendencias actuales, del género del teatro musical encabezado por Stephen Sondheim y, por supuesto, del propio Elvis Costello.

Como muestra, aquí os dejamos un enlace con la canción "Jacksons, Monk & Rowe"


The Juliet Letters. Ángel Ruiz & Q-Art Ensemble


Para poder conocer mejor este proyecto y a quienes lo han hecho posible, sus creadores, aquí  os dejamos también algunos enlaces dignos de interés:
Animándoos, como siempre, a consultar las fuentes proporcionadas, nos despedimos hasta el próximo viernes, cuando regresaremos con otro nuevo e interesante proyecto cultural.



¡Feliz fin de semana!



21 de abril de 2015

El último lobo. Un film absolutamente espectacular



Basada en Wolf Totem, la novela de tintes autobiográficos que el escritor chino Lü Jiamin escribiera en 2004 bajo el pseudónimo de Jiang Rong –y que, desde su publicación, se ha convertido en uno de los libros más leídos, vendidos e, inevitablemente, más pirateados en China-, El último lobo narra las peripecias de un joven estudiante que, a finales de la década de los sesenta de la pasada centuria, en plena Revolución Cultural, marchará a un remoto poblado en el interior de Mongolia con el objetivo de conocer de cerca la vida rural y, a su vez, contribuir a la alfabetización de un poblado de pastores.

Aquella experiencia acabaría derivando, no obstante, en un auténtico desastre ecológico cuando, a instancias de las directrices del gobierno chino, los funcionarios de la región ordenaron la aniquilación total de la manada de lobos que, durante siglos, había habitado aquella región de pastores. El resultado de política tan errónea como salvajemente aplicada por funcionarios ávidos de riqueza, nula moralidad e insondable ignorancia tuvo como consecuencia la ruptura de la cadena alimentaria y, por ende, la gestación de la hambruna a la que hubo de hacer frente no sólo la población nómada, sino los nuevos asentamientos de campesinos incentivados por el gobierno, amén de diezmar casi en su totalidad –a excepción del lobo al que hace alusión el título- la subespecie del lobo mongol, que fue y es una suerte de entidad totémica para los pastores mongoles, amén de todo un símbolo nacional en el país de Gengis Kan, artífice de uno de los imperios, el mongol, más extenso de la historia.


Si bien una historia como ésta, con un final sumamente previsible desde los primeros minutos de metraje y con un fuerte componente ejemplarizante en su planteamiento, podría hacer recelar a más de un espectador, sus sobresalientes aciertos justifican el precio cada vez más prohibitivo, por estos lares, de una entrada de cine.

En esos logros ha incidido no poco el largo proceso de preproducción que ha dado pie a la inclusión en el film de fantásticas localizaciones, captadas con primor y verismo por una excelente fotografía -que en muchos momentos del metraje remite al cine documental-, y a las logradísimas escenas protagonizadas por animales. A ello habría que añadir aciertos indiscutibles como la composición de una fantástica banda sonora y un montaje no menos sobresaliente, capaz de aunar a la perfección las más trepidantes y duras escenas con aquéllas otras en las que la belleza arrolladora de las estepas de Mongolia sobrecoge al espectador, toda vez que remite a la propia esencia del cine, el valor indiscutible, fascinante y, en muchos momentos, casi hipnótico de la imagen en movimiento, capaz de hacer reír, llorar y, en definitiva, emocionar al espectador sin necesidad de que medie palabra alguna.

Entre esos aciertos destaca, además, la presencia de un plantel de actores capaces de regalar algunas interpretaciones para el recuerdo, a pesar de la linealidad de los personajes a los que deben dar vida, protagonistas secundarios en un film en el que las auténticas estrellas son los lobos de Mongolia, por los que Jean-Jacques Annaud siente una admiración tan profunda como los propios habitantes de aquel remoto país asiático.



Desde el punto de vista argumental, cabría señalar, por otra parte, el sombrío retrato que se ofrece del ser humano –el más dañino, sin duda, de los seres que habitan el planeta- y la denuncia, si bien tibia, de los excesos cometidos por el régimen comunista, algo que no deja de sorprender tratándose de una producción netamente financianda en China.

Film, en definitiva, espectacular visualmente, trufado de numerosas escenas memorables que, por sí solas, justifican su visionado en la pantalla grande, El último lobo resulta una experiencia cinéfila fascinante que ningún amante del Séptimo Arte debería perderse.



17 de abril de 2015

El Investigador Cultural propone hoy a...Veo Arte en Todas Partes




El Investigador Cultural centra esta semana su atención en un muy interesante proyecto, Veo Arte en Todas Partes, una iniciativa cultural gestada en 2009 y que, volcada por completo en la difusión de la cultura y el arte, se ha convertido en todo un referente para los profesionales formados en esos campos.

Concebida como una plataforma –online- de difusión cultural independiente sobre arte y museos, Veo Arte en Todas Partes está coordinada y gestionada por un equipo integrado por Nuria García y Rocío Lancho, dos profesionales procedentes del campo de la historia del arte, el patrimonio y la museología con una larga trayectoria y una amplia formación.

El detalle de los objetivos que impelen el funcionamiento de esta plataforma queda reseñado en el blog de esta iniciativa:

  • Aproximar al público a cuestiones sobre arte, museos y patrimonio mediante la publicación de materiales multimedia y el fomento del dialogo.
  • Aportar nuevos puntos de vista fomentando el intercambio de ideas sobre artistas reconocidos por la historia del arte.
  • Apoyar la creación artística y a los artistas independientemente de su reconocimiento internacional y disciplina.
  • Establecer lazos con las instituciones y empresas del sector cultural (como son museos, archivos y bibliotecas).
Para poder llevar a cabo estos objetivos, las gestoras de Veo Arte por Todas Partes se valen de la Web 2.0 y de las redes sociales. Cada una de estas vías de comunicación sigue, además, diferentes directrices para mantener y atraer a su público:

  • Blog. Se constituye como la carta de presentación de la plataforma y el lugar en el que puede hallarse toda la información relativa al proyecto y a los trabajos realizados hasta la fecha. Se estructura para ello en cuatro apartados: Unas líneas…Firmas invitadasTeletipo de arte , Participa Prensa.
  • Twitter. Espacio de diálogo dedicado a las noticias relacionadas con la temática de la plataforma.
  • Flicrk. Lugar destinado a los amantes de la fotografía, ya sean aficionados o profesionales.
  • Facebook. Espacio concebido para la publicación de noticias y en el que se promueve la participación e interactuación entre sus seguidores.
  • Youtube. Canal con una selección de interesante material videográfico.
Veo Arte por Todas Partes ha desarrollado desde su propia génesis –y sigue desarrollando- diferentes proyectos participativos –que pueden consultarse en su blog- y ha colaborado, y colabora, con diferentes instituciones y empresas. De entre esos proyectos, no podemos dejar de destacar la iniciativa de Arte y un Café, centrada en la relación cada vez más estrecha entre la Web 2.0 y el arte y en la tuvimos el privilegio de participar el pasado año.

Os animamos, como siempre, a que echéis un vistazo a los enlaces proporcionados y a que también leáis la entrevista que Ubuntu Cultural –otro de nuestros investigados culturales- realizara a Nuria García, fundadora y directora de la plataforma.


¡Feliz fin de semana cultural!



14 de abril de 2015

El Museu del cinema. Una visita imprescindible




Enclavado en la ciudad de Girona, el singular Museu del Cinema abrió por primera vez sus puertas hace casi dos décadas. Pocos años antes, el ayuntamiento de la localidad gerundense había adquirido la impresionante colección que integra la mayor parte de su fondo museístico. Su artífice, Tomàs Mallol, cineasta amateur perdidamente enamorado del Séptimo Arte, había empleado, con verdadera pasión y no poco tesón, más de treinta años de su vida en reunir todas las piezas de tan importante conjunto.




La innegable relevancia del Museu del Cinema –único en España, por cierto, en su género y uno de los más importantes espacios expositivos en Europa especializados en el mundo del cine-, no sólo radica en esa magnífica colección permanente –compuesta por accesorios, fotografías, material publicitario, grabados, carteles y, sobre todo, aparatos tan interesantes como la cámara oscura o el cine NIC-, sino por su excelente diseño expositivo e interactivo que sumerge al visitante en un apasionante recorrido que, integrando también piezas provenientes de la donación del fondo de Pompeu Pascual i Coris, muestra la evolución del Séptimo Arte, desde sus más remotos orígenes –en los que la idea de la imagen en movimiento se constituía como un sueño difícilmente alcanzable- hasta la irrupción de la pequeña pantalla en la mayoría de los hogares, que en el caso de España resultó mucho más tardía que en los países de su más inmediato entorno.

Tan fascinante recorrido se inicia en la planta baja, en una sala oscura en la que se proyecta un corto que muestra, en sus escasos siete minutos, la pasión que el ser humano siempre ha sentido por la imagen y, especialmente, por la imagen en movimiento, lo que en las pasadas centurias daría pie a la invención de mil y un artilugios y aparatos, antecesores más o menos inmediatos del cinematógrafo.




Concluido ese vídeo, el visitante podrá recorrer todas las salas del museo, empezando por la planta número tres, a la que se accede a través del ascensor anexo a la sala de proyecciones, e ir bajando hasta la primera planta. Finalmente, en la que da acceso a la calle, podrá hallar una tienda bien surtida de toda suerte de artículos relacionados con el mundo del cine y una sala de exposiciones temporales. Quien, por cierto, acuda al museo por estas fechas podrá visitar –hasta el próximo 31 de mayo- la exposición albergada en esta última sala y dedicada al fotógrafo Terry O’Neill y a su trabajo durante las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo, cuando inmortalizó con su cámara a celebridades entonces tan conocidas como Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor o Romy Schneider.

Dado que, por otra parte, el mayor cometido de este museo radica en la difusión del cine, habría que destacar su más que interesante oferta educativa –concebida para distintos públicos, segmentados por edad, y estructurada en torno a diversos talleres y actividades- y su importante biblioteca y videoteca, a lo que habría que añadir la sabia decisión de sus gestores por servir toda la información vertida, tanto en el museo como en su página web, en cuatro idiomas, catalán, castellano, francés e inglés.




Por si todo ello no fuera suficiente para animar a los lectores a visitar este magnífico museo, cabría también apuntar que este espacio cultural no sólo es único por su contenido, sino por su propio continente, pues el Museu del Cinema se halla albergado por un edificio incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Catalunya.

Visita imprescindible, en definitiva, para cualquier enamorado del Séptimo Arte, el Museu del Cinema difícilmente dejará impasible a ningún visitante. Para quienes Girona se halle lejos, sin embargo, siempre les queda la opción de emprender una visita virtual, accesible a través de la web del museo y que permite hacerse una idea de la valía de su contenido y de un diseño expositivo que, de no ser por algunos fallos –como códigos QR que remiten a la siempre odiosa página web con el aviso 404-, podría calificarse de excelso.



10 de abril de 2015

El Investigador Cultural propone hoy a...Fieber Festival Berlin


Después un breve y, creemos, merecido descanso, El Investigador Cultural regresa con renovadas energías para presentar otra muy interesante iniciativa cultural, el 3er Festival Independiente de Artistas Iberoamericanas en Berlín o el Fieber Festival Berlín, un proyecto sin ánimo de lucro que tiene como principal misión la promoción de artistas iberoamericanas que residan o acaben de llegar a Berlín.

Los principales objetivos de tan original y necesaria iniciativa quedan, de hecho, enunciados en su página web (¿Qué es el Fieber?):

  • Divulgación, promoción y reconocimiento del trabajo de las artistas Iberoamericanas residentes en Berlín, en las distintas áreas: Artes Visuales, Artes Plásticas, Literatura, Teatro, Video arte, Performance, Música, entre otros.
  • Queremos asegurar un lugar a las artistas Iberoamericanas en la escena artística berlinesa y que durante el festival estas sean las protagonistas. Queremos posicionar a las artistas participantes tanto online como offline y acercar el trabajo de las artistas a un público amplio y diverso.
  • El Fieber Festival, busca construir un espacio de sinergia, creatividad y solidaridad entre las artistas participantes, que a su vez son migrantes. Enriquecer y hacer nuestro aporte a la rica y amplia escena artística berlinesa con nuestra presencia y reafirmarnos en ella.
La financiación del Fieber Festival es posible gracias a la microfinanciación, traducida en la donación de, como mínimo un euro, de cualquier persona interesada en el proyecto o vía patrocinio. En esta edición, por ejemplo, parte de la financiación del festival ha sido posible gracias a la creación del calendario 2015, confeccionado por artistas iberoamericanas que ya participaron en las pasadas ediciones y que ha servido para promover y apoyar la campaña de crowdfunding llevada a cabo en las redes sociales gracias al hashtag #VIVAELFIEBER. Os dejamos a continuación el vídeo de presentación para esta campaña de crowdfunding:





Este año la celebración del festival tendrá lugar entre los días del 28, 29, 30 y 31 de mayo de 2015, finalizando la convocatoria de participación el próximo 15 de abril

Como no podía ser menos, el Fieber Festival se halla muy presente en la Web 2.0 a través de sus perfiles en las principales redes sociales:

Facebook  
Twitter  

Animándoos como siempre a consultar los enlaces proporcionados, nos despedimos hasta el próximo viernes.

¡Feliz fin de semana cultural!



7 de abril de 2015

A la sombra del árbol violeta. Un deslavazado relato coral



Si bien criada en Estados Unidos –país en el que se graduaría en Literatura Comparada por la prestigiosa Universidad de Berkeley- y en la actualidad residente en Italia, la escritora iraní Sahar Delijani jamás ha olvidado la tierra donde pasara buena parte de su infancia. En ese afianzamiento de sus más añejos recuerdos ha tenido un destacado peso, como ella misma ha apuntado, su propia historia familiar, especialmente la de sus progenitores, quienes, opositores al régimen instaurado en Irán tras la caída del sah, emprendieron el camino del exilio sin retorno tras ser liberados de la prisión en la que fueron confinados durante meses por su ideario político.

No resulta por ello extraño que Delijani, nacida precisamente en una cárcel de Teherán –la tristemente famosa prisión de Evin-, acudiera a los relatos narrados por familiares y amigos para sumergirse en la redacción de su primera novela, A la sombra del árbol violeta, un debut literario muy celebrado por la crítica y ya publicado en una treintena de países.


Narrada en tercera persona y articulada en torno a un ritmo pausado y sostenido y una prosa depurada y elegante, A la sombra del árbol violeta se constituye como una magnífica oportunidad para acercarse a la historia reciente de Irán y, especialmente, a dos momentos históricos que, si bien acaecidos con dos décadas de diferencia, guardan enormes paralelismos, las detenciones en masa perpetradas por los autodenominados guardianes de la fe a finales de la década de los ochenta del pasado siglo –y que condujeron a la muerte y a fosas comunes a cientos de ciudadanos torturados en prisión y después condenados en juicios sumarísimos- y la más reciente y, como la propia Delijani apunta, sutil represión del régimen para con los miles de opositores que tomaron las calles de las principales ciudades del país para protestar contra el resultado de unas elecciones, las de 2009, que tacharon de fraude.

Recurriendo al uso de numerosos saltos temporales y haciendo alarde de una clara vocación de rigor histórico –no cabe duda que Delijani no sólo se ha valido de recuerdos propios y familiares, sino de bibliografía especializada y, sobre todo, de los medios de prensa-, la autora iraní consigue retrotraer al lector en el tiempo y acercarlo, sin rendirse al más desaforado dramatismo, a aquellos convulsos momentos que impregnaron las vidas de sus protagonistas de dolor, añoranza, pérdida, incomprensión o amargura, pero también de la fuerza irreductible de la esperanza.

A pesar, sin embargo, de tan indiscutibles logros, A la sombra del árbol violeta se ve irremisiblemente lastrada por un uso excesivo de flashbacks, que no sólo dispersan la atención del lector, sino que propician que el desarrollo de la historia acabe derivando en un relato sumamente deslavazado, con demasiadas subtramas –muchas de ellas inconclusas- y demasiados personajes –construidos, algunos de ellos, a grandes trazos, carentes de una suficiente profundidad psicológica y, por ende, bordeando el más puro y consabido estereotipo-, lo que, inevitablemente, acaba diluyendo el gran interés suscitado en las primeras páginas de una novela que se prometía a la altura de otras tan próximas en el tiempo, el espacio y la temática como la reciente y exquisita El libro de mi destino.

Sea como fuere, A la sombra del árbol violeta reúne los suficientes requisitos como para resultar valiosa a los lectores amantes de la historia, especialmente aquéllos interesados en el devenir de un país tan complejo y fascinante como Irán. 



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