27 de septiembre de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...Tangram Project


Bienvenidos de nuevo a nuestra entrega semanal de El Investigador Cultural. Este viernes os presentamos a Tangram Project, una interesante y originalísima iniciativa artística y cultural que tiene por objetivo fomentar la difusión de nuevos talentos del ámbito de la fotografía y las letras.

Tangram Project se constituye, además, como un espacio virtual y colaborativo para los integrantes del proyecto: fotógrafos y escritores (prosistas o poetas).

Dos son las originales formas de participación que Tangram Project ofrece a sus usuarios:
  • Fotografía. Los profesionales del sector fotográfico pueden, en los plazos establecidos, remitir sus obras, que, posteriormente, podrán contemplarse en la página que Tangram Project tiene en Facebook. 
  • TextoUna vez expuestas las fotografías en el muro de la citada red social, los escritores y poetas que quieran formar parte del proyecto podrán escoger una de las instantáneas para confeccionar sus propias obras. Finalizado el plazo estipulado, los resultados, fruto mixto de la fusión de los llamados Tangrams –el trabajo individual de cada artista-, serán difundidos a través de las redes sociales en la que Tangram Project participa.
Os animamos a que echéis un vistazo al blog de tan interesante iniciativa cultural y artística y a participar en sus redes sociales (especialmente si os dedicáis a alguna de las disciplinas artísticas fomentadas por Tangram Project):

¡Buen fin de semana artístico y creativo!


24 de septiembre de 2013

La ciudad. Una obra asombrosa



Dotado pintor, dibujante y artista gráfico, Frans Masereel fue uno de los xilógrafos más destacados de su tiempo. Con una vida a caballo entre dos siglos y enmarcada en diferentes escenarios –su Flandes natal, Francia y Suiza, amén de estancias en Alemania e Inglaterra-, Masereel ilustró numerosos textos clásicos de literatos tan encumbrados como Víctor Hugo, León Tolstoi, Émile Zola o Oscar Wilde.

Frans Masereel es hoy recordado, no obstante, por su genuina producción artística, novelas gráficas carentes de palabras que ya en su tiempo merecieron encendidos elogios por parte de escritores de la talla de Hermann Hesse, Thomas Mann o Stefan Zweig, y que, posteriormente, seducirían e influirían notablemente la obra de historietistas tan reconocidos como Art Spielgelman o Will Eisner.

La ciudad es posiblemente la obra más conocida de Masereel y, sin duda, una de las más alabadas desde que fuera editada por primera vez en 1925. De hecho, y a pesar de no ceñirse al formato tradicional de la novela gráfica, fue considerada por Will Eisner como una de las obras más influyentes del Noveno Arte durante la pasada centuria. Una afirmación que, a posteriori, se ha visto refrendada por las alabanzas de historietistas como Paco Roca.


Más curiosa es, sin embargo, la relación de La ciudad con el Séptimo Arte, pues si bien la impronta del artista belga resulta clara en films tan emblemáticos como Metrópolis de Fritz Lang, la obra de Masereel también recibe claras influencias del expresionismo, movimiento cultural y artístico al que se adscribieron numerosos cineastas germanos como Robert Wiene o F.W. Murnau. De hecho, al lector cinéfilo no le resultará complicado hallar ecos de El gabinete del Doctor Caligari o Nosferatu en La ciudad, especialmente si pasa las páginas de esta obra a toda velocidad, como si de un folioscopio se tratase. Para comprobarlo, os dejamos este vídeo como aperitivo: 

Uno de los mayores atractivos de La ciudad, por otra parte, radica en su marcado carácter atemporal. Poco importa que los personajes de su bulliciosa y contaminada urbe vistan con ropajes de los años 20, pues sus preocupaciones, anhelos, alegrías y esperanzas son similares a los de los ciudadanos del siglo XXI. Además, y esto es lo más interesante, pues muestra buena parte del corpus intelectual de Masereel –pacifista convencido, antifascista declarado y simpatizante de los extintos soviets-, en La ciudad tiene un destacado protagonismo el componente social, arma que el artista belga empleó para, de manera incisiva, denunciar las enormes diferencias de clases; unas diferencias que se traducen en la ostentación insana y amoral de la opulencia de una minoría ajena por completo –por pura ingenuidad o, peor aún, indiferencia- a la lacra infame de la humanidad, la pobreza en todas sus manifestaciones.

La ciudad es, en definitiva, una obra sorprendente, de lectura más que recomendable, que, con un exquisito dibujo en blanco y negro y de trazo preciso y absolutamente elegante, regala al lector escenas de un realismo virtuoso y, en ocasiones, sumamente inquietantes o teñidas de una enorme tristeza –baste citar, en ese sentido, la lámina en la que un hombre intenta estrangular a una joven desnuda o la que muestra a una mujer enferma y ajada que, sin más compañía que la de su gato, parece hallarse en la antesala de la muerte, aunque el retrato que pende sobre el cabezal de su cama revela al lector la existencia de tiempos mejores y le recuerda un hecho tan incontestable como la fugacidad de la vida.

Para concluir, tan sólo mencionar la cuidada edición de Nórdica Libros –aunque un formato mayor de página hubiera sido preferible- y el acierto en la elección del papel estucado para reproducir unas láminas que, inspiradoras de mil y una historias, podrían pender en las paredes de los mejores museos del mundo.


20 de septiembre de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...El Arco de la Virgen-despacho cultural




Este viernes dedicamos nuestra atención a El Arco de la Virgen-despacho cultural, una asociación sin ánimo de lucro cuyo mayor objetivo es el de favorecer, a través del arte como eje vertebrador, el intercambio entre artistas y los vecinos del barrio del Raval en Barcelona.

El Arco de la Virgen-despacho cultural también tiene como misión promover la fusión de la investigación artística con diversas disciplinas artísticas y fomentar la concienciación de una cultura basada en la reutilización y reciclaje de objetos para crear un arte que se aleje del consumismo imperante en nuestra sociedad.

Con sede social en un local/galería ubicado en una de las zonas más populares y bulliciosas de la ciudad, esta asociación cultural persigue la consecución de sus objetivos mediante la programación de diversas actividades y eventos artísticos para sus socios, cuya cuota de afiliación se ajusta al simbólico precio de un euro anual.
Esas actividades y eventos se agrupan en:
A ello habría que añadir que El Arco de la Virgen-despacho cultural creó, en enero de 2012, el mercadillo El rastro de la Virgen  donde se vende arte reciclado, realizado con material de reciclaje y/o obras reutilizadas para ese fin.

Como siempre, os animamos a que echéis una ojeada a los enlaces proporcionados y a los que hacen referencia a su presencia en la Web 2.0:
¡Feliz fin de semana cultural y artístico!


17 de septiembre de 2013

La otra mecanógrafa. Una lectura envolvente



Durante trece años, de 1920 a 1933, estuvo vigente en Estados Unidos la controvertida Ley Seca, una normativa que, escudándose en un cuestionable ideario moralista, prohibía la venta de bebidas alcohólicas.

Lejos de lograr su cometido, la promulgación de esta ley tuvo como resultado la proliferación de locales y tugurios ilegales que se abrían y cerraban al ritmo de las redadas policiales acometidas por las comisarias de todo el país. Esas operaciones no sólo habrían de inflar el presupuesto público, sino que desbordaron de trabajo a todo el personal del cuerpo de policía.

En la Nueva York de 1922, en una de aquellas comisarías, trabaja la anodina Rose, una joven criada en un orfanato cuya vida tomará un rumbo inusitado cuando conozca a la moderna, misteriosa y seductora Odalie, la nueva mecanógrafa contratada para aligerar el ingente volumen de trabajo al que Rose y el resto de sus compañeras deben hacer frente.

La neoyorkina Suzanne Rindell, estudiante de un doctorado en literatura, ha partido de este argumento y marco histórico para realizar su aclamado debut como novelista. De hecho, La otra mecanógrafa no sólo cuenta con el beneplácito de buena parte de la crítica anglosajona, sino que su éxito en ventas ya se ha traducido en la génesis de un proyecto cinematográfico que contará con la cada vez más cotizada Keira Knightley.


Tan fulgurante éxito halla su explicación en la calidad literaria de la obra de Rindell, una autora que, aún nobel, se sirve, sin artificios, de una rica y elegante prosa para, de manera sumamente envolvente, sumergir al lector en una historia cuajada de misterio y con un carácter marcadamente ambiguo que se va acentuando a medida que la historia avanza.

En esa ambigüedad pesa sobremanera la opción de Rindell por narrar su relato en primera persona -prescindiendo así del extendido uso del narrador omnisciente- y su férrea voluntad de desgranar en entrelíneas la historia subyacente de la principal trama de su novela, lo que inevitablemente recuerda el estilo narrativo de autores con plumas tan sutiles y exquisitas como las de Henry James o Edith Wharton. De hecho, La otra mecanógrafa está repleta de pasajes que dejan intuir información inquietante y reveladora tras hechos aparentemente inocuos, lo que, además, incide positivamente en un rico retrato de unos personajes que, en su mayor parte, muestran una gran hondura psicológica.

Rindell, por otro lado, logra una ambientación espacial y temporal tan visual que no resulta difícil retrotraerse en el tiempo para rememorar los albores del cine y, a medida que se avanza en la narración, evocar aquellos films ya clásicos del cine negro americano que iban a empezar a rodarse en la década de los 30 y 40, ya dejados atrás aquellos llamados felices años veinte, cuyo abrupto final vino marcado por el Crack del 29.

No obstante, y a pesar de sus innegables aciertos, La otra mecanógrafa resulta tremendamente estereotipada en algunos de los pasajes protagonizados por Odalie –cuya descripción de femme fatale bordea, cuando no cae, el más consabido cliché; aunque siempre se podría alegar que el suyo es un retrato totalmente subjetivo, a cargo de Rose, la narradora de la historia. A ello habría que añadir, por último, que el final de la obra de Rindell, se antoja sumamente precipitado y, aunque se presta a variadas lecturas, parece obedecer más bien a las prisas por concluir un relato cuya conclusión parece desconocer hasta la propia autora.

En cualquier caso, al lector que se decida a leer La otra mecanógrafa le espera una lectura envolvente y ¡adictiva!


13 de septiembre de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...Incubarte Festival Internacional de Arte




Dedicamos el presente post al VI Incubarte Festival Internacional de Arte, organizado por la asociación Incubarte y punto de encuentro para artistas y ciudadanos. 

Este festival valenciano volcado en las artes plásticas y visuales se celebra cada año en otoño y su principal objetivo radica en la investigación, la promoción y la difusión de nuevas tendencias artísticas en diversas disciplinas -Pintura, Escultura, Instalación, Fotografía, Videoarte, Performance, Pintura Mural y Mapping-, aunque se priman aquellos proyectos que aboguen por la interdisciplinariedad.

Incubarte Festival Internacional de Arte también tiene como objetivo poner en contacto a los artistas seleccionados –los creadores- con los profesionales del sector –los galeristas.

En todas sus ediciones, el festival ha promocionado tanto a artistas valencianos como a los procedentes del resto de la península y del mundo, lo que ha favorecido su expansión mediática, a nivel nacional e internacional, e incidido en que Valencia se convierta en un centro activo del arte contemporáneo internacional.

En esta sexta edición, como en la anterior, diferentes espacios, públicos y privados, de la capital valenciana –concretamente de la Ciutat Vella- albergarán exposiciones, proyecciones de vídeo y actividades varias.

Podéis encontrar más información del festival en su página web y en sus perfiles en las más potentes redes sociales, Facebook Twitter.

Animándoos a que echéis una ojeada a los enlaces proporcionados, os deseamos un feliz fin de semana cultural.


10 de septiembre de 2013

Quinta da Regaleira. Incursión en un mundo surrealista

Dedicado a nuestra abuela, a nuestra iaia Paca, cuya valentía ha sido, es y será siempre un ejemplo para nosotras. 

Te queremos.

Autor: Un Mundo Cultural
Conjunto arquitectónico atípico, Quinta da Regaleira es, sin duda alguna, uno de los mayores atractivos turísticos de Sintra, una localidad portuguesa próxima a Lisboa que, gracias a su enorme legado histórico y artístico, fue declarada en 1995 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Propiedad del Ayuntamiento de Sintra desde el año 1997, Quinta da Regaleira se ha convertido, además, en el escenario privilegiado de diversas actividades culturales y artísticas.

El gran interés que despierta este singular conjunto arquitectónico se debe a su concepción netamente surrealista, deudora de diversos estilos –románico, gótico, renacentista y, especialmente, manuelino- y a una simbología con alusiones, más o menos manifiestas, a símbolos relacionados con la masonería, la alquimia, los caballeros templarios y los de la orden de la Rosacruz.

La gestación de semejante universo onírico y misterioso es obra de António Carvalho Monteiro, coleccionista y reconocido bibliófilo de origen brasileño, al que la prensa de su tiempo calificó de altruista y excéntrico y cuyos coetáneos le adjudicaron el apodo de Monteiro de los Millones, en clara referencia a la fortuna amasada por su familia en Brasil con el negocio del café y las piedras preciosas.

No obstante, y sin restar ni un ápice a la labor de Carvalho Monteiro, la construcción de Quinta da Regaleira –cuyas obras se llevaron a cabo entre 1904 y 1910- no sólo debe su fama y reconocimiento a la portentosa imaginación del cultivado y rico hombre de negocios brasileño que en el año 1892 comprara la finca a los barones Regaleria, sino también al hombre que éste contratara para dar forma material a su sueño, el arquitecto, pintor y escenógrafo Luigi Manini.

Gracias al trabajo de ambos, Quinta da Regaleira ofrece a sus visitantes una auténtica incursión a un mundo onírico, surrealista y misterioso, compuesto por un palacio también declarado Patrimonio Mundial por la Unesco –y cuyas ricas estancias, por cierto, poco tienen que ver con la suntuosidad de la moda versallesca de la que hacen gala numerosos palacios europeos-, una curiosa capilla, un parque mágico –salpicado con estatuas, jardines de ensueño, lagos, cuevas subterráneas e, incluso, una cascada- y el llamado pozo iniciático, al que se accede a través de pasajes subterráneos –se recomienda ir provistos con una linterna o una app que cumpla esa función - y que conduce, a través de nueve rellanos dispuestos en espiral, a un suelo coronado con una cruz templaria y la rosa de los vientos.

Autor: Un Mundo Cultural
El ambiente onírico y misterioso de Quinta da Regaleria se ve secundado, además, por el propio clima de la ciudad de Sintra, muy frecuentemente coronada con una espesa niebla, y por el precioso paseo, de un verde exuberante, que lleva hasta la entrada principal del complejo.

La accesible ubicación de Quinta da Regaleira –a tan sólo 10 minutos a pie desde el centro de Sintra- y su moderado precio –6 euros, que incluyen, además, un detalladísimo plano- son todo un incentivo para acceder a un lugar cuya visita difícilmente dejará indiferente a nadie.


6 de septiembre de 2013

El Investigador Cultural propone hoy a...InsICC





Después de unas merecidas vacaciones, El Investigador Cultural regresa con renovadas fuerzas para seguir descubriendo interesantes e innovadoras iniciativas culturales.

El invitado de esta semana es InsICC (Instituto Superior de Industrias Culturales y Creativas), una entidad que, consciente de la importancia creciente de las industrias creativas y culturales en la economía y el producto interior bruto, promueve el desarrollo de nuevas competencias profesionales a la par que aboga por empresas del sector. De hecho, y tal como se especifica en su sección “Fundamentación-Metas”, la principal misión del Instituto es “potenciar y mejorar la capacitación y competencia de los profesionales y empresas de las ICC mediante programas de promoción, asesoramiento, formación, investigación y difusión”. 

InsICC divide así su esfera de acción en las siguientes áreas:
InsICC, además, articula sus líneas de actuación a través la: PromociónAsesoramientoFormaciónInvestigación y Difusión. 

Finalmente habría que destacar que el Instituto Superior de Industrias Culturales y Creativas está plenamente visible en la Web 2.0:
Animándoos a visitar los enlaces proporcionados, nos despedimos deseándoos un feliz fin de semana cultural.

3 de septiembre de 2013

Elysium. Cine de acción con mensaje social



Siglo XXII. La Tierra se ha convertido en un lugar prácticamente inhóspito en el que, sin embargo, reside el mayor y más desfavorecido segmento de la población mundial. No muy lejos de allí, visible desde el planeta azul, se encuentra la estación espacial Elysium, auténtico paraíso para unos pocos y fortaleza inexpugnable para el resto de la humanidad.

Neill Blomkamp, que hace unos años sorprendiera con su deslumbrante debut cinematográfico -Distrito 9-, ha partido de tan sugerente argumento para embarcarse en su segunda incursión como guionista y director y, como ya hiciera en su opera prima, ha vuelto a valerse de elementos del pasado y presente para describir un futuro con tintes claramente apocalípticos.

En esta ocasión, consecuencia lógica del éxito cosechado por Distrito 9, Blomkamp ha contado con un presupuesto más que holgado y su Elysium, plenamente inscrita en la maquinaria hollywoodiense, no está exenta de los más manidos ingredientes comerciales, aunque su excelente factura y su crítica social justifican su visionado.

Muy posiblemente, el mayor acierto de Elysium radica en el empeño de su director y guionista por incidir, a lo largo de todo el metraje, en las inhumanas leyes de inmigración de la estación espacial y, sobre todo, en la ausencia, en la Tierra, de un derecho tan básico como el de la asistencia sanitaria –especialmente interesantes resultan en ese sentido las escenas finales del film-, lo que se traduce en un mensaje de fondo que va algo más allá de una edulcorada y complaciente crítica social. Una crítica del sistema que también resulta interesante por la lectura –o lecturas- que se deriva del planteamiento de un golpe de estado pergeñado a raíz de la confrontación de dos posicionamientos no ajenos a nuestra más inmediata realidad, la postura belicista y, casi siempre, cargada de prejuicios y esa otra ceñida, con más o menos tino, a los postulados de lo políticamente correcto.

Otro aspecto sumamente sugerente del planteamiento de Blomkamp radica en cómo se plasma en el largometraje la bipolarización de la sociedad haciendo hincapié en el elemento lingüístico. Así, mientras en el degradado planeta azul se habla casi por igual castellano e inglés –de hecho, se podría afirmar que Elysium es un film casi bilingüe-, los habitantes de la privilegiada estación espacial se valen del inglés para su vida profesional y acuden al francés en su esfera privada, lo que remite al espectador a épocas pasadas –especialmente a la Rusia del XIX-, cuando diversas monarquías y noblezas europeas utilizaban la lengua de Voltaire como elemento distintivo de clase.

No se puede dejar de mencionar, por otra parte, la espléndida factura de un film que cuenta con hermosos planos, acertada banda sonora y, sobre todo, reminiscencias de la obra que le precede, como el estilo casi de documental –con paleta de apagados colores- que Blomkamp utiliza como contrapunto al luminoso mundo de Elysium, que, si bien artificial, luce tan hermoso como antaño lo hiciera el planeta que ahora explota para su propia subsistencia.


Lamentablemente, el peso del presupuesto condiciona el resultado final de Elysium, cuyo trepidante ritmo narrativo va diluyéndose a medida que su metraje va acercándose a una conclusión sumamente previsible. A ello habría que añadir, además, la linealidad de unos personajes demasiado arquetípicos y un uso excesivo de la violencia, que, por cierto, se presta a una lectura perversa al plantearse como la única forma de subvertir un sistema injusto que ha retrotraído a la sociedad a épocas pretéritas, aquéllas en las que las desigualdades se convirtieron en el caldo del cultivo donde se gestarían los procesos revolucionarios que cambiarían el mundo pero que irían aparejados a auténticos baños de sangre


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