Enclavado en la ciudad de Girona, el singular Museu del Cinema abrió por primera vez sus puertas hace casi dos décadas. Pocos años antes, el ayuntamiento de la localidad gerundense había adquirido la impresionante colección que integra la mayor parte de su fondo museístico. Su artífice, Tomàs Mallol, cineasta amateur perdidamente enamorado del Séptimo Arte, había empleado, con verdadera pasión y no poco tesón, más de treinta años de su vida en reunir todas las piezas de tan importante conjunto.
Tan fascinante recorrido se inicia en la planta baja, en una sala oscura en la que se proyecta un corto que muestra, en sus escasos siete minutos, la pasión que el ser humano siempre ha sentido por la imagen y, especialmente, por la imagen en movimiento, lo que en las pasadas centurias daría pie a la invención de mil y un artilugios y aparatos, antecesores más o menos inmediatos del cinematógrafo.
Concluido ese vídeo, el visitante podrá recorrer todas las salas del museo, empezando por la planta número tres, a la que se accede a través del ascensor anexo a la sala de proyecciones, e ir bajando hasta la primera planta. Finalmente, en la que da acceso a la calle, podrá hallar una tienda bien surtida de toda suerte de artículos relacionados con el mundo del cine y una sala de exposiciones temporales. Quien, por cierto, acuda al museo por estas fechas podrá visitar –hasta el próximo 31 de mayo- la exposición albergada en esta última sala y dedicada al fotógrafo Terry O’Neill y a su trabajo durante las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo, cuando inmortalizó con su cámara a celebridades entonces tan conocidas como Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor o Romy Schneider.
Dado que, por otra parte, el mayor cometido de este museo radica en la difusión del cine, habría que destacar su más que interesante oferta educativa –concebida para distintos públicos, segmentados por edad, y estructurada en torno a diversos talleres y actividades- y su importante biblioteca y videoteca, a lo que habría que añadir la sabia decisión de sus gestores por servir toda la información vertida, tanto en el museo como en su página web, en cuatro idiomas, catalán, castellano, francés e inglés.
Por si todo ello no fuera suficiente para animar a los lectores a visitar este magnífico museo, cabría también apuntar que este espacio cultural no sólo es único por su contenido, sino por su propio continente, pues el Museu del Cinema se halla albergado por un edificio incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Catalunya.
Visita imprescindible, en definitiva, para cualquier enamorado del Séptimo Arte, el Museu del Cinema difícilmente dejará impasible a ningún visitante. Para quienes Girona se halle lejos, sin embargo, siempre les queda la opción de emprender una visita virtual, accesible a través de la web del museo y que permite hacerse una idea de la valía de su contenido y de un diseño expositivo que, de no ser por algunos fallos –como códigos QR que remiten a la siempre odiosa página web con el aviso 404-, podría calificarse de excelso.
0 comentaris:
Publicar un comentario
Lea la Política de Privacidad http://unmundocultura.blogspot.com.es/p/politica-de-privacidad.html