31 de mayo de 2019

Habitación en Amaliegade (1829)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor danés Wilhelm Bendz (1804-1832).

Artista prolífico, Bendz dejó para la posteridad un importante legado a pesar de que una enfermedad pulmonar acabaría con su vida con tan sólo 28 años de edad.

Perteneciente a la llamada Edad de Oro de la Pintura Danesa y alumno de la prestigiosa Real Academia Danesa de Arte, Bendz fue un pintor de un virtuosismo extraordinario como queda constancia en obras como Habitación en Amaliegade (1829), hoy en poder de la Colección Hirschsprung.

¡Feliz viernes! 



30 de mayo de 2019

La novena ola (1850)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos al pintor ruso Iván Aivazovski (1817-1900).

Alumno de la Real Academia de las Artes de San Peterburgo, Aivazovski dedicó varios años de su vida a recorrer diversos países europeos. A su regreso, y ya convertido en un reputado pintor, acabaría ingresando como académico en la prestigiosa institución en la que se había formado.

La novena ola (1850) es una de las más representativas obras de una carrera volcada, en gran parte, en la pintura paisajística de corte realista. En la actualidad, el precioso cuadro se encuentra en el Museo Estatal Ruso.

¡Feliz jueves! 


29 de mayo de 2019

Juego de tronos. Final fallido



Fuente: Wikipedia

La pasada semana concluía, tras ocho temporadas, una de las series más aclamadas de todos los tiempos, Juego de tronos. Su desenlace, sin embargo, y sus últimos seis capítulos han sido criticados de manera implacable, casi cainita, por una parte considerable de las legiones de fans que se agrupan a lo largo y ancho del mundo, hasta el punto de haberse recogido firmas para que los creadores de la serie rehicieran la última temporada y ofrecieran a los espectadores un final distinto.


Tráiler del último episodio de la serie

Si bien es cierto que una serie tan dilatada en el tiempo, casi una década, ¡nada menos!, y con un volumen tal de seguidores no podía tener un desenlace que satisficiera a todo el mundo por igual –¿cuántas series, de hecho, no han decepcionado con sus conclusiones a sus fans? ¿alguien recuerda las reacciones ante el final de Lost?–, el peor error de los creadores de Juego de Tronos en su última temporada ha radicado en no saber mantener los aciertos que hicieran de ella una serie de culto.

Más allá de su formato épico, sustentado en la magnificencia fílmica de buena parte de su metraje, en sus cuidadas y bien ejecutadas escenas de batallas o en sus efectos especiales, utilizados, a la sazón, en su justa medida, Juego de Tronos resultó deslumbrante durante siete temporadas por su práctica ausencia de contenido de relleno –ese que hace que los hilos argumentales se multipliquen ad aeternum sin más fin que el de rentabilizar el producto mediante su alargamiento en el tiempo– y, sobre todo, por su ritmo narrativo, sus elaboradas tramas y subtramas y, especialmente, por sus trabajadísimos diálogos, que consiguieron dotar a los personajes, principales y secundarios, con una hondura psicológica que trascendía la pantalla.

Sin traicionar por completo la esencia de la serie, la octava temporada carece del esplendor fílmico presente en los 67 anteriores capítulos, si bien sí nos ha regalado para la posteridad escenas de una belleza cinematográfica incuestionable. 

A pesar de esto último, en la última entrega de Juego de Tronos se echa enormemente de menos el tono narrativo que imperara en la séptima temporada, magnificente y épica y, muy posiblemente, la mejor de la serie. En este último tramo, lamentablemente, se constata un incomprensible apresuramiento por finalizar la historia, que no sólo rompe su ritmo narrativo, sino que acelera acontecimientos que deberían haberse tratado de una forma muy distinta para que encajaran con la complejidad de unos personajes que nunca fueron planos, sino, por el contrario, sumamente complejos y sujetos, como todo ser humano, a una evolución asociada al paso de los años y a acontecimientos vitales de especial relevancia.

Ese empecinamiento por finalizar en pocos capítulos una historia sumamente elaborada y cuidada en sus más mínimos detalles afecta sobremanera a uno de sus principales protagonistas, Daenerys Targaryen. No resulta en absoluto descabellado que la hija del rey loco acabe heredando el ansia de venganza de su progenitor, pero sí que lo haga de forma tan acelerada, lo que le resta credibilidad a la historia y nos lleva a preguntarnos qué hubiera pasado si los creadores hubiesen dividido la trama de estos seis capítulos en dos temporadas o, en su defecto, hubieran apostado por capítulos más largos, como ya pasara en la séptima temporada de la serie.

Mención aparte merece que dos líneas argumentales tan interesantes como el origen y posible destino de Jon Snow y el papel de los caminantes blancos, auténticos Macguffins de toda la serie, tengan un desenlace que desentona por completo con lo que se había apuntado no sólo en las temporadas anteriores, sino en los propios teasers y tráilers de la última entrega.


Uno de los teasers de la octava temporada

Tampoco cabría olvidar que, en relación con este último punto, especialmente el relacionado con los misteriosos caminantes blancos, que fue el leif motiv de la penúltima temporada, queden tantos interrogantes sin responder.

Final fallido, si bien no totalmente malogrado, el desenlace de Juego de Tronos desmerece el conjunto de una historia que, por sus muchos aciertos e imaginación desbordante, se constituye como una de las mejores series jamás rodadas. Afortunadamente, sin embargo, ahora que el creador de la serie, George R. R. Martin, ha afirmado que su historia finalizará de forma distinta en su último libro, siempre nos queda la esperanza de que podamos resarcirnos de semejante decepción.


28 de mayo de 2019

Tour del Gato Negro de Rodolphe Salis (1896)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor, diseñador y litógrafo suizo Théophile Alexandre Steinlen (1859-1923).

Como muchos otros artistas de su tiempo, también Steinlen escogería París como lugar de residencia y fuente de inspiración para su trabajo. Fue, de hecho, en la Ciudad de la Luz donde se haría con un nombre y donde facturaría la mayor parte de su obra.

Entre los muchos trabajos de Steinlen, destaca especialmente uno de sus más famosos carteles publicitarios, Tour del Gato Negro de Rodolphe Salis (1896), destinado a promocionar el famoso cabaret en el que se daban cita los más importantes artistas de la París del siglo XIX. 

La obra se halla hoy en poder del Zimmerli Art Museum en Estados Unidos. 

¡Feliz martes! 




27 de mayo de 2019

En las carreras (1892)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos la semana de la mano del pintor austríaco Franz Dvorak (1862-1927).

Estudiante de la Academia de Bellas Artes de Viena, Dvorak, como gran parte de los artistas de su generación, viajó a París en busca de inspiración. Su estancia en la Ciudad de la Luz fue, sin embargo, breve, siendo Estados Unidos el país en el que pasaría gran parte de su vida y en el que alcanzaría su mayor reconocimiento.

Su obra, de corte realista, se halla, en buena parte, repartida en diversas colecciones privadas. En las carreras (1892) no se constituye como una excepción y, desgraciadamente, no puede contemplarse en museo alguno.

¡Feliz lunes! 


26 de mayo de 2019

La hora del desayuno (1887)


Fuente: Wikipedia

Dedicamos el último día de la semana a la pintora sueca Hanna Hirsch-Pauli (1864-1940).

Amiga de la también pintora Eva Bonnier, con la que compartiría estudio durante su estancia de dos años en París, Hirsch-Pauli prefirió el realismo al impresionismo. Muchos de sus trabajos, no obstante, habrían de reunir características de ambas corrientes artísticas.

Su más famosa obra, La hora del desayuno, realizada en 1887, está considerada, sin embargo, como impresionista por el espacio museístico en el que se halla albergada, el Nationalmuseum de Estocolmo.

¡Feliz domingo! 




25 de mayo de 2019

Estudio de movimiento (1925)


Fuente: Wikipedia

La imagen del día la dedicamos hoy al fotógrafo checo Rudolf Koppitz (1884-1936).

Artista de referencia en la Viena del período de entreguerras, Koppitz se adscribió a la corriente del Jugendstil –el modernismo alemán– y centró su atención en la figura humana, el eje motor de su carrera.

Su trabajo más recordado y alabado es, sin duda, Estudio de movimiento, fotografía realizada en 1925 y uno de los mejores ejemplos de su savoir faire con las formas y los delicados matices de luces y sombras.

¡Feliz sábado! 


24 de mayo de 2019

El beso a la madre (1899)


Fuente: Wikipedia

Nuestro post del día lo dedicamos hoy al pintor francés Eugène Carrière (1849-1906).

Amigo de Rodin, Carrière logró hacerse en vida con cierto reconocimiento, llegando a influir en pintores hoy consagrados como Matisse o Picasso.

El beso a la madre (1899) es una de sus más representativas obras, no sólo por su temática –la maternidad–, sino por su pincelada, brumosa y oscura, el mayor rasgo distintivo de la producción artística de Carrièrre. La obra se halla en poder del Museo Pushkin, en Moscú.

¡Feliz viernes! 


23 de mayo de 2019

Mujer con sombrilla (1891)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor francés Louis Anquetin (1861-1932).

Creador junto con Émile Bernard del cloisonismo –un estilo de pintura postimpresionista en el que primaba el uso de colores planos y contornos perfectamente delimitados–, Antequin gozó durante un tiempo de un gran éxito, un reconocimiento que empezó a mostrársele esquivo cuando el artista francés optó por emplear la técnica de los pintores clásicos.

Mujer con sombrilla, realizada en 1891, pertenece a la primera etapa de Antequin y es, sin duda, uno de sus más conocidos trabajos, aunque no pueda contemplarse en museo alguno, pues forma parte de una colección privada.

¡Feliz jueves! 


22 de mayo de 2019

Todas las noches de un día



Tras una intensa gira por España, que se iniciara en marzo del pasado año, y precedida por el aplauso del público y de la crítica allá por donde ha recalado, el pasado 8 de mayo llegaba por fin a la Ciudad Condal la obra teatral Todas las noches de un día.

Protagonizada únicamente por Carmelo Gómez y Ana Torrent y dirigida por Luis Luque, esta pieza teatral parte de un texto escrito por el dramaturgo Alberto Conejero que, inspirado a su vez en una obra de Federico García Lorca, Doña Rosita la soltera, resultó ganador en el III Certamen para textos teatrales de la AAT por su exquisito uso y sutileza del lenguaje, su intensa fuerza poética y su recreación de una atmósfera irreal, casi onírica y con un punto inquietante e incluso perturbador en más de un momento.

El texto de Conejero se inicia con la visita de la policía a Samuel, un jardinero solitario y reservado que pasa la mayor parte del tiempo en un viejo invernadero, propiedad de Silvia, una mujer que desapareció sin dejar rastro y de la que nada se ha sabido desde entonces. 


A pesar de ese arranque narrativo, Todas las noches de un día no es, sin embargo, un thriller al uso, aunque juegue con maestría con todos los recursos del género. Por el contrario, es una intensa reflexión sobre temas atemporales, como la incapacidad para amar aun deseándolo fervientemente, el paso inexorable del tiempo –presente y pasado, cual dos caras de una misma moneda, se alternan, de hecho, a lo largo de toda la obra–, la imposibilidad de sanar algunas heridas o el peso insondable de la soledad. 

Si Todas las noches de un día resulta excelsa se debe no sólo al hecho de que parte de un texto excepcional, sino a la combinación de muchos elementos que, por sí solos, ya convierten a esta pieza teatral en una obra de obligado consumo para los amantes de las artes escénicas. Entre esos elementos destaca, por supuesto, la dirección de Luis Luque, que sabe combinar a la perfección los elementos más atrayentes del género negro con la delicadeza poética inherente a todo el texto, logrando un pulso narrativo que mantiene al espectador anclado a su butaca durante toda la puesta en escena. A lo que habría que añadir, además, la pericia del director escénico en la combinación, sin estridencias, del lenguaje teatral más clásico con el más contemporáneo.

Destaca también el excelente trabajo de Monica Boromello con su recreación de un único espacio escénico, un invernadero con tintes románticos y aire decadente y con una influencia marcadamente modernista; la iluminación de Juan Gómez-Cornejo, que consigue transportar al espectador a diversos momentos de la vida de los protagonistas mediante el uso de diferentes tonalidades lumínicas; el vestuario de Almudena Rodríguez, con un punto rústico para el introvertido Samuel y sofisticado para la vivaz Silvia; o la composición musical original de Luis Miguel Cobo, que también incluye éxitos de la música italiana de hace varias décadas.

Todas las noches de un día sería, no obstante, una obra muy diferente de no mediar el concurso de dos actores absolutamente excepcionales, Carmelo Gómez y Ana Torrent. Su increíble, perturbadora, tierna, intensa y complejísima actuación consigue penetrar el alma de dos personajes opuestos pero complementarios en sus grandezas y miserias, dotando cada uno de sus gestos con la justa medida para hacer partícipe al público de la complejidad de sus sentimientos y adaptándose sin aparente esfuerzo, como sólo los grandes intérpretes pueden hacerlo, a un texto no lineal, cargado de silencios ominosos, en el que pasado y presente, realidad, recuerdos y deseo se mezclan con suma sutileza.

Todas las noches de un día estará en el Teatre Goya hasta el próximo día 9 de junio. Las entradas podéis adquirirlas en el siguiente enlace. Si tenéis la oportunidad, ¡os recomendamos, encarecidamente, no perderos esta obra maestra!

¡Feliz miércoles!




21 de mayo de 2019

Noche de verano, Riverside Drive (1909)


Fuente: Wikipedia

Nuestro post del día lo dedicamos hoy al pintor estadounidense George Bellows (1882-1925).

Recordado como el más aclamado artista de su generación, Bellows destacó en el mundo del arte por sus paisajes, sus escenas de la Primera Guerra Mundial, pero, sobre todo, por su retrato de Nueva York y sus gentes y, especialmente, sus escenas de boxeo.

Si bien aclamado en vida, Bellows no se libró de las inevitables críticas, especialmente por sus tendencias políticas y su crudo retrato de algunas escenas bélicas. Ello no ha impedido, no obstante, que gran parte de su obra se halle actualmente en poder de algunos de los más importantes museos estadounidenses. Su bonita Noche de verano, Riverside Drive (1909), por ejemplo, se encuentra en el Columbus Museum of Art.

¡Feliz martes! 


20 de mayo de 2019

Un momento de descanso (1885)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos la semana con el pintor e ilustrador norteamericano John White Alexander (1856-1915).

Artista precoz, White Alexander empezó a trabajar, con tan sólo 18 años, en la revista Harper’s Weekly, donde ejerció como caricaturista político e ilustrador. A esa etapa seguiría otra en la que se formaría como pintor en diversos países europeos.

A su regreso a Estados Unidos, White Alexander alcanzó un gran reconocimiento por parte de crítica y público, lo que ha comportado que en la actualidad su obra se halle repartida en importantes espacios museísticos. Su preciosa Un momento de descanso (1885) no se encuentra, sin embargo, en ningún museo, sino que forma parte de una colección privada.

¡Feliz lunes! 


19 de mayo de 2019

El tercer hombre (1949)



Finalizamos la semana recordando uno de los mejores films de todos los tiempos, El tercer hombre (1949).

Dirigida por el director británico Carol Reed a partir de un guion de su compatriota, el escritor Graham Greene, El tercer hombre cuenta con un reparto estelar –encabezado por monstruos de la interpretación como Orson Welles y Joseph Cotten– y una banda sonora inolvidable firmada por el músico austríaco Anton Karas.

Como todo clásico del Séptimo Arte, El tercer hombre cuenta con un sinfín de fotogramas que, por derecho propio, merecerían pender de las paredes de un museo. Buen ejemplo de ello sería la imagen que ilustra este post. 

¡Feliz domingo! 



18 de mayo de 2019

El primer beso de Adán y Eva (1891)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el fin de semana de la mano del pintor gaditano Salvador Viniegra (1862-1915).

Al contrario que otros muchos artistas, Viniegra tuvo la fortuna de ser reconocido en vida, llegando a ser un pintor no solamente popular en España, sino en Europa, donde su trabajo se expondría en más de una ocasión.

El primer beso de Adán y Eva (1891), una de sus más reconocidas obras, fue realizada durante su etapa italiana y hoy forma del Museo del Prado.

¡Feliz sábado! 


17 de mayo de 2019

Muecas y miserias: los saltimbanquis (1888)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor francés de origen español Fernand Pelez (1848-1913).

Sobrino, hermano e hijo de pintores, Pelez se inició como pintor a muy temprana edad. Su estilo, fuertemente academicista en un primer momento, fue evolucionando hasta adscribirse al naturalismo.

Durante muchos años olvidada, la obra de Pelez está hoy siendo objeto de reconocimiento, especialmente por su retrato de los más desfavorecidos, excluidos e incomprendidos de la sociedad de su tiempo, como las gentes del circo, protagonistas, por cierto, de su más famosa obra, Muecas y miserias: los saltimbanquis, realizada en 1888 y hoy se halla en el Musée du Petit Palais.

PD: Os recomendamos hacer click en la imagen para poder observarla en su magnífica riqueza de detalles.

¡Feliz viernes!



16 de mayo de 2019

Figura recostada (1908)


Fuente: Wikipedia

Empezamos el día con el pintor y dibujante barcelonés Isidre Nonell (1872-1911).

A contracorriente de su tiempo, Nonell siempre se mostró sumamente crítico con la burguesía –en cuyo seno se había criado–, siendo los más desfavorecidos de la sociedad –desde vagabundos a prostitutas, pasando por enfermos aquejados de cretinismo– los principales protagonistas de sus obras.

Figura recostada (1908) no muestra a ninguno de los personajes favoritos de su autor, pero sí es fiel testimonio de su estilo, fuertemente marcado por el impresionismo. La obra puede contemplarse en el magnífico Museu Nacional d’Art de Catalunya.

¡Feliz jueves! 


15 de mayo de 2019

Plataformas audiovisuales de contenidos online


Quedan ya lejos aquellos tiempos en los que, para ver una serie o una película, los espectadores debían esperar pacientemente a que alguna cadena de televisión consiguiese los derechos y, a partir de ahí, armarse de valor para una ingesta masiva y forzosa de anuncios publicitarios. Hasta no hace demasiado tiempo, la única forma de evitar esa espera, y esa indeseada exposición a los reclamos comerciales, consistía en hacerse con un DVD o un Blu-ray con el film o serie objeto de deseo. Sin embargo, esta opción no siempre daba respuesta a aquellos cinéfilos que buscaban títulos muy concretos, especialmente en el campo de las series.

La irrupción en el mercado de las plataformas con contenidos en streaming ha incidido negativamente en el volumen de ventas de productos audiovisuales en formatos físicos y, además, está abocando a la televisión tradicional a reinventarse y a apostar más decididamente por una mayor producción de contenido propio e, incluso, a crear sus plataformas en las que se sirva ese contenido.

Actualmente, los amantes del cine y las series en España cuentan con diversas plataformas digitales, entre las que destacan las tres que siguen a continuación y que, en estricto orden alfabético, presentamos mediante unas breves pinceladas.

Fuente: Wikipedia

FILMIN. Es la plataforma preferida por la mayor parte de los cinéfilos militantes. Y no es para menos, pues su cuidado catálogo cuenta con un buen número de largometrajes independientes y también clásicos del Séptimo Arte, amén de series emblemáticas y por las que no pasa el tiempo –como Yo, Claudio– e interesantes documentales –entre los que destacan los protagonizados por la historiadora británica Mary Beard, autora de La civilización en la mirada.

Lo mejor: indudablemente, su fondo; sus criterios de clasificación de diferentes títulos, englobados en secciones tan sugerentes como Colección Nuevo Cine Griego, Colección Segunda Guerra Mundial o Colección Sin Censura.

Lo peor: el funcionamiento de la plataforma es mejorable –urge contar con subtítulos en inglés para aquellas obras de habla inglesa; la versión básica obliga al usuario a pagar buena parte de los largometrajes más interesantes de la colección.

Fuente: Wikipedia

HBO. Su fondo se nutre de títulos mayoritariamente comerciales y de habla inglesa. Sin embargo, cuenta con algunas de las series más relevantes de los últimos tiempos y documentales de muy variada temática y galardonados en algunos casos.

Lo mejor: sus series, desde las aclamadas Juego de Tronos, El cuento de la criada, Mad Men, o True Detective, pasando por joyas no tan conocidas como Feud o La amiga estupenda.

Lo peor: el funcionamiento de la plataforma requiere mejoras; su catálogo cinematográfico no está a la altura de sus series, si bien cuenta con clásicos, como la siempre inquietante ¿Qué fue de Baby Jane?

Y, bueno o malo, según se mire, está el hecho de que HBO apueste por la entrega semanal de capítulos de sus nuevas series, algo que parece responder más a una estrategia comercial, pues el período de prueba, un mes, se queda corto para visionar series que, en su mayor parte, cuentan con una media de 8 a 10 capítulos por temporada.

Fuente: Wikipedia

NETFLIX. Es, muy posiblemente, la plataforma con un fondo más extenso. Entre sus títulos destacan series aclamadas por crítica y público –Black Mirror, por ejemplo–, numerosas series europeas y procedentes de otros países –como la reciente Delhi Crime o la muy interesante Pablo Escobar: El patrón del mal–, clásicos de la pequeña pantalla –Friends–, y numerosos documentales –muchos de ellos premiados. Por otra parte, y si bien su fondo cinematográfico no contiene un gran volumen de largometrajes recientes –en este aspecto, FILMIN la aventaja–, en esta plataforma pueden hallarse títulos como la premiada Roma de Alfonso Cuarón o A ciegas, de Susanne Bier, ambos producidos por NETFLIX, pues, al igual que HBO, también se ha decantado por la producción de contenidos audiovisuales.

Lo mejor: su extenso fondo; su variedad; el excelente funcionamiento de su plataforma –NETFLIX es la única que permite avanzar y retroceder en la reproducción de contenidos por intervalos de diez segundos y ofrece al espectador la selección de diversos idiomas en el apartado del subtitulado.

Lo peor: se echa de menos una mayor apuesta por los títulos independientes en el apartado de los largometrajes cinematográficos.


14 de mayo de 2019

Desnudos (Mujeres jugando al corro) (1916-1918)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos al pintor santanderino Francisco Iturrino (1864-1924).

Admirador de Pierre-Auguste Renoir y amigo de Pablo Picasso y Henri Matisse, Iturrino, como tantos otros pintores de su generación, también acudiría a París en busca de inspiración.

Considerado como uno de los máximos exponentes del fovismo en España, Iturrino dotó a su obra con vivos colores, decantándose en numerosas ocasiones por mostrar desnudo el cuerpo de las protagonistas de sus cuadros. Desnudos (Mujeres jugando al corro) (1916-1918) es una de sus más representativas obras y hoy puede contemplarse en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

¡Feliz martes! 


13 de mayo de 2019

Carnaval en Roma (1881)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos la semana con el pintor valenciano José Benlliure (1855-1937).

Artista precoz, Benlliure fue admitido, con sólo 14 años, en la Escuela de San Carlos. Una década más tarde, sería enviado a Roma para proseguir sus estudios.

Importante testimonio de toda una época, su legado, de corte costumbrista y religioso, también incluye trabajos inspirados en la Ciudad Eterna, como Carnaval en Roma (1881), hoy en poder del Museo Carmen Thyssen en Málaga.

¡Feliz lunes! 


12 de mayo de 2019

El banquete


Fuente: Wikipedia

Finalizamos la semana con el pintor alemán Heinrich Breling (1849-1914).

Formado como pintor a cargo de artistas sobresalientes, Breling no tardaría en destacar y convertirse en profesor de la Academia de Bellas Artes de Múnich. Un año después, sería nombrado pintor de cámara por Luís II de Baviera, más conocido como El rey loco.

A pesar de que en sus últimos años, ya retirado de la vida cortesana, Breling se decantó hacia el impresionismo, sus obras más reconocidas pertenecen a su primera etapa como pintor. Entre ellas destaca El banquete (sin fecha de realización conocida), que hoy forma parte de una colección privada y de la que existe otra versión muy parecida y también firmada por Breling.

¡Feliz domingo! 


11 de mayo de 2019

Desnudo reclinado con los brazos cruzados detrás de la cabeza (1917)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el fin de semana con el pintor italiano Amadeo Modigliani (1884-1920).

Bohemio, dado a los excesos, residente en París, pobre como una rata, enfermo… Modigliani reunió en vida todos los ingredientes del artista atormentado y, siguiendo la estela de los que le precedieron en ese papel, falleció joven y sin haber saboreado las mieles del éxito.

Desnudo reclinado con los brazos cruzados detrás de la cabeza (1917) no se constituye como una excepción y, como gran parte de su obra, no fue valorada por la sociedad de su tiempo. Hoy, reconocida como uno de sus mejores trabajos, se halla en poder del Metropolitan Museum of Art.

¡Feliz sábado! 


10 de mayo de 2019

Las mujeres de Anfisa (1887)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor holandés, nacionalizado británico, Sir Lawrence Alma-Tadema (1836-1912).

Casado con la pintora Laura Theresa Alma-Tadema (1852-1909), a quien dedicáramos nuestro post del pasado martes, Alma-Tadema fue un pintor de un extraordinario virtuosismo que logró convertirse en uno de los más célebres artistas de su tiempo.

Adscrito a la corriente del neoclasicismo, Alma-Tadema halló en la antigüedad clásica su fuente de inspiración. Las mujeres de Anfisa (1887) bebe de esa temática y hoy puede verse en el Clark Art Institute, en Estados Unidos.

¡Feliz viernes! 


9 de mayo de 2019

El cosechador (1901)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos al fotógrafo alemán Nicola Perscheid (1864-1930).

Al no disponer de los suficientes medios económicos, Perscheid no pudo ver cumplido su sueño de convertirse en pintor. Tal circunstancia, lejos de socavar sus veleidades artísticas, le impelió a formarse como fotógrafo, una profesión en la que destacaría, aunque no le sustraería de las estrecheces económicas que le acompañaron toda su vida.

Su legado, de indiscutible valor, no se reduce solamente a su prolífica obra, sino a la invención de unas lentes bautizadas con su nombre y concebidas para realizar un ligero desenfoque. 

El cosechador es un fotograbado realizado en 1901 que se beneficia de ese efecto y que hoy se encuentra en poder del Kupferstich-Kabinett (Dresde, Alemania).

¡Feliz jueves! 


8 de mayo de 2019

La civilización en la mirada



Hace escasas semanas, se publicaba en España La civilización en la mirada, un excelente ensayo que ahonda en el concepto de civilización y en el papel que el arte ha jugado en su concepción y desarrollo a lo largo de los siglos y en las más diversas latitudes geográficas.

La obra, muy amena en su lectura y alejada por completo de ese oscurantismo académico que tiñe buena parte de los ensayos que se destinan al gran público, viene firmada por la historiadora Mary Beard, profesora en la prestigiosa Universidad de Cambridge y figura célebre en su país de origen, el Reino Unido. Ese reconocimiento, que ya traspasa fronteras, se debe no sólo a los numerosos reconocimientos y galardones obtenidos por Beard en las últimas décadas –Fellow of the Society of Antiquaries en 2005, Premio de Historia Wolfson en 2009, Medalla Bodley, otorgada por la Biblioteca Bodleniana de la Universidad de Oxford en 2013, Premio Princesa de Asturias 2016, Doctora Honoris Causa por la Universidad Carlos III de Madrid en 2017–, sino por su intensa actividad fuera de las aulas, ya que Beard es además columnista en The Times y autora del blog A Don's Life.

Sin embargo, si esta catedrática de Cambridge ha conseguido llegar a ser conocida entre el gran público ha sido, sin duda, por el éxito de algunos de sus libros –auténticos bestsellers, como SPQR: Una historia de la Antigua Roma, El triunfo romano o Pompeya– y, sobre todo, por su participación en documentales emblemáticos de la televisión pública británica, entre los que destacan Pompeii: Life and Death in a Roman Town (2010), Meet the Romans with Mary Beard (2012) y Pompeii: New Secrets Revealed with Mary Beard (2016) –Filmin, por cierto, ofrece en su plataforma algunos de los trabajos de la historiadora británica para la televisión.

El pasado año, Beard se embarcó, junto a los reconocidos eruditos Simon Schama y David Olusoga, en un nuevo proyecto, el documental Civilizations, heredero de una serie documental de nombre casi idéntico, Civilization, presentada por Kenneth Clark allá por 1969. La civilización en la mirada parte pues de ese trabajo audiovisual, aunque su lectura sea completamente independiente, no siendo necesario visionar previamente el documental para degustar al máximo la exquisita pluma de Beard, quien, como buena parte de los más afamados historiadores británicos, es, además, una excelente narradora.

Suerte de homenaje al mundo del arte en su sentido más amplio, que no sólo reivindica el papel del propio artista, sino el de los destinatarios de sus obras, La civilización en la mirada se estructura en torno a dos importantes ejes: el cuerpo humano y la dificultad de la representación de lo divino a lo largo del tiempo y del espacio.

Como todo buen trabajo académico, la obra de Beard no sólo plantea numerosos interrogantes, sino que resulta reveladora en no pocos aspectos, entre los que destaca la importancia de la percepción ante una obra de arte, una percepción en absoluto ajena al bagaje cultural de quien la contemple y al paso del tiempo transcurrido desde que la pieza artística fuera realizada. Esa diferente aproximación a obras artísticas procedentes de espacios y tiempos diversos marcará, de forma indeleble, la propia percepción ante civilizaciones propias y ajenas. Baste pensar, simplemente –y éste es un punto en el que Beard incide especialmente–, en cómo el mundo clásico ha influido, y sigue influyendo, en la concepción del arte occidental.

Obra exquisita en presentación y contenido, La civilización en la mirada es, en definitiva, uno de esos trabajos que todo amante del arte y la historia debería tener en un estante de su biblioteca.





7 de mayo de 2019

Rayo de sol


Fuente: Wikipedia

Finalizamos la semana con la pintora británica Laura Theresa Alma-Tadema (1852-1909).

Esposa del también pintor Lawrence Alma-Tadema, del que fuera alumna, Laura Theresa destacó por méritos propios en su profesión.

Su obra, fuertemente influenciada por la pintura flamenca del siglo XVII, no ha logrado hacerse, sin embargo, con el gran reconocimiento con el que sí cuenta el legado dejado por su esposo. Aun así, la valía de Laura Theresa como pintora es indiscutible, tal y como prueba, por ejemplo, Rayo de sol, sin fecha de realización conocida y perteneciente en la actualidad a una colección privada.

¡Feliz martes! 



6 de mayo de 2019

Rodolfo Valentino



Fuente: Wikipedia

Tal día como hoy, en 1895, nacía uno de los galanes más famosos de todos los tiempos, el actor Rodolfo Valentino (1895-1926).

Nacido en Italia, Valentino se forjaría como actor en Estados Unidos, llegando a convertirse en una de las estrellas más rutilantes del cine mudo, hasta el punto de que su prematura muerte condujo al suicidio a algunas de sus más fervientes admiradoras.

En la fotografía que hoy hemos escogido en su recuerdo, Valentino aparece junto a la que fuera su segunda esposa, la polifacética Natacha Rambova.

¡Feliz lunes! 


5 de mayo de 2019

La escalera, Whittington Court, Gloucestershire


Fuente: Wikipedia

El último post de la semana lo dedicamos a la pintora e ilustradora británica Helen Allingham (1848-1926).

Artista de vocación precoz, Allingham se inició muy joven como ilustradora, realizando trabajos para varios periódicos, libros infantiles y novelas, entre las que destacan algunas del escritor Thomas Hardy.

Tras su matrimonio con el poeta irlandés William Allingham, se dedicó de lleno a la pintura a la acuarela. A esa segunda etapa pertenece La escalera, Whittington Court, Gloucestershire, que, sin fecha de realización conocida, forma parte de una colección privada.

¡Feliz domingo! 


4 de mayo de 2019

La sultana favorita


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el fin de semana con el pintor Étienne Jeaurat (1699-1789).

Discípulo del que fuera uno de los directores de la Académie de France en Roma, Nicolas Vleughels, Jeaurat consiguió convertirse en vida en un reconocido y respetado pintor y, por ende, en miembro de la prestigiosa Académie Royale, donde llegó a ejercer como profesor y rector.

Entre su legado, repartido en importantes museos, destaca La sultana favorita, obra sin fecha de realización conocida, que hoy puede contemplarse en el Museo de Pera en Turquía.

¡Feliz sábado! 


3 de mayo de 2019

El rapto de Dejanira por el centauro Neso (1755)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor francés Louis-Jean François Lagrenée (1724-1805).

Discípulo del otrora célebre Charles André Van Loo, Lagranée también consiguió convertirse en vida en un aclamado y respetado pintor, que acabaría formando parte de la prestigiosa Académie Royale y convirtiéndose en director de la Académie de France en Roma, ciudad en la que viviría durante más de un lustro.

El rapto de Dejanira por el centauro Neso (1755) –basada en el célebre relato mitológico– no sólo es la más conocida obra de Lagrenée –y la que propició su entrada en la Académie Royale–, sino un ejemplo de sus extraordinarias dotes como pintor. En la actualidad, el cuadro puede contemplarse en el Museo del Louvre.

¡Feliz viernes! 


2 de mayo de 2019

Tête à tête (1743)


Fuente: Wikipedia

Hoy dedicamos nuestro post del día al pintor, grabador e ilustrador británico William Hogarth (1697-1762).

Si bien sus inicios en la pintura no fueron afortunados –pues su estilo, adscrito al realismo, no era del gusto de un público acostumbrado a los cuadros rococó, servidos por artistas, en su mayoría, extranjeros–, Hogarth no sólo logró hacerse un nombre en la Inglaterra de su tiempo, sino pasar a la historia por ser pionero en la realización de pinturas seriadas.

Toda la obra de Hogarth está teñida, además, por un fuerte componente satírico, como atestigua Tête à tête (1743), perteneciente a su colección Mariage à la mode y que hoy puede contemplarse en la espléndida National Gallery.

¡Feliz jueves! 


1 de mayo de 2019

La amiga estupenda



Hace menos de una década, concretamente en 2011, se publicaba el primer volumen de la tetralogía de Dos amigas, un éxito editorial incuestionable que lleva vendidos más de treinta millones de ejemplares en todo el mundo. El secreto de la popularidad de esta obra, que se halla alejadísima del best seller al uso, cabe hallarlo, sin duda, en la concepción y desarrollo de una narración muy elaborada y en la fuerza de unos personajes cuyo retrato, dotado de un profundo calado psicológico, parece surgido de la pluma de alguno de los grandes maestros de la literatura universal. Y es ahí precisamente, en la autoría de esta tetralogía, donde reside también parte de su éxito, pues se desconoce quién se esconde realmente tras el nombre de Elena Ferrante, aunque en los últimos años se hayan apuntado un sinfín de variadas teorías.

La amiga estupenda, primer volumen de esta historia de amistad entre dos mujeres a lo largo de seis décadas, ya cuenta con su preceptiva adaptación audiovisual, aunque, signo de los nuevos tiempos, esa traslación no ha sido llevada a la gran pantalla, sino a la pequeña, vía una de las más importantes plataformas de contenido visual en streaming, HBO, que también ha participado en su producción junto a cinco productoras italianas –entre las que destaca la RAI–, diversos organismos públicos italianos y la ayuda del MEDIA Programme of the European Union.


El estreno mundial de esta miniserie tuvo lugar durante la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, donde obtuvo una muy buena acogida por parte de la crítica y del público, precediendo su enorme éxito en Italia, donde ha batido récords de audiencia, y su nominación a los Critics Choice Awards.

Sumamente fiel a su original literario, La amiga estupenda ha contado con la dirección del cineasta Saverio Costanzo, quien, durante todo el proceso de producción, estuvo en estrecho contacto, vía e-mail, con la propia Ferrante, que supervisó celosamente la elaboración del guion.

La serie, ambiciosa en su concepción y producción, se estructura en torno a ocho capítulos en los que se narran los primeros años de amistad entre Lenú y Lila, dos niñas nacidas en el seno de familias muy humildes asentadas en Luzzatti, un barrio en el extrarradio de Nápoles, durante los años posteriores a la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

Entre los mayores aciertos de esta producción italiana, que ya ha sido vendida a 56 países, destaca la recreación de ese Nápoles de la posguerra, una ciudad teñida de gris y sacudida por la lucha de clases, la miseria y la soterrada presencia de la mafia. Para ello se ha contado con un holgado presupuesto que ha permitido la construcción de unos decorados cuidados al detalle y para los que se construyeron más de una decena de apartamentos, diversos sets de interiores, un túnel y hasta una iglesia. Ese afán de realismo se vio secundado, además, por la utilización de numerosos objetos originales y un cuidadísimo vestuario, a lo que habría que añadir también la apuesta por el uso del napolitano en detrimento del italiano, lo que ha dotado aún más de realismo, si cabe, a esta primera adaptación televisiva de la obra de Ferrante.

Ahora bien, todo ello quedaría reducido a un vistoso envoltorio de no mediar el concurso de un reparto absolutamente excepcional en el que destacan especialmente las cuatro actrices que dan vida, durante la infancia y la adolescencia, a Lenú (Elisa del Genio y Margherita Mazzucco)  y Lila (Ludovica Nasti y Gaia Girace), una elección acertadísima a la que, difícilmente, ningún lector de la novela podrá poner reparo alguno. 

Por supuesto, la serie también cuenta con sus detractores, que la tachan de lenta, de un excesivo celo al original literario o de un uso reiterado de la voz en off, recurso éste que, a priori, suele lastrar en demasía casi cualquier adaptación cinematográfica de un original literario, pero que en esta ocasión, sin embargo, no sólo se constituye como una excepción a la regla, sino que resulta sumamente acertado para penetrar en los sentimientos de unos personajes presentados con suma sutileza por su autora a lo largo de todas las páginas de su obra.

Impecable y exquisita en su factura, La amiga estupenda es realmente, y valga la redundancia, una serie estupenda, un ejemplo de la calidad de una producción europea en la que prima el desarrollo de personajes sin menoscabo del ritmo narrativo y, en definitiva, una auténtica delicatessen para los amantes del cine, independientemente del formato en el que se presente.


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