31 de mayo de 2016

Broadchurch. Primera temporada



Hace unos años, la primera temporada de la serie británica Broadchurch se hacía con varios premios Bafta, los más codiciados de la filmografía británica y, sin duda, unos de los más prestigiosos del mundo. Aquellos galardones suponían el colofón a una emisión que había supuesto récords de audiencia. Su éxito en su país de origen fue tal que la serie no tardó en exportase a otros países, incluido Estados Unidos, donde ya se ha realizado el preceptivo remake, que, si bien cuenta con el mismo actor protagonista, David Tennant, queda muy lejos de la calidad artística del original en el que se inspira.

Sorprendentemente, Broadchurch no contó con un recibimiento parecido por estos lares. Su estreno en una cadena privada no captó, de hecho, la audiencia esperada –lo que explicaría por qué no se han adquirido los derechos de distribución de la segunda temporada– y fue, en general, acogida con tibieza por parte de la crítica, llegando a cosechar, incluso, alguna que otra reseña negativa.

Tras descubrir recientemente esta joyita televisiva –gracias a la inestimable recomendación de una amiga–, no podríamos menos que disentir con esa indiferencia hacia una serie que reúne lo mejor de la ficción televisiva británica –que no es poco, por cierto– y algunos elementos, visuales y narrativos, que la entroncan con las tan bien facturadas series televisivas escandinavas rodadas en los últimos tiempos –especialmente danesas– e, incluso, con el gran clásico televisivo de los años 90 del pasado siglo, que supuso un antes y un después en la historia de la pequeña pantalla, Twin Peaks.


Articulada en torno a una trama en apariencia manida –el misterioso asesinato de un niño en una localidad del norte de Inglaterra acabará convulsionando a toda una comunidad y sacando a la luz verdades muy incómodas–, Broadchurch cuenta con un muy elaborado guion en el que prima tanto el suspense por descubrir la identidad del asesino como la hondura psicológica de sus personajes, presentada gracias a subtramas muy cuidadas en las que pesa más el silencio que las palabras. Y si bien en el desarrollo del guion se emplean los ingredientes más recurrentes del género de suspense servido en la gran y pequeña pantalla –falsas pistas, personajes con muchos secretos, sospechosos casi todos y con pasado, en algunos casos, más que turbio–, Broadchurch resulta creíble desde el primer momento; y en ello no sólo influye la magnífica labor de sus guionistas, sino el increíble papel de sus actores, igualmente magníficos todos ellos y sin excepción, lo que demuestra, una vez más, que en el terreno interpretativo la cinematografía británica es absolutamente imbatible.
A ello habría que añadir la inclusión de algunas logradísimas escenas desde el punto de vista cinematográfico –que, en algunos casos, remiten poderosamente a la estética de la hoy tan en boga filmografía escandinava y a la ya aludida serie de David Lynch– y una banda sonora original y, a su manera, sumamente pegadiza.

El final de la serie –servido en el octavo capítulo y que, por supuesto, no desvelaremos– es, además, de esos que hacen historia, por un inesperado y logrado desenlace en el que todas las piezas del intrincadísimo puzle acaban encajando a la perfección, amén de vertebrarse de manera brillante con los temas a los que se hace una alusión constante a lo largo de todos los episodios –como la frontera entre el amor más precoz y la siempre execrable pedofilia o el enorme poder de una prensa carroñera, que, perdidos ya los valores que sustentan la existencia del periodismo, vive al servicio del espectáculo y de las ventas.

Serie, en definitiva, destinada a los paladares más exigentes, Broadchurch demuestra que la pequeña pantalla aún puede deparar alguna sorpresa, aunque muchas veces deba optarse por la compra de DVDs o la apuesta por portales legales de distribución audiovisual para poder disfrutar de series tan fantásticas como ésta y, por ende, con tan poca cabida en unos canales, privados o públicos, en los que, salvo honrosas excepciones, la programación basura reina a sus anchas desde hace años.




27 de mayo de 2016

El Investigador Cultural propone hoy a...Éufrates Revista de Historia





El Investigador Cultural presta esta semana su atención a Éufrates Revista de Historia, un proyecto que, gestionado por tres graduados en Geografía e Historia por la Universidad Pablo de Olavide, tiene como principales objetivos:
Animar a los recién graduados en esta disciplina a publicar artículos en su espacio web.  
Animar a los lectores de la revista a estudiar historia y/o ayudar a los que ya estén cursando estos estudios con herramientas y consejos para elaborar trabajos académicos y de investigación.

Para poder llevar a cabo su cometido, la revista se estructura en los siguientes apartados:


Historiasección organizada a su vez en:


Reseñas y Bibliografías sobre diferentes temáticas 

Noticias (Conferencias, Exposiciones, Publicaciones e Historia en los medios)

Estudiar HistoriaEspacio destinado a ayudar a los nuevos historiadores ofreciéndoles consejos sobre: Nuevas Tecnologías, Metodología y Herramientas


La revista cuenta, además, con una fuerte presencia en la Web 2.0 gracias a sus perfiles en las principales redes sociales:


Como siempre hacemos todos los viernes, también hoy os animamos a consultar los enlaces proporcionados.



¡Feliz fin de semana cultural!





24 de mayo de 2016

Exposiciones que esta semana pueden verse en París






Para los que tengan la oportunidad de estar estos días en París, os destacamos algunas interesantes exposiciones.

Comenzamos con…


'El sueño' (1910) de Henri Rousseau 
Desde el pasado 22 de marzo puede visitarse en el Musée d’Orsay la exposición Le Douanier Rousseau. L'innocence archaïque, una muestra que reúne una selección de las grandes obras maestras de pintor Henri Rousseau, artista autodidacta y a caballo entre varios géneros que inició su carrera a una edad muy tardía pero al que, sin embargo, se le considera uno de los padres del arte moderno.
Lugar: Musée d’Orsay
Fechas: hasta el 17 de julio de 2016




Además de ser uno de los escenarios más famosos en el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, la provincia francesa de la Normandía, con su belleza inigualable, atrajo como un imán a pintores tan notables como Gauguin, Degas, Monet o Renoir, quienes facturaron allí algunas de sus obras paisajísticas más recordadas.
L’atelier en plein air analiza la importancia de esta región como fuente de inspiración de una nueva corriente, el impresionismo.
Lugar: Musée Jacquemart-André
Fechas: hasta el 25 de julio de 2016





Persona es una exposición que reúne más de 200 piezas artísticas, procedentes de todos los rincones del mundo y de épocas muy diferentes, que muestra la pasión del ser humano por dotar de humanidad a los objetos inanimados.
Lugar: Musée du Quai Branly
Fechas: hasta el 13 de noviembre de 2016
La Maison de Victor Hugo alberga en la actualidad Les Hugo, Une Famille d'Artistes, una muy interesante exposición en la que se muestra que el famoso escritor galo no fue el único artista de su familia, sino que, por el contrario, su entorno propició de manera decisiva que él se convirtiera en uno de los genios de las letras francesas.
Lugar: La Maison de Victor Hugo
Fechas: hasta el 18 de septiembre de 2016
Y finalizamos con Picasso. Sculptures, una interesante exposición dedicada a la obra escultórica del gran artista malagueño.
Lugar: Musée Picasso Paris
Fechas: hasta el 31 de julio de 2016












20 de mayo de 2016

El Investigador Cultural propone hoy a...Escenario cultural






El Investigador Cultural centra esta semana su atención en Escenario Cultural, un proyecto educativo gestado en Chile y volcado en la difusión de la cultura y del patrimonio cultural.

Creado por dos profesionales del mundo de la literatura, Escenario Cultural tiene como principal cometido difundir propuestas artísticas y culturales, tanto tradicionales como vanguardistas, y convertirse, a partir de su formato de plataforma educativa online, en un espacio de diálogo para artistas, lectores y personas asociadas al proyecto. Escenario Cultural persigue, además, objetivos específicos que pueden hallarse agrupados en su carta de presentación, ¿Qué es Escenario Cultural?.

Para poder lograr todos esos objetivos, la plataforma se estructura en torno a tres ejes fundamentales, tal y como constan en su página web:

1.- Publicación de contenidos referidos a la cultura. Tanto sobre artistas y sus obras, pero también expandido a oficios/obras patrimoniales, folclore, cultura popular y otras manifestaciones afines. Las publicaciones están asociadas a un formato de periodismo y turismo cultural. Además buscamos que este medio genere retroalimentación entre sus seguidores o usuarios. 

2.- Talleres y cursos online y presenciales para distintas edades. Al compartir conocimientos culturales/literarios se genera una expansión en la educación y diálogo entre diferentes pueblos y ciudades. 

3.- A mediano plazo se espera consolidar la tercera parte del proyecto a partir del material, redes y contactos generados, para posibilitar un espacio de cooperación y comunicación entre diferentes artistas, agentes culturales o público que participe, comparta o comunique la cultura. Lo esencial del concepto de cultura es el de cultivar el espíritu humano y sus facultades intelectuales, espirituales y corporales.

Desde su página web podemos acceder a los diferentes apartados que son: 

- En la ruta

  
Noticias 


Y, como no podía ser menos en un proyecto de esta envergadura, Escenario Cultural está muy presente en las redes sociales gracias a sus perfiles en:



Antes de despedirnos hasta el próximo viernes, no podemos menos que recomendaros echar un vistazo a los enlaces proporcionados.



¡Buen fin de semana cultural!





17 de mayo de 2016

Palazzo Grimani


El Palazzo Grimani di San Luca, Canaletto, 1756. Fuente: National Gallery de Londres

Situado a los pies del Gran Canal, muy próximo al Puente de Rialto y accesible por una de las numerosas callejuelas de ensueño que forman parte del trazado urbanístico veneciano, el Palazzo Grimani esconde, tras su imponente fachada renacentista, joyas de inapreciable valor artístico.

De hecho, y si bien en la actualidad el palacio alberga interesantes y sucesivas exposiciones temporales, en su visita pesa más, para los amantes del arte y, sobre todo, de la historia, su fabuloso interior, decorado con impresionantes frescos del siglo XVI.

Los orígenes del edificio se remontan, sin embargo, a dos siglos antes, concretamente al año 1300, cuando se erigieron sus cimientos. El edificio actual fue empezado a construir, no obstante, a partir de 1556 por el arquitecto veronés Micheli Sanmicheli por encargo de Gerolamo Grimani, patriarca de una muy famosa familia de mecenas.

Sala de la Tribuna

Hoy día el palazzo está considerado como la gran obra del maestro de Verona, aunque Sanmicheli no llegara a verla terminada. De hecho, el celebrado arquitecto tan sólo pudo concluir la planta baja y parte de la principal. Su sucesor en el cargo fue Guglielmo dei Grigi, más conocido como il Bergamasco, que acometió las obras a partir de 1561 y finalizó la parte superior del edificio.

Las últimas intervenciones del edificio se llevarían a cabo por Giovanni Antonio Rusconi entre 1572 y 1576, año en el que el palacio fuera inaugurado con gran bombo y platillo. Más de dos décadas después, en 1597, el palacio alcanzaría una gran fama por toda Europa por albergar la coronación de la dogaressa Morosina Morosini, esposa del dux Marini Grimani y hoy recordada por, entre otras cosas, su labor como mecenas del famoso encaje de Burano.

El palacio que, durante centurias permaneció en poder de la familia Grimani, pasó a convertirse en 1806 en la sede de la Dirección de Correos y, años más tarde y en el mismo siglo, en la del Tribunal de Apelación.

Detalle del techo de la Stanza dei fogliami

Posteriormente, el 20 de diciembre de 2008 abría sus puertas el museo del palazzo, lo que ha permitido a los cientos, miles, de visitantes que desde entonces han accedido a su interior, contemplar esa extraña a la par que fascinante combinación entre elementos toscanos y romanos inmersos en un ambiente netamente veneciano. Entre las joyas del espacio museístico cabría destacar su patio, único en Venecia, su imponente escalera y, especialmente, sus pinturas decorativas, cuya contemplación sumerge al visitante en un mundo de ensueño.

Techo de la escalera principal

Edificio único, en definitiva, por su historia, valor arquitectónico y por las obras artísticas en él albergadas, el Palazzo Grimani, si bien puede verse opacado por la magnificencia de la ciudad de la que forma parte –cobijo de innumerables joyas artísticas y arquitectónicas de todo tipo–, es una cita ineludible para todo amante del arte y la cultura. Su visita brinda, además, la oportunidad de pasear por uno de los más bellos barrios de Venecia, el Castello, zona en la que pueden hallarse multitud de joyas arquitectónicas, entre las que destacan sus numerosas iglesias, especialmente la catedral del Zanípolo, el Museo Naval o el Arsenale, un famoso astillero del siglo XII que hoy, reconvertido en espacio cultural y museístico, alberga diferentes eventos y exposiciones.





13 de mayo de 2016

El Investigador Cultural propone hoy a...Artopía



El Investigador Cultural de esta semana presta su atención a Artopía, una interesante iniciativa volcada en la difusión de la cultura.

Asociación cultural sin ánimo de lucro integrada por profesionales procedentes del mundo del arte, de la arquitectura y del periodismo, Artopía tiene como principal objetivo –tal y como aparece en el apartado Conócenos de su página web– dar a conocer el Patrimonio Histórico Artístico y la Historia del Arte, ahondando en sus diferentes épocas y creadores, así como en todas sus formas de expresión.

Para lograr este objetivo, Artopía diseña y programa toda una serie de actividades, como:

  • Visitas GuiadasOrganización de visitas a diferentes actividades expositivas llevadas a cabo en Madrid. En la web de la asociación se pueden consultar las realizadas durante el  curso 2015-2016.
  • Viajes. Escapadas a diferentes lugares de la geografía española, como Peñafiel, Pastrana o Recópolis.
  • Clases ofrecidas en el aula de la Escuela AIL Formación.

Todas estas actividades se recogen en un calendario.  

Para finalizar, os destacamos que también podéis encontrar esta asociación cultural en estas redes sociales:


Os animamos a echar un vistazo a los enlaces mencionados y a qué tengáis un gran fin de semana cultural.





10 de mayo de 2016

Ramon Casas. La vida moderna





Hace unas semanas anunciábamos una exposición a la que muy difícilmente ningún amante de la cultura y el arte podría resistirse, Ramon Casas. La vida moderna. Albergada por el Museu del Modernisme, esta muestra rinde tributo al polifacético artista y figura clave del modernismo catalán en el marco de los fastos que conmemoran los 150 años de su nacimiento.

Exquisita en su puesta en escena, la exposición cuenta con 130 obras –40 óleos, 60 dibujos y 30 carteles– procedentes del propio fondo del museo y de diversas colecciones privadas o pertenecientes a otras instituciones culturales y espacios museísticos. Y si bien no se exponen las que quizás sean las obras más recordadas de Casas, el conjunto de la muestra resulta revelador por cuanto da testimonio del excelso savoir faire del artista catalán como dibujante, cartelista, pintor y afamado retratista, amén de su innegable labor como cronista de una sociedad en plena ebullición, la de la Barcelona de las primeras décadas del siglo XX.

La exposición, que también incluye imágenes de archivo, objetos relacionados con el artista catalán, una de aquellas bicicletas de ruedas gigantes que Casas inmortalizaría con sus pinceles e, incluso, uno de sus cinco vehículos –un Delaunay-Belleville 28 HP, de 1906, fabricado por encargo–, se halla sabiamente distribuida en dos plantas y se articula en torno a dos ejes, uno cronológico y el otro temático.

Autorretrato, en 1908
El eje cronológico muestra la evolución de un dibujante virtuoso –capaz de realizar un boceto en escasos minutos– que, más tarde, valiéndose de la pintura, llegaría a convertirse en un aclamado retratista, detallista al máximo –como han demostrado estudios recientes de su obra–, que supo captar a la perfección toda expresión del rostro humano sin olvidar el resto de los elementos que formaron parte de sus obras, en apariencia más desdibujados, etéreos en algunos casos, pero también dotados de una poderosa fuerza visual, capaz de retener la atención del observador durante minutos. Antes, sin embargo, de ejecutar algunos de sus más logradísimos retratos, con los que inmortalizaría a muchos de sus más famosos coetáneos, Casas ya dio muestras de su enorme talento a una muy temprana edad; un ejemplo de ello sería su impresionante Entrada a la plaza de toros de Madrid, una obra de grandes dimensiones que Casas pintó con tan sólo 20 años de edad.

Ramon Casas velocipedista (1889) de Santiago Rusiñol. Colección Banco Sabadell
Vertebrándose con el cronológico, el eje temático muestra la obra de Casas dividida por secciones según los temas que aquél abordara a lo largo de su carrera, como escenas de la vida cotidiana, sus ya aludidos retratos, el universo femenino –centrado especialmente en su colección de chulas y manolas y su musa, amante y posterior esposa, Julia–, sus viajes a París, sus trabajos para publicaciones literarias y artísticas –como Pèl i ploma, de la que fuera cofundador– y, sobre todo, sus ilustraciones publicitarias, que incluyen carteles en los que se anunciaban marcas todavía hoy conocidas, como Anís del Mono o Codorniu. Mención aparte merece la pasión de Casas por el mundo del ciclismo y el automovilismo, a los que dedicó algunos de sus más recordados trabajos y que propiciaron que su amigo Santiago Rusiñol lo inmortalizara en un retrato que, por su realismo y por el atuendo y actitud de Casas posando, resulta sorprendentemente actual.

La publicación Pèl i Ploma en el ARCA: archivo de revistas catalanas antiguas 

La muestra, a la que tan sólo podría achacársele una quizá demasiado tenue iluminación en la planta inferior –que dificulta la lectura de las cartelas– y ciertos impedimentos arquitectónicos –que no permiten contemplar debidamente algunas de las obras expuestas–, resulta, en definitiva, una visita obligada para los amantes del arte no sólo por su contenido, sino por su despliegue, que incluye las dosis justas de información para poder contextualizar cada obra y se articula en torno a un recorrido expositivo que, a pesar de hallarse repartido en dos plantas, no resulta en absoluto difícil de seguir.





6 de mayo de 2016

El Investigador Cultural propone hoy a...Revista cultural LaCharca




El Investigador Cultural de esta semana presta su atención a un, como siempre, interesante proyecto, la Revista cultural LaCharca, dirigida por un grupo de profesionales procedentes de diferentes campos del sector de la cultura y cuyos perfiles pueden consultarse en el apartado, Nuestro Equipo.
  
En sus redes sociales, esta publicación se define como revista cultural sobre arte y poesía emergente, perspectivas de género, y nuevas narrativas que partan de las transformaciones sociales. Sus objetivos, todos ellos enumerados en su página web, serían los siguientes:

  • Descubrir y crear nuevas narrativas que partan del arte y las transformaciones sociales. 
  • Analizar el trabajo que se realiza en espacios museísticos, destacando también algunas exposiciones, y prestando especial atención a los discursos artísticos más innovadores.
  • Ofrecer una plataforma de difusión para artistas y colectivos emergentes, así como jóvenes escritores con mayor proyección. Tal como aparece en este aparatado, seleccionamos y publicamos sus mejores trabajos, y establecemos colaboraciones con otros colectivos para darlos a conocer ampliamente.

La Revista cultural LaCharca se publica cuatro veces al año –cada una de ellas correspondiente a una estación– y su suscripción es gratuita para cualquier usuario. Además, todos sus números  se pueden encontrar en plataforma ISSU. Su último número, el de primavera 2016, lo hallaréis en la plataforma Joomag.

Los  contenidos de la revista son variados:

Difusión de artistas emergentes
Perspectivas de género y cómo se abordan las cuestiones de género desde el arte 
Nuevos escritores: poesía y microrrelatos
Cultura visual
Exposiciones y museos
Agenda cultural
Narrativas culturales 


La revista anima, además, a colaborar, de diferentes maneras, a cualquier lector interesado en ello. En su apartado  ¿Quieres colaborar?  se explica cómo hacerlo.

Finalmente, y como no podía ser menos, la Revista cultural LaCharca está muy presente en las redes sociales a través de sus perfiles en:

Twitter  

No nos despedimos sin antes animaros a echar una ojeada a su página web y a los diferentes números publicados hasta la fecha.


¡Buen fin de semana cultural!




3 de mayo de 2016

Kew Gardens


Palm House
Visita imprescindible no sólo para los amantes de la naturaleza, en especial de la botánica, sino para los del arte, los Kew Gardens no son precisamente el enclave turístico que mayor interés suscita entre los visitantes de la capital británica, y eso a pesar de que en 2003 fueron incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y hoy son considerados como un importante centro de investigación.

Lejos del centro de Londres y opacados quizá por la magnificencia de una ciudad eminentemente cultural –rebosante de museos de primer orden que se valen con éxito de las más modernas tecnologías para dar a conocer su fondo; sorprendentes galerías de arte, independientes y vanguardistas; o algunos de los teatros más emblemáticos de Europa–, los Kew Gardens, quizá por su precio un tanto elevado –aunque los usuarios del tren pueden obtener la entrada por la mitad– o su austera construcción exterior –que poco o nada hace intuir que tras sus muros se halla una impresionante zona verde, de 121 hectáreas y repleta de sorpresas–, no suelen contar con hordas de turistas, lo que no puede menos que agradecerse.

Considerados como el jardín botánico más rico del mundo, los Kew Gardens empezaron a gestarse en el siglo XVIII a partir de un jardín exótico perteneciente a Kew House, la propiedad de Lord Capel de Tewkesbury. Con el devenir de los años, célebres personajes de la nobleza y realeza británica ampliaron la extensión de aquel jardín, construyendo además numerosos edificios a su alrededor, entre los que destaca la famosa pagoda china, que en el actualidad es, de hecho, uno de los mayores reclamos de los Kew Gardens.

Pagoda
Ya en el siglo XIX, los jardines recibirían la denominación oficial de Jardín Botánico Nacional, erigiéndose poco después, en 1848, la Palm House, una imponente construcción de hierro forjado e impresionante cúpula de cristal que en la actualidad alberga una importantísima muestra de plantas tropicales clasificadas según su lugar de procedencia.

Interior de Palm House 
Además de la Palm House, la visita a los Kew Gardens permite acceder a otros puntos de sumo interés, como el Princess of Wales Conservatory –que alberga plantas de diez zonas climáticas diferentes–; el Temperate House –considerado como el invernadero victoriano más grande del mundo–; el Rizhotron –un impresionante sendero a 18 metros de altura que, tras subir unas escaleras o ascender mediante un ascensor, permite ver de cerca las copas de los árboles; o el Kew Palace –el palacio que llegó a convertirse en residencia real y que hoy alberga, entre otras curiosidades, la casa de muñecas de la reina Isabel.

Kew Palace
A todo ello habría que añadir que los Kew Gardens cuentan con varios restaurantes entre los que destaca la Orangerie, un magnífico espacio que, con sus grandes ventanales, sus impresionantes vistas y sus estatuas de corte clásico –distribuidas en diversos puntos de su gran superficie–, retrotrae a los visitantes a otro tiempo, ofreciendo, además, un más que sabroso menú a un precio más que aceptable.

El visitante que quiera acercarse a estos magníficos jardines debe asumir, sin embargo, que su trayecto en metro desde el centro de la ciudad no será breve. No obstante, el tranquilo paseo desde la parada de metro hasta la principal puerta de acceso de los Kew Gardens permite conocer uno de los barrios más bonitos de Londres, Richmond.





Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...