30 de septiembre de 2019

Muchachas bajo los árboles (1914)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos la semana con el pintor alemán August Macke (1887-1914).

Adscrito a la corriente del expresionismo alemán y miembro activo del Der Blaue Reiter (El jinete azul), un importante grupo de artistas del que también formaría parte Vasili Kandinski, Macke dejó para la posteridad, a pesar de su temprana muerte, un importante legado artístico.

Entre sus obras destaca Muchachas bajo los árboles, lienzo pintado en 1914 y hoy en poder de la Neue Pinakothek.

¡Feliz lunes! 


29 de septiembre de 2019

Tiempo lluvioso (1907)


Fuente: Wikipedia

Finalizamos la semana con el pintor alemán Julius von Ehren (1864-1944).

De origen humilde, Ehren logró forjarse como pintor gracias a su enorme y precoz talento, que le llevó a obtener una beca e ingresar en la Academia de Bellas Artes de Múnich.

Su adscripción a la corriente del post impresionismo no le hizo rico en vida, aunque poco antes de su muerte, el gobierno alemán, en reconocimiento a su labor artística, le concedió una pensión de honor que debía asegurar su manutención.

Tiempo lluvioso, obra realizada alrededor de 1907, es uno de sus más representativos trabajos. Hoy sólo puede contemplarse en internet, al obrar en poder de un coleccionista privado.

¡Feliz domingo! 


28 de septiembre de 2019

La familia de Leopoldo de la Toscana (1792)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el fin de semana con el pintor canadiense de origen alemán William Berczy (1744-1813).

Recordado especialmente por sus retratos y sus lienzos de temática religiosa, Berczy pasó buena parte de su vida en Europa, donde llegaría a exponer su obra en prestigiosas instituciones, como la británica Royal Academy. Con casi 50 años, Berczy emigraría a América del Norte, primero recalando en Estados Unidos y, más tarde, en Canadá, su país de adopción, donde hoy se le recuerda no sólo por su faceta como pintor, sino como la de pionero.

La familia de Leopoldo de la Toscana, una de sus más representativas obras, fue realizada alrededor de 1792 y, desgraciadamente, hoy se halla en paradero desconocido.

¡Feliz sábado! 


27 de septiembre de 2019

Joven bajo la lluvia (1880)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos al pintor belga Évariste Carpentier (1845-1922).

Artista en permanente evolución, Carpentier abrazó diferentes estilos artísticos y abordó temáticas variadas a lo largo de su vida.

Entre su profusa obra destaca Joven bajo la lluvia, lienzo pintado en 1880 y hoy el poder de un coleccionista privado.

¡Feliz viernes! 




26 de septiembre de 2019

Gatos y gorriones


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor coreano Byeon Sang-byeok (1392-1910).

Considerado como uno de los pintores más representativos de la Dinastía Joseon, Sang-byeok es especialmente recordado por sus retratos de personas y animales, especialmente gatos.

Gatos y gorriones, sin fecha exacta de realización, es uno de sus trabajos más representativos y hoy puede verse en el Museo Nacional de Corea, en Seúl.

¡Feliz jueves! 


25 de septiembre de 2019

El rey león


Fuerte: Wikipedia

Carente de buenos guiones, el cine de Hollywood lleva años, décadas, produciendo un sinfín de remakes de un buen número de largometrajes que, en su momento, contaron con el aplauso de la crítica y/o el público. Tampoco el cine americano independiente ni el europeo, aunque en mucha menor medida, han sido ajenos a esta tendencia creativa que sólo en muy contadas ocasiones ha dado lugar a obras verdaderamente remarcables y superiores al original en el que se inspiraron. 

El avance vertiginoso de las nuevas tecnologías no ha hecho más que incidir en esa tendencia a filmar de nuevo no ya clásicos, sino títulos relativamente recientes, especialmente la factoría Disney que, con su fino olfato comercial, ha sabido aprovechar al máximo una técnica que ha evolucionado de forma asombrosa en los últimos años, el live-action, que adapta en imagen real, ya sea con animales o personas, personajes de animación. No es casualidad, de hecho, que uno de los primeros filmes que la aplicaron, aunando en un mismo fotograma realidad y animación, fuera el ya mítico ¿Qué fue de Roger Rabbit?, estrenado hace más de tres décadas, en 1988, y producido, precisamente, por Touchstone Pictures, distribuidora de The Walt Disney Studios

Valiéndose de esa técnica, la mítica productora de animación norteamericana ha estrenado numerosos remakes de sus títulos más memorables, entre los que destacan 101 dálmatas (1999), Alicia en el país de las maravillas (2010), Cenicienta (2010), El libro de la selva (2017), Aladdin (2019), Dumbo (2019) y, cómo no, el título que hoy nos ocupa, El Rey León (2019).


Si bien con reminiscencias netamente hamletianas, El Rey León (1994) fue el primer título de Disney que no partía de una obra original. Su recibimiento fue tan aplaudido que el film acabaría contando, como algunos grandes clásicos, con su preceptivo musical, hoy representado, con gran éxito, en las más importantes capitales del teatro, Londres y Nueva York, y otras ciudades europeas, como Madrid.


Lejos del remake al uso, que suele recoger el legado del film en el que se inspira para actualizarlo e, incluso, reformularlo, El Rey León es casi una copia exacta del original de Disney estrenado en 1994. Y si bien esta fórmula no es nueva –Gus Van Sant hizo lo mismo con su controvertida revisión de un clásico en toda regla como Psicosis; mientras que Michael Haneke copió al milímetro su inquietante Funny Games para que la acabaran protagonizando actores anglosajones–, su elección para el presente film es cuestionable, por cuanto, más allá de ser una obra de incontestable belleza, no aporta nada nuevo al espectador que conoce el original estrenado en 1994 –a excepción del alargamiento de algunas escenas y la inclusión de un par de nuevas canciones en una banda sonora ya mítica.

Ahora bien, sería injusto no incidir en el plano estético de este film de apariencia hiperrealista, sustentada, como admite su director, Jon Favreau, en casi todas las tecnologías de vanguardia, lo que brinda al espectador una experiencia inigualable, con bellísimas y realistas escenas que, por su marco geográfico, remiten poderosamente a un clásico documental del National Geographic.

Ese mayor acierto, no obstante, se constituye también como el mayor lastre del film, pues el hiperrealismo aplicado a una historia concebida originalmente para el formato de animación tradicional resta dramatismo a los momentos más intensos de la historia, como la muerte de Mufasa o el enfrentamiento de Simba con su tío Scar.

En cualquier caso, El Rey León del siglo XXI, con su reverencial respeto hacia su fuente de inspiración original, su uso de las nuevas tecnologías, su inusual belleza, su mítica banda sonora y el trabajo de los actores que dan voces a unos personajes animados de un realismo portentoso, no dejará indiferente a los amantes del cine de gran formato; a los que amamos el film original nos hubiera gustado, sin embargo, una apuesta más audaz en su reinterpretación de este clásico de Disney.



24 de septiembre de 2019

Sospecha (1900)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos al pintor británico Herbert Williams Weekes (1864-1904).

Perteneciente a una familia de artistas, Weekes pasó la mayor parte de su vida en Londres, ciudad en la que expondría gran parte de su obra, adscrita al llamado neoclasicismo victoriano.

Sospecha, lienzo pintado hacia 1900, se halla hoy en poder de un coleccionista privado.

¡Feliz martes! 




23 de septiembre de 2019

Las modistas. Rue du Caire, París (1885-1886)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos la semana con el pintor francés Paul Signac (1863-1935).

Adscrito al movimiento artístico del neoimpresionismo, Signac ha pasado a la historia por el desarrollo de la técnica del puntillismo, de la que son deudoras la mayor parte de sus obras.

Las modistas. Rue du Caire, París (1885-1886) es uno de sus más famosos lienzos y hoy forma parte de la Fundación de la Colección E. G. Bührle.

¡Feliz lunes! 



22 de septiembre de 2019

Músico y niña (1900)


Fuente: Wikipedia

Finalizamos la semana de la mano del pintor armenio polaco Teodor Axentowicz (1859-1938).

Célebre en vida por su obra, Axentowicz vivió en diferentes países europeos hasta asentarse finalmente en Polonia, donde tendría un importante papel como defensor de las artes, llegando a convertirse, de hecho, en rector de la Academia de Bellas Artes de Cracovia.

Entre sus obras destaca Músico y niña (1900), hoy en poder de la Galería de Arte de Leópolis en Ucrania.

¡Feliz domingo! 




21 de septiembre de 2019

Azul y blanco (1896)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos a la pintora británica Louise Jopling (1943-1933).

Formada, como muchos artistas de su tiempo, en París, Jopling llegaría a alcanzar un notable éxito en vida, llegando a convertirse en la primera mujer admitida en la selecta Royal Society of British Artists.

Entre su obra destaca Azul y blanco, realizada en 1896 y hoy en poder de Lady Lever Art Gallery, emblemático espacio museístico fundado por la más joven de las hijas de la Reina Victoria.

¡Feliz sábado! 


20 de septiembre de 2019

Esperanza (1886)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor británico George Frederick Watts (1817-1904).

Adscrito a la corriente del simbolismo, Watts destacó desde muy joven en su profesión, llegando a convertirse en uno de los más afamados artistas de su tiempo.

Entre su obra destaca Esperanza, realizada en 1886 y hoy en poder de uno de los más importantes museos del mundo, la Tate Britain.

¡Feliz viernes! 


19 de septiembre de 2019

Madame Barbier-Walbonne (circa 1796)


Fuente: Wikipedia


Hoy recordamos al pintor francés François Gérard (1779-1837).

Trabajador incansable, Gérard llegaría a ser muy conocido en su tiempo por su maestría en el dominio de su profesión, lo que le llevaría a entrar en la corte y a convertirse en el pintor oficial de Luís XVIII.

Su obra, adscrita al estilo neoclásico, está compuesta por retratos muy célebres, como el de Madame Récamier –de la que ya habláramos en uno de nuestros posts– o el de Madame Barbier-Walbonne, otra de sus amistades. El precioso lienzo se halla en el Museo del Louvre.


¡Feliz jueves! 




18 de septiembre de 2019

La casa alemana


Booktrailer de La casa alemana

Enésimo fenómeno literario, La casa alemana se ha convertido en un libro de obligada lectura por abordar un tema aún hoy espinoso en la Alemania del siglo XXI, la era nazi y los crímenes a la humanidad en los que participó, por acción u omisión, buena parte de la sociedad alemana de la época.



Escrita por la guionista Annette Hess, La casa alemana se centra en el juicio iniciado en la ciudad de Frankfurt en 1963, casi dos décadas después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, contra veintidós antiguos mandos del tristemente célebre campo de concentración de Auschwitz, responsables directos de torturar y llevar a las cámaras de gas a miles de personas.



Uno de los mayores atractivos de esta novela radica, sin duda, en la propia temática abordada, un tema tan tabú en el país germano que pocos han sido los escritores que se han atrevido a plantear el papel que sus antepasados jugaron, individual y colectivamente, en aquella barbarie. Algo que, en parte, se entiende por un enorme sentimiento de culpa y vergüenza y también, y no menos importante, por el hecho de que, como apuntan historiadores como Johann Zilien, en muchas ciudades de la Alemania de la posguerra el porcentaje de jueces, fiscales y agentes de las fuerzas del orden que habían pertenecido al partido nazi llegó a ser altísimo. Una tesis en la que se sustenta la propia historia narrada por Hess, ya que los veintidós encausados de aquel juicio finalizado en 1965 no sólo habían llegado a integrarse por completo en la sociedad surgida de las cenizas de la guerra, sino que incluso habían adquirido en mayor o menor medida y, gracias en buena parte a sus profesiones liberales, una cierta respetabilidad.



A todo ello habría que añadir que las condenas de aquel proceso judicial fueron muy leves –de los veintidós acusados, sólo seis serían condenados a cadena perpetua. El motivo de aquella sentencia se debe a que ninguno de ellos fue juzgado por crímenes a la humanidad, en consonancia con el derecho internacional, sino según la ley alemana, que primaba la culpa individual, la cual, dada la política de destrucción de pruebas por parte de los nazis en los estertores de la guerra, resultaba, y aun hoy resulta, sumamente difícil de probar y se prestaba, además, a toda suerte de atenuantes por el hecho de que los acusados, asesorados por una común y cuestionable línea de defensa, alegaron que tan sólo cumplían órdenes.



Otro de los grandes aciertos de Hess radica en su profunda reflexión sobre el perdón y la culpa y, especialmente, el sentimiento de vergüenza y el silencio cómplice de la práctica totalidad de la sociedad, un tema que no le es ajeno a la escritora alemana, pues una de sus fuentes de inspiración, según ha admitido en diversas entrevistas promocionales, fue uno de sus abuelos, protagonista directo de aquella época, quien nunca jamás, al igual que muchos de sus coetáneos, habló del papel que entonces desempeñara en la contienda bélica, ya fuera por su participación activa o por su inacción ante aquella barbarie.



Lejos de caer en lo tremebundo, Hess apuesta por no hacer juicios de valor, obligando al lector a plantearse qué habría hecho de haber vivido en un escenario y un tiempo dominados por la sinrazón de un populismo que supo manipular como nadie, con sus grandes fastos y su apelación continua a una memoria colectiva magnificada, distorsionada e impregnada de falsedades, a un pueblo que, hasta la fecha, había sido considerado como el más culto de la tierra.



La casa alemana también resulta un libro de recomendada lectura por su retrato del papel de la mujer alemana de los años 60, todavía muy alejado de la emancipación que conocería una década después.



Sin embargo, y a pesar de todos sus aciertos, que no son pocos, La casa alemana se ve lastrada por el maniqueísmo con el que han sido construidos unos personajes que no están a la altura del mensaje de la historia en la que se hallan inmersos. A lo que habría que añadir la presencia de subtramas muy poco creíbles, como el trauma que condiciona una relación amorosa poco veraz o el aprendizaje del idioma polaco por parte de la protagonista –los lectores amantes de los idiomas lo entenderán perfectamente; y, no menos importante, un ritmo narrativo irregular en buena parte del relato.



17 de septiembre de 2019

Mandril en la jungla (1909)


Fuente: Wikipedia


Iniciamos el día con el pintor francés Henri Rousseau (1844-1910).

Ejemplo de superación, Rousseau no se iniciaría en la profesión que acabaría inmortalizándolo hasta pasados los cuarenta. Hasta entonces su vida profesional había estado ligada a trabajos muy alejados de su sensibilidad artística.

Su obra, adscrita al arte naïf, movimiento del que sería uno de sus mayores representantes, se halla hoy repartida en algunos de los más importantes centros museísticos de Europa y Estados Unidos. Mandril en la jungla, uno de sus trabajos más singulares, obra en poder, sin embargo, de un coleccionista privado.


¡Feliz martes! 



16 de septiembre de 2019

Ofrenda de verano (1911)


Fuente: Wikipedia

Tras un necesario descanso, regresamos con fuerzas renovadas y muchas ganas de trabajar. 

Para esta rentrée hemos escogido una obra de uno de nuestros pintores favoritos, Sir Lawrence Alma-Tadema (1836-1912).

Pintor de extraordinario talento, a quien ya dedicáramos uno de nuestros posts, Alma-Tadema paladeó las mieles del éxito en vida, dejando para la posteridad un enorme legado artístico, adscrito en su mayor parte a la corriente del neoclasicismo.

Ofrenda de verano (1911) es un magnífico ejemplo del indiscutible savoir faire de su autor y, a diferencia de otras obras suyas, se halla a disposición del público para ser admirada en un espacio museístico, concretamente el Brigham Young University Museum of Art, en Estados Unidos.

¡Feliz lunes! 


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