30 de junio de 2015

White God. Un film de irregular factura



Merecedor el pasado año del premio Un certain regard, concedido por el prestigioso Festival de Cannes, White God, el último film del cineasta y actor Kornél Mundruczó, se ha convertido en uno de los largometrajes más exitosos de la cinematografía húngara, habiéndose granjeado tanto el favor de la crítica como el del público y propiciado, por ende, su distribución en otros países.

Ambientada en la preciosa ciudad de Budapest, White God narra la historia de Hagen, un perro que, abandonado a causa del impuesto que las autoridades húngaras imponen a los propietarios de los canes sin raza, iniciará un auténtico descenso al averno que lo llevará a conocer hasta dónde es capaz de llegar un ser un humano para saciar su sed de avaricia. Maltratado pero aún con fuerzas para huir, Hagen capitaneará entonces una auténtica revolución canina que sumirá en el caos y el terror a los habitantes de la capital húngara.

Semejante argumento, alejado por completo de aquellos largometrajes con regusto moralizante protagonizados por perros, White God también se halla distante de los filmes truculentos y/o apocalípticos con animales como máximos protagonistas. Por el contrario, y a pesar de que Kornél Mundruczó combine en sus justas medidas ingredientes de varios géneros, su último trabajo resulta un film de un gran calado filosófico, sin resultar por ello, sin embargo, plúmbeo o carente de acción.




Suerte de alegato animalista, White God podría constituirse, de hecho, como una metáfora social en la línea de Rebelión en la granja, la famosa obra de George Orwell, en la que los animales, hartos del abuso consciente y continuado de una clase dominante, optan por rebelarse. Por otra parte, el film de Mundruczó, con su incisiva crítica a un maltrato animal instaurado por el propio estado, que condena a los perros sin raza a vagar por las calles huyendo de las brigadas que los conducirán a las perreras, también propicia más de una reflexión sobre la exclusión a la que se ven sometidas aquellas minorías que no se ajustan a los cánones impuestos por una amplia y opresiva mayoría.

Más allá de todas las lecturas que el visionado del film pueda suscitar, el último trabajo de Mundruczó resulta, además, sumamente interesante en el plano más cinematográfico. White God está trufada, al fin y al cabo, de logradísimas e impactantes escenas –especialmente las que inician el film y las que le ponen punto y final- que remiten poderosamente a uno de los grandes clásicos del maestro del suspense, Los pájaros.

Cártel de "Los Pájaros" de Alfred Hitchcock

Sin embargo, y a pesar de esos indudables aciertos, que ya por sí solos justifican su visionado, White God se ve lastrada por un ritmo errático –pausado durante buena parte del metraje y sumamente precipitado en su desenlace-, un guion con más de una flaqueza argumental -magnificada por la rapidez con la que se concatenan los acontecimientos en la parte final del film- y, sobre todo, por una notoria falta de presupuesto que propicia que algunas escenas resulten poco creíbles e incluso bordeen el más pavoroso ridículo –como cuando una jauría de perros de lo más dóciles, a pesar de los intentos del realizador húngaro por insertar numerosos primeros planos de canes enseñando los dientes y en posición de ataque, se abalancen sobre el entrenador gitano que ha conducido a Hagen a matar a uno de sus congéneres en una pelea de perros.

En cualquier caso, White God es, sin duda, una de las propuestas más interesantes de una cartelera plagada de los previsibles éxitos veraniegos y que, como toda rareza fílmica, estará presente en las salas españolas lo que dura un suspiro.



26 de junio de 2015

El Investigador Cultural propone hoy a...La Quimera. Revista literaria




El Investigador Cultural se desplaza este viernes a Salta (Argentina) para descubrir una muy interesante propuesta cultural, La Quimera, una revista literaria de acceso gratuito.

Alumbrada en 2002 con el propósito de crear un espacio de libre expresión con fines estéticos y de libre acceso al público, esta publicación literaria estuvo presente el pasado mes de febrero en el 19° Salón de la Edición y el Libro en Casablanca (Marruecos).

La Quimera, que está conformada por un joven equipo, ha logrado convertirse, con el paso de los años, en un espacio de difusión y promoción en el que se exponen las obras de diferentes autores, pertenecientes a disciplinas y ámbitos geográficos diversos.

La página web de la revista permite acceder a enlaces de interés, como:

  • La portadas de los números de revista en “Portadas de La Quimera

Aquí tenéis la portada del último número publicado:



Como no podía ser menos, La Quimera está muy presente en la Web 2.0 a través de sus perfiles en las principales redes sociales:

Animándoos a que consultéis los enlaces proporcionados, nos despedimos hasta el próximo viernes.


¡Feliz fin de semana literario!



23 de junio de 2015

Museu Frederic Marès. Una visita imprescindible

Considerado como uno de los coleccionistas más destacados de su tiempo, el historiador y escultor catalán Frederic Marés empleó la mayor parte de su vida en reunir las piezas que hoy componen uno de los legados artísticos e históricos más importantes del Viejo Continente.

Parte de esa importante colección se halla depositada en el Museu Frederic Marès, un espacio museístico singular que abrió sus puertas en el ya lejano 1948. Tan sólo dos años antes, el hacedor de tan importante fondo lo había legado a la Ciudad Condal.

Desde que fuera inaugurado, el museo se halla albergado en el Antic Palau Reial dels Comtes de Barcelona, en pleno barrio gótico; no obstante, dado el enorme volumen del legado del arquitecto catalán –quien, por cierto, tras la cesión de su colección, continuó ampliándola-, muchas de las piezas donadas han ido a parar a otros museos e, incluso, han propiciado la creación de otros espacios, como el Museu del Llibre de Frederic Marès en la Biblioteca de Catalunya.


La colección que hoy puede contemplarse en el Museu Frederic Marès se halla distribuida en cuatro plantas y articulada en torno a dos ejes centrales, escultura y objetos varios facturados, principalmente, durante el siglo XIX. Las obras escultóricas, pertenecientes a diferentes épocas y estilos y entre las que destacan las tallas religiosas policromadas, comparten además espacio con mobiliario, tejidos, pinturas u orfebrería. El resto de las piezas que componen el fondo del museo se halla albergado en el llamado Gabinete del coleccionista, un amplio espacio distribuido en dos plantas en el cual pueden hallarse objetos de todo tipo, desde fotografías a juguetes, pasando por relicarios, pipas o abanicos, dispuestos, muchos de ellos, siguiendo un excelente criterio museístico –la puesta en escena de algunas salas es, de hecho, simplemente fabulosa-, lo que, sin duda, transportará al visitante a tiempos pretéritos.


El recorrido por el Museu Frederic Marès cuenta además con otro espacio, el Estudio Biblioteca, en el que se hallan obras realizadas por el coleccionista catalán y que él mismo escogió para que pudieran ser mostradas en la amplia sala que ahora las acoge.

Como todo espacio museístico, por otra parte, el Museu Frederic Marès también dispone de una sala expositiva en la que se da cabida a muestras temporales, como la actual, Maillol y Grecia, que relata, a través de fotografías, esculturas, explicaciones en paneles, material bibliográfico y un documental, el viaje que el artista Aristides Maillol realizara a Grecia en 1908.


Visita imprescindible para cualquier amante del arte, la cultura o la historia, el Museu Frederic Marès tan sólo presenta un punto flaco, el aparente poco interés que su dirección parece mostrar por las más modernas tendencias museográficas –íntimamente relacionadas con las nuevas tecnologías, presentes, eso si, en su página web-, lo que propicia que, en algunos momentos –pocos, pues, como se ha apuntado, la ambientación de algunas salas es realmente fantástica-, la presentación del fondo resulte sumamente tradicional y se eche en falta una mayor información sobre las piezas expuestas.

Sea como fuere, la visita a tan singular museo difícilmente dejará a nadie indiferente, especialmente porque, ya sea a la entrada o a la salida –el orden es absolutamente potestativo- se podrá degustar con calma un aperitivo en el precioso y singular Cafè d’estiu, un auténtico oasis urbano suspendido en el tiempo y a dos pasos de la vorágine barcelonesa.



19 de junio de 2015

El Investigador Cultural propone hoy a...Asociación de Amigos del Arte Altomedieval Español






El Investigador Cultural presta esta semana su atención a la Asociación de Amigos del Arte Altomedieval Español (4AsE), una entidad volcada en la promoción y difusión de la historia, la cultura y el arte –en todas sus manifestaciones- de la España de los siglos V al XI.

Los principales objetivos, tal y como se enumeran en su página web, son los siguientes:

  • Estudio y divulgación de las circunstancias históricas, sociales y culturales de la sociedad española a lo largo de la Monarquía Visigoda, el Reino de Asturias y la primera fase de la Reconquista en los diferentes territorios, así como en Al Andalus entre el año 711 y finales del siglo XI.
  • Análisis de los principales monumentos y manuscritos de esa época que han llegado hasta nosotros y de las relaciones, tanto artísticas como técnicas, que se pueden encontrar entre ellos, así como las que existen entre las características del arte de cada una de esas fases, con especial atención a las influencias externas que se fueron asimilando en un entorno cultural de un gran eclecticismo.
  • Creación del portal y web asociada  www.turismo-prerromanico.es que, además de presentar la información histórica y artística mencionada en español, francés e inglés, tiene como objetivo incluir la ayuda necesaria para quien desee visitar los monumentos que se describen en él, mediante la creación de una red de establecimientos rurales “Amigos del Arte Altomedieval Español" que ofrecen su ayuda sobre el terreno a los viajeros interesados en ello. En la actualidad existe en dicha web una primera red de este tipo en el Principado de Asturias. En esta página se pueden encontrar los apartados: Arte visigodo, Prerománico Asturiano, Arte mozárabe y Miniatura Altomedieval. 
Para completar esta labor, la asociación ha editado el libro La Miniatura Altomedieval Española, que versa sobre la literatura y la miniatura de este interesante período histórico.

Para lograr sus principales objetivos, la Asociación de Amigos del Arte Altomedieval Español (4AsE), planea desarrollar, además, una serie de proyectos a corto y medio plazo. Unos proyectos en los que, por cierto, los interesados pueden colaborar como socios o simpatizantes.

Por otra parte, y para poder crear una comunidad que sustente su cometido, esta entidad permite y fomenta colaboraciones externas, que se concretan en varios tipos de aportaciones, ya sea a través del foro, blog, contacto mediante formulario o e-mail. Todas esas opciones quedan detalladas en en esta sección
  
Como no podía ser menos, la Asociación de Amigos del Arte Altomedieval Español (4AsE) está muy presente en la Web 2.0 a través de sus perfiles en:

Animándoos a que consultéis los enlaces proporcionados, nos despedimos hasta el próximo viernes.


¡Feliz fin de semana cultural!



16 de junio de 2015

Phoenix. Un film de factura impecable



Incontables son las novelas y films que, desde que finalizara la Segunda Guerra Mundial, han tratado de plasmar en palabras e imágenes la barbarie del nazismo. La vencida Alemania de la postguerra, con todo su sufrimiento humano y sus heridas abiertas, no ha despertado, sin embargo, el mismo interés.

Tan ominoso olvido parece hallarse en vías de ser subsanado con el estreno y publicación reciente de un buen número de films y libros ambientados en aquella Alemania destruida, sumida en los escombros, divididas sus principales ciudades por secciones establecidas por los ejércitos aliados y con una población hundida en la más absoluta ruina económica y moral.

Uno de los últimos cineastas en sumarse a esa suerte de corriente revisionista ha sido el director alemán Christian Petzold –muy aplaudido, por cierto, por su interior film, Barbara, ambientado en la extinta RDA- quien, para su último trabajo, Phoenix, ha partido de una novela de Hubert Monteilhet, Regreso a las cenizas, una obra que recrea la dividida y aparentemente desmemoriada Berlín de los años inmediatamente posteriores a la contienda bélica.

Film de factura clásica e impecable, Phoenix narra la historia de Nelly, una cantante judía que, tras haber sobrevivido al horror del campo de concentración de Auschwitz, deberá someterse a una dolorosa operación para recomponer su destrozado rostro e intentar, cual ave fénix, resurgir de sus cenizas, aunque en el proceso deba lidiar con la terrible sospecha de que su marido, un pianista que ahora trabaja en un decadente antro llamado Phoenix, fue la persona que la delató y la condujo al infierno de la tortura nazi.



Entre los muchos aciertos que hacen de Phoenix un film de más que recomendable visionado destaca, sin duda, su contenido e intenso dramatismo y su ritmo pausado y sostenido a lo largo de todo el metraje. A ello habría que añadir que, con un planteamiento y un desarrollo manifiestamente ambiguo en algunos puntos, el último film de Petzold invita a no pocas reflexiones y se presta a más de una lectura, siendo especialmente interesante la que pueda derivarse del hecho de que la relación del matrimonio protagonista, compuesto por una judía y un cristiano, alemanes ambos, pueda ser extrapolable a la situación vivida durante la pesadilla del nazismo, que acabaría enfrentando a ciudadanos que, hasta entonces, habían convivido pacíficamente, a pesar del arraigado antisemitismo del que han dado muestra, en mayor o menor medida, la casi totalidad de las naciones europeas.

Phoenix cuenta, además, con una muy lograda ambientación histórica, secundada por una notable fotografía y una interesante banda sonora, y un gran reparto, en el que brilla una absolutamente soberbia Nina Hoss con su interpretación de un personaje con claros ecos cinéfilos –Vértigo y My Fair Lady son dos de los clásicos de los que bebe Phoenix, aunque su desarrollo argumental poco tenga que ver con aquellos largometrajes.

A pesar de todo lo que antecede, Phoenix queda un tanto opacada por la inverosimilitud que envuelve su punto de partida argumental. Un planteamiento que, por sus características y posterior desarrollo, hubiera sido mucho más interesante de haberse adaptado al teatro, especialmente porque el formato cinematográfico, con sus primeros planos y la presencia del inevitable narrador omnisciente –cuente el largometraje con voz en off o no-, resta credibilidad a una historia articulada en torno a un hecho poco creíble, pero que sirve para desarrollar un argumento de un enorme calado psicológico, social e histórico y en el que no se requiere la presencia de muchos protagonistas ni tampoco de numerosas localizaciones. En cualquier caso, Phoenix, con sus incuestionables aciertos, resulta un film que difícilmente desagradará a los amantes de la historia europea reciente.



12 de junio de 2015

El Investigador Cultural propone hoy a...Arte al Límite





Esta semana, El Investigador Cultural cruza el océano para presentar un, como siempre, muy interesante proyecto cultural, Arte al Límite, espacio especializado en arte contemporáneo, alumbrado en 2002 y radicado en Chile.

El principal cometido de Arte al Límite es el de la difusión del arte y constituirse, por ende, en un espacio de enlace entre los artistas y su público. Para llevar a cabo ese objetivo, esta iniciativa cultural cuenta con una revista de publicación bimensual -que incluye reportajes sobre el trabajo de artistas chilenos y del resto del mundo-, un periódico mensual y gratuito y una galería virtual concebida para la difusión del arte chileno. Todo ello se halla albergado en su sitio web, estructurado en diferentes espacios -Editorial y la Galería Virtual- subdivididos, a su vez, en otros apartados, estructurados en:

Sección Editorial:


La Galería virtual de artistas se estructura en:


Habría que destacar, por último, que, como todo proyecto nacido en el siglo XXI, Arte al Límite está muy presente en las redes sociales, con perfiles en:


Como siempre, antes de despedirnos, os animamos a que consultéis los enlaces proporcionados.


¡Feliz fin de semana cultural y artístico!



9 de junio de 2015

Castilla Drive. Una novela negra en clave de cómic



Irreductible al paso de tiempo, la novela negra es, muy posiblemente, uno de los géneros literarios más proclives a ser adaptado a otros medios, especialmente el cinematográfico. De hecho, durante la primera mitad de la pasada centuria se trasladaron a la gran pantalla un buen número de historias escritas por reconocidos autores del género policíaco y detectivesco. Muchas de aquellas adaptaciones no sólo dieron entidad a un género cinematográfico propio, el cine negro, sino que, dada su excelsa factura, acabaron engrandeciendo la historia del llamado Séptimo Arte.

Con un número creciente de seguidores, gracias, en parte, a la importante aportación de numerosos escritores nórdicos contemporáneos, el género negro ha alcanzado otras formas de expresión artística, como el cómic o, incluso, los videojuegos, aunque, en muchos casos, no se parte de ya de un original literario, sino que, por el contrario, esas nuevas creaciones son obras netamente originales. Un ejemplo de ello lo constituiría Castilla Drive, el único trabajo editado en castellano del historietista galo de origen español Anthony Pastor.

Editada hace dos años, Castilla Drive suscitó numerosos aplausos por parte de público y crítica, haciéndose, incluso, con uno de los galardones más preciados del Noveno Arte en Europa, el concedido por el emblemático y ya veterano Festival de Cómic de Angoulême, un certamen que cuenta, cómo no, con un premio dedicado al polar, término con el que los franceses denominan al género negro.

Ambientada en un tiempo indeterminado pero reciente y en una localidad llamada Trituro, situada entre la frontera de Estados Unidos y México, Castilla Drive narra la historia de Sally, una mujer que, abandonada por su esposo, deberá hacerse cargo del negocio de aquél, una agencia de detectives, para poder sacar adelante a su familia. Esa vida, marcada por las penurias económicas, la soledad y la incertidumbre, no tardará en tomar un rumbo inusitado cuando acuda a su despacho un vecino del pueblo que, apodado el superviviente, le solicitará ayuda para localizar a la persona o personas que a punto estuvieron de matarlo.

A pesar de su buen arranque argumental, Castilla Drive, con su trama totalmente previsible -y hasta decepcionante en su desenlace- y su escaso uso de los ingredientes comunes del género negro, difícilmente contentará a los amantes de las historias de misterio y crímenes. Sería, no obstante, injusto tacharla de prescindible, especialmente porque si en el plano argumental naufraga, en el estético –aspecto, por otra parte, importantísimo en cualquier novela gráfica- resulta sobresaliente. En ello incide, de manera más que notable, una logradísima ambientación, que no sólo capta a la perfección esa suerte de fusión entre lo anglosajón y lo hispano –cada vez más propia de Estados Unidos y que parece estar mucho más allá del uso de lo que algunos ya consideran un idioma, el spanglish-, sino que logra recrear un ambiente misterioso, cargado de una inquietud latente en todas sus páginas y que, en más de un pasaje, recuerda poderosamente a la obra de David Lynch.

Mención aparte merece, por su supuesto, el notable empleo que Pastor hace de una amplia paleta de colores, lo que, unido a su espléndido dibujo, cuidado y de corte realista, confiere a la obra una sorprendente fuerza visual, propiciando que algunas de sus viñetas resulten obras de arte en sí mismas. No por casualidad, más de un crítico ha señalado las similitudes entre la obra de Pastor y la del pintor norteamericano Edward Hopper. A ello habría que añadir, por otra parte, que la estética del trabajo de Pastor, tan decididamente americana, cuenta con un toque cinéfilo que va más allá de las comparaciones con la obra lynchiana, pues, por su caracterización, algunos personajes parecen sacados de un film facturado en la década de los 70 u 80 del siglo pasado, si bien la principal protagonista recuerda poderosamente a una actriz de arrolladora personalidad, célebre en la era del Hollywood dorado, Lauren Bacall, quien, por cierto, formó parte del reparto de un clásico del cine negro basado, a su vez, en una obra literaria, El sueño eterno.



5 de junio de 2015

El Investigador Cultural propone hoy a...AC ANTIQVA CLÍO





El Investigador Cultural de esta semana presta su atención a AC Antiqva Clío, una asociación sin ánimo de lucro, autodefinida como cultural y experimental y volcada en la recreación histórica y en la arqueología experimental.

El principal objetivo de AC Antiqva Clío radica, de hecho, en la recreación de la vida, civil y militar, en época romana, desde el siglo I al III d.C., el período de mayor gloria del extinto Imperio romano. Como no podía ser menos en un proyecto de estas características, esa labor de difusión y divulgación se fundamenta en la rigurosidad histórica y una labor investigadora, experimental y analítica.

AC Antiqva Clío se halla conformada por socios de diferentes ámbitos profesionales, académicos y geográficos, pero con un denominador común, el interés por la Edad Antigua y la presencia romana en España. La asociación colabora, por otra parte, con entidades y grupos que desarrollan funciones de recreación o reconstrucción histórica, además de con instituciones, museos, yacimientos y centros educativos.

AC Antiqva Clío centra su ámbito de actuación en 3 ejes o secciones

  • Gladiatura,  “Lvdvs Gladiatorvm Hispaniensis
  • Área civil, “Civilis et Mos Religiosvs”, la vida cotidiana 
  • Militar, "Legio XIIII Gémina Martia Victrix"
Todas las actividades llevadas a cabo por la asociación pueden hallarse en su apartado “Eventos”, al que habría que sumar una App propia, disponible en:

Android  
Para llevar a cabo su tarea de difusión, AC Antiqva Clío se vale, por supuesto, de las principales redes sociales:

Facebook 
Animándoos, como siempre hacemos, a consultar los enlaces proporcionados, nos despedimos hasta el próximo viernes.


¡Feliz fin de semana cultural!



2 de junio de 2015

Suite francesa. Un film de factura clásica




Detenida por la gendarmería francesa un 13 de julio de 1942, la escritora ucraniana Irène Némirovsky fallecería apenas un mes después, el 17 de agosto de aquel mismo año, en el temido campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Su único delito para ser condenada a tan trágico destino no fue otro que el ser judía, aunque Némirovsky se había convertido al catolicismo pocos años antes, quizá temiendo que la misma sinrazón que expulsara a su familia de Ucrania podría extender sus tentáculos a su país de acogida, Francia.

El asesinato, también en el mismo campo del horror, de su esposo, Michel Epstein –quien, en su desesperación por salvarla no dudaría en señalar a las autoridades algunos pasajes anticomunistas y antisemitas de la obra de Némirovsky- condenó a las hijas del matrimonio a una huida constante, de refugio en refugio, y aderezada con mil y una vivencias amargas, entre las que destaca el rechazo de la abuela materna, cuya complicada relación con la escritora ucraniana dejaría una fuerte impronta en su obra literaria.

Durante todo aquel largo viaje, Denise y Elisabeth Epstein cargaron las pocas pertenencias que quedaron de sus progenitores, entre ellas una maleta en cuyo interior se hallaba un manuscrito escrito por Némirovsky que no sería publicado hasta muchos años después, en 2004, convirtiéndose, de inmediato, en un éxito de ventas y en objeto de las más elogiosas reseñas por parte de la crítica especializada.

En aquel éxito contribuyó no solamente el excelso buen hacer de Némirovsky como narradora –su exquisita pluma se ha llegado a considerar, de hecho, a la misma altura que los grandes clásicos de la literatura rusa-, sino a su indiscutible valor histórico, al relatar con todo lujo de detalles la ocupación francesa en el momento en el que aquélla se estaba llevando a cabo.

Por todo ello, su tardía adaptación cinematográfica, de corte netamente clásico, como anticipa su tráiler de presentación, y con un reparto, en casi su totalidad, anglosajón, bien podría hacer recelar a más de un seguidor de la malograda escritora ucraniana.



Coproducida entre Reino Unido, Francia y Bélgica y dirigida por Saul Dibb, Suite francesa cuenta, de hecho, con ese sello inconfundible de las cuidadas series británicas, a saber, excelente ambientación, rigor histórico y un reparto de actores absolutamente acertados encarnando sus respectivos papeles.

Sin embargo, Suite francesa, aun contando con esa facturación puramente academicista, contiene otros ingredientes que justifican su visionado en las salas de cine. Entre aquéllos cabría destacar su excelente fotografía y banda sonora, la acertada decisión de Dibb por huir del dramatismo desaforado y optar por una intensa sobriedad narrativa –un ejercicio en absoluto fácil dado los hechos descritos-, la presencia de dos actrices titánicas –Michelle Williams y Kristin Scott Thomas-, y el fabuloso encaje entre los dramas personales y el momento histórico, haciéndose hincapié, además y sin el más mínimo viso partidista o aleccionador, de un hecho incontestable, la guerra no sólo saca lo peor y lo mejor del ser humano, sino, como ya apuntara el gran Erich Maria Remarque en su inmortal Sin novedad en el frente, divide a sus oponentes más por el lugar geográfico en el que el destino los ha situado que por ideologías enfrentadas.

A Suite francesa tan sólo podría reprochársele, de hecho, que en algunos momentos de su metraje se bordee el más puro cliché –las escenas de las bacanales del ejército vencedor o la caracterización un tanto maniquea de algún personaje secundario-, su previsibilidad narrativa y su ya aludido marcado clasicismo cinematográfico, si bien algunas escenas, como la llegada de los alemanes mientras los parroquianos se hallan en misa, resultan exquisitos bocados cinéfilos.

Film, en definitiva, de más que recomendable visionado, Suite francesa cuenta, además, con un excelente broche final, que, por supuesto, no revelaremos.



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