30 de julio de 2013

Tokyo Sanpo. Un muy personal diario de viaje



En junio de 2006, el hoy reconocido dibujante francés Florent Chavouet viajó al país del Sol Naciente para acompañar a su pareja sentimental, que acababa de conseguir un contrato laboral en Tokyo

Sin trabajo y sin más ocupación que la de rendirse a los encantos de la capital nipona –en la que habría de residir durante medio año-, Chavouet se hizo con una bicicleta abandonada para recorrer, armado con sus utensilios de dibujo, los lugares más emblemáticos y, cómo no, los más recónditos rincones de la megalópolis asiática.

Fue así como se gestó Tokyo Sanpo, una obra gráfica de difícil clasificación que no sólo ha reportado fama y prestigio a su autor –llevándole incluso a firmar un contrato con el Museo del Louvre-, sino que se ha convertido ya –tras la publicación en Francia de Manabé Shima- en el primer tomo de una colección que Chavouet dedicará por completo a Japón.

Entre guía y cuaderno de viaje, Tokyo Sanpo contiene los suficientes logros como para justificar ese éxito de crítica y público; y entre sus mayores aciertos cabría destacar, sin duda, la estructura escogida por su autor para relatar su historia -cada capítulo está dedicado a un barrio diferente y se inicia con una ilustración de una comisaría (Koban, en japonés) y un plano muy sui generis de la zona- y el buen hacer de aquél como dibujante. De hecho, y gracias a su cuidado trabajo con sus lápices de colores, y a la suma atención prestada al detalle, Chevouet consigue captar y plasmar con gran precisión la arquitectura urbana de la capital nipona y muchas de sus extensas y preciosas zonas verdes.

Ese empeño por mostrarse fiel a la realidad que lo rodeaba, también lleva al dibujante francés a retratar con esmero a muchos de los variopintos ciudadanos que residen o trabajan en la vibrante urbe, amén de mostrar con igual fidelidad esos elementos irrepetibles y que tanto asombro provocan entre los visitantes occidentales, como, por ejemplo, la estatua de un monstruo cinematográfico –Godzilla-, el imponente ayuntamiento y sus no menos increíbles ¡y gratuitas! vistas, las numerosísimas máquinas expendedoras de mil y un variados refrescos –algunos de ellos con gustos absolutamente irreconocibles-, los también muy numerosos pachinkos –esos templos del juego a los que son adictos muchos japoneses-, los misteriosos bichitos negros cuya picadura deja un rastro alarmante en la piel de los incautos turistas, o las curiosas etiquetas de los alimentos, que Chavouet, junto a los dibujos de carnets, monedas o billetes, incluye en las páginas de su obra siguiendo el modelo de muchos álbumes de antaño –y posiblemente también de ahora- que, además de las fotografías, recogían recuerdos varios de los viajes realizados.

Chavouet, además y acertadamente, sigue un tanto el estilo de Guy Delisle y, lejos de querer erigirse como una autoridad sobre la cultura japonesa y/o la ciudad de Tokyo, opta por una aproximación totalmente subjetiva sobre la realidad observada.

Sin embargo, y a pesar de todo lo que antecede, Tokyo Sanpo es una obra con un muy precario hilo argumental y con, incluso, una trama caótica y dispersa en algunos momentos, a lo que habría que añadir un desacertado y minúsculo tipo de letra que, en más de un pasaje, supone todo un reto para casi cualquier lector.

A pesar de todo ello, Tokyo Sanpo difícilmente dejará indiferente a todos aquellos amantes del país nipón y/o viajeros impenitentes, a quienes recomendamos su lectura.


26 de julio de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...Viewfinder Photography Gallery




Centramos hoy nuestra atención en The Viewfinder Photography, una organización londinense sin ánimo de lucro que, prestando especial atención a los artistas emergentes, ha dado y da visibilidad al trabajo de profesionales de la fotografía.

Fundada en 2005, The Viewfinder Photography operó como galería con espacio físico hasta hace relativamente poco. Durante ese período, se llegaron a comisariar más de 65 exposiciones que tenían como principal objetivo no sólo mostrar el trabajo de los artistas participantes, sino crear debate y propiciar el intercambio.

Actualmente, sin embargo, la actividad de The Viewfinder Photography se ha trasladado a la esfera digital, por lo que su inicial apuesta local –muy centrada en la comunidad de Greenwich- ha adquirido un tinte netamente internacional, razón por la cual hemos elegido este proyecto como noticia de El investigador cultural.

De hecho, y con una perspectiva netamente glocal, The Viewfinder Photography ha diseñado y lanzado al mercado Thames Trail, una app –para Android e iOS- que obra a modo de guía interactiva y fotográfica para conocer el legado industrial y náutico de Greenwich. Esta app, además, está concebida para que cualquier usuario, lugareño o visitante, pueda aportar su granito de arena vía fotográfica. Para más información, os recomendamos que echéis una ojeada a su apartado Info.

Otras secciones de especial interés son:
  • Exhibitions, donde se puede hallar información actualizada y retrospectiva de diversas exposiciones fotográficas, material descargable, vídeo entrevistas e información sobre galerías dedicadas a la fotografía, tanto del Reino Unido como del resto del mundo, aunque principalmente de países anglosajones.
  • Events. Con diversos apartados, en esta sección se da parte de los diversos y variados eventos fotográficos llevados a cabo por The Viewfinder Photography y otras galerías.

The Viewfinder Photography cuenta, por supuesto, con perfiles actualizados en las principales redes sociales:

Animándoos a visitar los enlaces proporcionados, nos despedimos deseándoos un feliz fin de semana cultural.


23 de julio de 2013

Hijos de la medianoche. Entre la épica histórica y el realismo mágico



Casi una década antes de la publicación de su controvertida Versículos satánicos, Salman Rushdie ya había demostrado su valía como escritor con su primera novela, Hijos de la medianoche, una extensa historia que, con fuertes dosis de relato épico y de realismo mágico, narraba, a través de las peripecias de sus personajes, los más importantes acontecimientos históricos acaecidos en India tras su independencia del extinto Imperio Británico.

Ganadora de prestigiosos galardones –el premio Booker incluido-, Hijos de la medianoche tenía pendiente su traslación a la gran pantalla, labor que finalmente ha recaído en manos de la cineasta Deepa Mehta y, en parte, del propio Rushdie, quien ha colaborado en la redacción del guión.

Con una carta de presentación sumamente apetecible, esta coproducción entre Reino Unido y Canadá cuenta, sin embargo, con grandes aciertos y alguna que otra debilidad que lastra el resultado final del trabajo de la cineasta indocanadiense.

Entre esos aciertos destaca, sin duda, el buen hacer de Mehta entretejiendo los destinos individuales de sus principales protagonistas - Saleem y Shiva, los dos niños intercambiados al nacer- con el colectivo, desgranado en los principales episodios de la historia reciente de India tras su independencia, como la creación del estado de Pakistán y, más tarde,  el de Bangladesh, o el período de emergencia decretado durante el gobierno de Indira Gandhi.

A ello habría que añadir una excelente fotografía –que capta una colorida paleta de vivos colores, tan sólo atenuados en las escenas más oníricas-, una excelente ambientación y una fantástica banda sonora -que brinda al espectador una de las escenas más curiosas, la del baile de dos de sus protagonistas al son del celebérrimo Let’s twist again cantado en hindi.

Hijos de la medianoche resulta, además, un film muy bien hilado gracias a recursos tan cinematográficos como elipsis y flashbacks, y a otro con un peso netamente literario, como es el de la voz en off –la del propio Rushdie-, que aquí no resulta ni cargante ni accesoria.


No obstante, y si bien todos estos elementos ya justifican el abono de la entrada, no pueden dejar de mencionarse aquellos otros que han restado lustre al film de Mehta. El ingrediente que más ha incidido en esa merma es el uso, y cierto abuso, del realismo mágico, un recurso literario que ha dado magníficos resultados en obras ya consagradas pero que, a excepción de contados ejemplos –Como agua para chocolate-, en pantalla suele resultar incomprensible, cuando no risible. Sin llegar a ese extremo, el resultado de trasladar al formato visual los pasajes más surrealistas de la novela de Rushdie tiene como consecuencia la ruptura del magnífico ritmo narrativo con el que se inicia el metraje de Hijos de la medianoche.

El film de la cineasta indocanadiense cuenta, por otra parte, con un cierto maniqueísmo en la caracterización de sus personajes, algunos de los cuales, aun teniendo relevancia en la trama de la historia, desaparecen, como por ensalmo, sin que el espectador sepa qué fue de ellos.

Finalmente, cabría mencionar que el lenguaje alegórico que impregna todo el metraje de Hijos de la medianoche puede resultar un tanto complicado de captar en toda su dimensión de no conocer, con un mínimo rigor, la historia reciente de India; como ejemplo de ello, baste citar cómo son presentados los motivos que indujeron a Indira Gandhi a esterilizar a cientos de ciudadanos indios.

En cualquier caso, y dada la cartelera veraniega, Hijos de la medianoche se constituye como una rara avis que ningún cinéfilo debería dejar escapar.


19 de julio de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...Hábitos culturales





Centramos hoy nuestra atención en Hábitos culturales, una empresa que, sita en Gijón, está dedicada a la gestión del patrimonio cultural y se compone por un equipo multidisciplinar de profesionales con una larga trayectoria en el campo de la gestión cultural.

El trabajo de Hábitos culturales consiste en la apuesta por la cultura como motor de desarrollo y eje central de los territorios mediante iniciativas que activen el patrimonio cultural, aportando beneficios sociales, educativos, culturales y económicos a sus habitantes; lo que se traduce en cuatro líneas de actuación diferenciadas:

PatrimonioHábitos culturales presta diferentes servicios como, por ejemplo, estrategias para la comunicación y sensibilización patrimonial, que tienen como principal objetivo difundir el valor del patrimonio como elemento identitario.

InvestigaciónLa empresa cultural lleva cabo diferentes estudios de documentación histórica para así también difundir el patrimonio cultural mediante diversos materiales divulgativos, como folletos, catálogos, etc.

Turismo. Hábitos culturales organiza diferentes itinerarios culturales, adaptados a distintos públicos, para dar a conocer el patrimonio –material e inmaterial- histórico artístico, industrial y etnográfico.

CulturaBajo este título, se agrupan diferentes servicios culturales especializados, como organización de eventos culturales, edición de publicaciones, etc.

Por supuesto, no cabe olvidar que Hábitos Culturales está presente en la Web 2.0 y en diferentes perfiles de las principales redes sociales, cuyos enlaces directos, que os animamos a visitar, adjuntamos a continuación:
¡Que tengáis un magnífico fin de semana cultural!

16 de julio de 2013

El malentendido. Redescubriendo a Irène Némirovsky



Hija de un rico banquero judío de Odessa (Ucrania), Irène Irma Némirovsky vino al mundo un 11 de febrero de 1903 en la ciudad ucraniana de Kiev. Su estancia en su país de origen habría de ser, no obstante, sumamente breve, pues, huyendo de la Revolución Rusa y tras un largo peregrinaje, su familia se acabaría instalando de forma definitiva en Francia.

Políglota y poseedora de una vastísima cultura –fruto de una esmerada educación y del papel inestimable de una institutriz francesa-, Némirovsky produjo la totalidad de su obra en el idioma de Voltaire.

Su enorme aporte a las letras francesas se vio, sin embargo, cercenado de forma drástica y dramática cuando las autoridades de la Francia de Vichy les negaron, a su esposo -el banquero Michel Epstein- y a ella, la nacionalidad francesa, lo que comportó que ambos fueran trasladados al tristemente célebre campo de concentración de Auschwitz, donde serían asesinados en 1942.

Les sobrevivieron sus hijas, Denise y Elisabeth, quienes conservaron con celo la maleta en la que su madre había depositado algunos manuscritos aún no editados. En 2004, uno de esos manuscritos, Suite francesa, fue publicado por primera vez y, en poco tiempo, se convirtió en todo un fenómeno editorial que ha hecho posible que, en los últimos años, se hayan publicado a título póstumo algunos manuscritos de Némirovsky y reeditado con éxito sus primeras obras.

En ese contexto se inscribe la publicación, por primera vez en España, de El malentendido, la primera obra de Némirovsky, editada en Francia en 1926, poco después de que su autora se licenciara en la Sorbona.

Uno de los mayores atractivos de El malentendido radica en que, aun siendo primeriza, esta obra brinda al lector la posibilidad no ya de vislumbrar, sino de constatar el enorme talento narrativo de Némirovsky y anticipa algunos de los temas en los que ésta habría de profundizar en su posterior producción literaria. Temas tan atemporales como el egoísmo, el orgullo, la falta de comunicación o la extinción del amor, que Némirovsky, ya en esta obra, plantea con un lenguaje depurado, preciso, sutil, elegante y articulado con un excelente ritmo narrativo.

En esta primera novela, además, Némirovsky sabe imbricar con suma maestría el devenir personal de uno de los principales protagonistas–Yves, el mundano heredero cuya fortuna familiar se ha evaporado con la Gran Guerra y se ve, en consecuencia, condenado a languidecer en un empleo sin alicientes ni perspectivas-  con el de esa minoritaria clase ociosa de los llamados felices años 20, condenada ya a su extinción, aunque muy pocos de sus miembros –como la acaudalada y egoísta Denise, el amor de Yves- fueran entonces conscientes de ello.

En El malentendido, por otra parte, ya se puede apreciar también el enorme savoir faire de Némirovsky como constructora de personajes con un enorme calado psicológico y que, en su calidad de narradora omnisciente, desnuda, desproveyéndolos de todo el artificio con el que se presentan en sociedad, para mostrarlos con todas sus virtudes y, sobre todo, sus enormes miserias.

El malentendido es, definitiva, una excelente lectura que difícilmente defraudará al lector exigente, si bien contenga algunas reflexiones –especialmente las ligadas a los diferentes sentimientos de hombres y mujeres- que, de obviar contextualizarlas en la época en la que la obra fue escrita, podrían resultar un tanto démodés


12 de julio de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...B>cultura


  
Esta semana centramos nuestra atención en B>Cultura, una empresa cultural innovadora que se rige por su deseo de aunar cultura y tecnología.

De hecho, B>Cultura se define como “un laboratorio de aplicaciones culturales”, un espacio en el que se impulsa la creación de contenidos culturales mediante la plataforma tecnológica de realidad aumentada Layar, de la que esta entidad cultural forma parte a través de la Layar Partner Network.

Layar permite el desarrollo de aplicaciones con realidad aumentada para dispositivos móviles y, en el ámbito de la cultura, concretamente en el museístico, ya existen numerosas iniciativas que se han valido de esta plataforma para dar a conocer su campo se acción. Como muestra, baste citar el tour de realidad aumentada desarrollado por el MoMA, MoMa AR Exhibition.

Los profesionales que conforman B>Cultura provienen de diferentes ámbitos profesionales (gestión cultural, programación web, diseño gráfico, arquitectura, urbanismo, museografía o producción audiovisual) y una de sus máximas prerrogativas consiste en valerse de las nuevas tecnologías para poder innovar en contenidos digitales.

Para que podáis conocer su trabajo, os recomendamos que echéis una ojeada a sus proyectos realizados, consultables a través de su apartado Portfolio. De entre esos proyectos, destacamos  Turismo Utrera o Mes de danza.

B>Cultura también ofrece formación a profesionales del mundo cultural y de las industrias creativas, además de valerse de las diferentes herramientas sociales de la Web 2.0, como no podía ser de otra forma en una empresa tan implicada con las nuevas tecnologías:
Os animamos, como siempre hacemos, a que echéis un vistazo a los enlaces proporcionados.

¡Feliz fin de semana cultural 2.0!


9 de julio de 2013

Milton H. Greene. El fotógrafo de las estrellas



Dentro de pocos días, el 8 de agosto, se cumplirán 28 años del fallecimiento de Milton H. Greene, mítico fotógrafo que, durante las décadas de los años 40 y 50 del siglo pasado, inmortalizó los rostros de las estrellas más rutilantes del momento.

Poseedor de un talento precoz, Greene se inició en la fotografía con tan sólo 14 años, edad en la que, cámara en ristre, empezó a vagar por las calles de su ciudad natal, Nueva York, con el objetivo de captar en imágenes la vibrante vida de la gran urbe que, asumiendo el papel largamente detentado por París, acabaría convirtiéndose en pocos años en la capital del mundo.

A ese período netamente autodidacta siguió un aprendizaje guiado por el fotoperiodista Elliot Elisofen y, no mucho más tarde, por Louise Dahl-Wolfe, la elegante y famosa fotógrafa de Harper’s Bazaar, responsable, durante la década de los 30, de algunas de las mejores portadas de la revista.

Poco después, Greene empezaría a trabajar de forma continuada para esa publicación y también colaboraría con otras revistas de renombre, como Vogue y Life, primero como fotógrafo especializado en alta costura y poco después como uno de los retratistas preferidos del star system de su época.

Elizabeth Taylor, Grace Kelly, Frank Sinatra, Ava Gardner, Marlene Dietrich o el mismísimo Salvador Dalí fueron sólo algunos de los rostros que Greene captó en numerosísimas fotografías que tenían, como ingredientes comunes, generosas dosis de glamour, elegancia y naturalidad.


Aquellas instantáneas propiciaron que su autor fuera merecedor en vida de numerosos y prestigiosos premios; en la actualidad, la obra de Greene puede considerarse como testimonio de toda una época, especialmente valioso para los estudiosos del Séptimo Arte, lo que ha incidido en que gran parte del trabajo del fotógrafo estadounidense haya sido exhibido de forma temporal en museos y galerías de todo el mundo.

Muy posiblemente, sin embargo, la obra de Greene no contaría con el reconocimiento actual de no haberse visto influida de manera determinante y decisiva por su relación, profesional y personal, con la malograda Marilyn Monroe.


Amigos durante pocos años, y hasta la muerte de la actriz, Greene y Monroe trabajaron juntos en 52 sesiones fotográficas, que dieron como resultado algunas de las más bellas imágenes de la actriz, y fundaron la productora MM Productions, de la que surgieron El príncipe y la corista y Bus stop, títulos importantes en la filmografía de Monroe.

A la muerte de la actriz, Greene hizo su incursión en el mundo de la edición publicando My story –una biografía que le fue encomendada, al parecer, por la propia actriz- y colaboró en una suerte de autobiografía ficticia de Monroe -Of women and their elegance- que recibió alguna que otra crítica negativa.  Ello no mermó, ni entonces ni ahora, un ápice de la excelente trayectoria de Greene, considerado como toda una leyenda dentro y fuera de su profesión. De hecho, y no por casualidad, su colega Richard Avendon dijo de él que era el mejor fotógrafo de mujeres que había conocido. No hay más que observar la obra de Greene para comprobar que Avendon, otra leyenda de la fotografía, no andaba nada errado.


5 de julio de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...Kubidetik Cultura




Por el gran interés que nos merece, hace ya algún tiempo que queríamos dedicar un post de esta sección a Kubidetik, una empresa guipuzcoana de gestión y comunicación cultural que centra sus actividades en tres áreas:
Kubidetik diseña y ejecuta diversos proyectos culturales (de animación, educativos, etc.) tanto para instituciones públicas como privadas.

La firma guipuzcoana lleva cabo diferentes estrategias de comunicación que van desde el marketing tradicional –como, por ejemplo, el diseño y elaboración de dosieres- hasta el marketing 2.0 –creación y gestión de páginas web, posicionamiento SEO, etc. Además, Kubidetik también ofrece cursos de marketing y comunicación para empresas culturales.

En este apartado se agrupan las diferentes exposiciones y espectáculos de música y artes escénicas ideados y programados por Kubidetik. Os recomendamos que echéis un vistazo a la interesante exposición de arte africano Mababu Sanaa    

Fuente y copyright: Kubidetik Cultura

En el menú superior de la página web podréis acceder, además, a las diferentes actividades y proyectos culturales realizados por Kubidetik y agrupados en tres apartados: exposicionesespectáculos y música electrónica.

También os recomendamos que echéis un vistazo a su calendario, que permite acceder a la programación de estas actividades y de los cursos de marketing y comunicación.

Como no podía ser de otra forma, Kubidetik hace uso de diferentes herramientas del web 2.0 y está muy presente en las redes sociales, cuyos enlaces recogemos:  

¡Feliz fin de semana cultural y veraniego!



2 de julio de 2013

Hannah Arendt. Un estimulante ejercicio cinematográfico



Recordado como uno de los mayores criminales nazis de la historia, Adolf Eichmann se libró por muy poco de ser apresado, juzgado y, presumiblemente, condenado a muerte en los famosos juicios de Núremberg. Su suerte cambió, sin embargo, cuando, en 1960 y ya instalado en Argentina, fue secuestrado y trasladado a Israel por agentes del Mosad.

Muchos años atrás, Hannah Arendt, la reconocida filósofa y politóloga judía de origen alemán, había conseguido huir de un campo de internamiento en la Francia de Vichy y emigrado a Estados Unidos. Instalada en Nueva York, donde ejercía como profesora universitaria, Arendt no pudo permanecer indiferente ante las noticias que llegaban de Israel, por lo que se ofreció al emblemático The New Yorker como corresponsal en Jerusalén para cubrir aquel proceso judicial que tendría como resultado la sentencia de muerte de Eichmann.

Esa fue la génesis de Eichmann en Jerusalén. Un estudio de la banalidad del mal, obra que el rotativo estadounidense publicó por entregas y que acarreó a su autora no pocas críticas destructivas y amenazas varias, suscitando una polémica que aún hoy, más de cinco décadas después, alienta más de un encendido debate.

En su último film, la veterana realizadora alemana Margarette Von Trotta recupera estos acontecimientos y, alejándose del biopic al uso, se centra por completo en ese limitado marco temporal, que adereza con algún viaje puntual al pasado -vía comedidos y acertados flashbacks- para recalcar la fuerte impronta que Martin Heidegger -el gran pensador vergonzosamente entregado a la causa nazi- imprimiera en la obra y vida de Arendt.

Hannah Arendt se convierte así en un interesante ejercicio cinematográfico que, lejos de resultar plúmbeo, pedante y/o abstracto, sumerge al espectador en un interesante planteamiento filosófico sobre la naturaleza del mal -una idea a la que Arendt habría de dedicar el resto de su obra a partir de entonces- y la imperiosa necesidad de pensar, acción que la antigua alumna de Heidegger proclamó como la única -más allá de la necesaria adquisición de conocimientos- para hacer frente a los ismos que sacudieron la Europa del pasado siglo y a las complacientes actitudes borreguiles, que hoy, por cierto y más que nunca, se exhiben sin un atisbo de rubor.


Sin duda, esas estimulantes tesis –plasmadas magníficamente bien en las escenas en las que Arendt y su círculo más próximo se entregan a encendidos debates dialécticos- y la inclusión de profuso material de archivo -que engarza a la perfección con el material de ficción- son dos de los mayores aciertos del film de Von Trotta.

El tercero radica en un gran reparto encabezado por una insuperable Barbara Sukowa, que no sólo ha conseguido una trasformación física notable, sino que ha sabido dotar a su personaje con la fuerza arrolladora de la que Arendt hizo gala a lo largo de toda su vida.

También habría que destacar, hacia el final del metraje, la escenificación del discurso que Arendt diera en su facultad para justificar las ideas vertidas en su obra. La escena resulta un auténtico ejemplo de concisión y sencillez en la presentación de una línea de pensamiento cuyo contenido y esencia bien pudieran haber resultado impenetrables de no haber contado con un guión tan brillante como el firmado por Pam Katz y la propia realizadora.

Film absolutamente recomendable, Hannah Arendt supone además una dosis de aliento para todos aquellos cinéfilos cansados de una cartelera veraniega repleta de películas que, en sus respectivos géneros, repiten una y mil veces y hasta la saciedad las mismas fórmulas.


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