7 de julio de 2019

Lozna. Casa del pueblo (1908)


Fuente: Wikipedia

Tal día como hoy, en 1887, nacía en Vitebsk, Bielorrusia, uno de los pintores más interesantes del siglo XX, Marc Chagall (1887-1985).

En nuestra última entrada del verano, le recordamos con una de sus más bellas obras, Lozna. Casa del pueblo, trabajo realizado en 1908 y hoy en poder de la Tretyakov Gallery.

Si queréis conocer mejor la obra de este pintor, os recomendamos una visita al fantástico Museo Marc-Chagall en Niza, al cual dedicáramos, por cierto, una noticia el pasado mes de enero.

¡Feliz domingo y feliz verano! ¡En septiembre regresaremos con fuerzas renovadas! 




6 de julio de 2019

Mujer con un león (1919)


Fuente: Wikipedia

Damos inicio al fin de semana de la mano del pintor francés Émile Friant (1863-1932).

Artista precoz, Friant empezó a exponer su obra con tan sólo 15 años. No mucho después se trasladaría a París, donde alcanzaría gran fama.

Entre su trabajo, de corte realista, destaca Mujer con un león, realizada en 1919 y hoy en poder de un coleccionista privado.

¡Feliz sábado! 



5 de julio de 2019

El sueño


Fuente: Wikipedia

Iniciamos el día con el pintor francés Gustave Courbet (1819-1877).

Considerado como el fundador del realismo, Courbet destacó en su tiempo por el verismo conferido a los múltiples cuadros de desnudos que hoy engrosan su valioso legado artístico.

Entre aquéllos destaca, por las lecturas que se derivan de su contemplación y, sin duda, por la maestría del pintor en su ejecución, El sueño, realizado en 1866 y hoy albergado –que no mostrado al público, sin embargo– en el parisino Petit Palais.

¡Feliz viernes! 


4 de julio de 2019

La inundación. Pintor copiando un cuadro en el Museo del Louvre (1910)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos al pintor francés Louis Béroud (1852-1930).

Artista precoz, Béroud empezaría, con tan sólo 21 años, a exponer su obra en el emblemático Salón de París.

De corte realista, gran parte de su producción artística sería ambientada y facturada en el propio Museo del Louvre. Ejemplo de ello es su magnífica La inundación. Pintor copiando un cuadro en el Museo del Louvre, realizada en 1910. A pesar de su temática, esta obra no se halla, sin embargo, ni en el magnífico museo parisino ni en espacio museístico alguno, pues forma parte de una colección privada. Afortunadamente, a los amantes del arte siempre nos quedará Internet.

¡Feliz jueves! 




3 de julio de 2019

Rocketman



Trufado de clichés, el biopic es muy posiblemente uno de los géneros cinematográficos más clásicos en su estructura y desarrollo narrativo. Por ello, un film basado en la vida y obra de un artista todavía vivo no parece, a priori, que vaya a convertirse en un largometraje de culto, sino más bien en un producto de consumo rápido, sin ningún otro cometido que el de satisfacer a las legiones de los más devotos fans del homenajeado, máxime cuando éste ha participado activamente en la producción del film.

Rocketman, centrado en el auge y caída ¡momentánea! de Elton John es, por el contrario, todo un hallazgo cinematográfico que, aun siendo fiel a los ingredientes más comunes del género biográfico, depara no pocas sorpresas al espectador sibarita, independientemente del agrado que pueda merecerle el músico británico.


La dirección del film ha corrido a cargo de Dexter Fletcher, un actor que conoció cierto reconocimiento entre el público joven de la España de la década de los noventa por su papel protagonista en la serie La pandilla plumilla y que ha acabado especializándose en la dirección de musicales. De hecho, fue precisamente Fletcher quien se hiciera cargo de la celebrada Bohemian Rhapsody tras el despido de su director.

Articulada a base de flashbacks, Rocketman sigue los pasos de Reginald Kenneth Dwight, más tarde conocido con el nombre artístico de Elton John, desde su infancia en el seno de una familia desestructurada hasta su caída en los infiernos tras recorrer un largo camino de abusos de sustancias varias y adicción al sexo.

Esa espiral de autodestrucción se va desgranando en el film mediante una increíble sucesión de números musicales, tan brillantemente coreografiados que evocan, sin desmerecer un ápice, a los espectáculos clásicos de Broadway y del West End londinense.

Rocketman, además, destaca por haber sabido integrar en el guion algunos de los grandes éxitos de Elton John, que sirven al director para retratar diferentes situaciones y estados de ánimo de su principal protagonista, lo que obliga a sus actores a cantar. Esa fórmula brinda escenas brillantes, como la que describe uno de los momentos más dramáticos de la infancia del músico inglés y en la que intervienen la siempre increíble Bryce Dallas Howard –en el papel de madre del artista– y la inigualable Phyllida Law –interpretando a su abuela.

Sin embargo, lejos de sucumbir al dramatismo desaforado que muchas veces, demasiadas, conllevan las historias de autodestrucción y posterior redención, Rocketman destaca por su original formato y por saber combinar, sin que las costuras se noten demasiado, música con fantasía desbordante –como no podía ser menos en un film dedicado a un maestro del glam tan ostentoso–, con un punto de realismo mágico que casa a la perfección con el tono del film.

Sería injusto, no obstante, no mencionar otros puntos fuertes de este largometraje que, por lo ya descrito, se constituye como una rara avis. Entre esos elementos cabría destacar el increíble diseño de producción, con una paleta cromática de las que permanecen en la retina por mucho tiempo, y un cuidadísimo vestuario, especialmente el lucido por el principal protagonista, que es una recreación exacta de algunos de los modelos más estrambóticos que Elton John ha lucido a lo largo de su carrera artística.

Sin embargo, si hay algo en lo que Rocketman brilla por encima de todo y enriquece el conjunto de la obra es, sin duda, la portentosa interpretación de todo su plantel de actores, especialmente, y por el peso de su personaje, del increíble Taron Egerton, que consigue meterse tanto en la piel del artista británico que, tras haber visionado el film, al espectador le va a costar distinguirlo del siempre único Elton John.


2 de julio de 2019

Autorretrato en la Villa Médicis (1817)


Fuente: Wikipedia

Hoy recordamos al pintor francés Léon Cogniet (1794-1880).

Adscrito a las corrientes del romanticismo y del neoclasicismo en sucesivas etapas creativas, Cogniet es especialmente recordado por la temática histórica y retratista de sus obras.

Entre esas últimas se encuentra su conocido Autorretrato en la Villa Médicis, realizado en 1817 y hoy en poder del Cleveland Museum of Art.

¡Feliz martes! 


1 de julio de 2019

Los cosechadores (1892)


Fuente: Wikipedia

Iniciamos la semana con el pintor francés Charles Angrand (1854-1926).

Gran amigo de George Pierre Seurat –considerado como el creador del neoimpresionismo–Angrand adscribió la mayor parte de su obra a esa corriente artística, llegando a ser, junto con Seurat y otros celebrados pintores, uno de los fundadores del Salon des Indépendants.

Los cosechadores (1892), que hoy puede contemplarse en el Museum of Fine Arts Houston, es, sin duda, una de las obras más famosas de Angrand.

¡Feliz lunes! 




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