12 de diciembre de 2011

El Ilusionista. Tragedia tras las bambalinas



Puede ser que el tráiler y la carátula del film francés El Ilusionista induzcan a pensar que nos hallamos ante una película de animación cualquiera que pugna por competir, cual David contra Goliat, por una porción de la cuota de mercado que ocupan las grandes majors del sector de la animación cinematográfica, Disney y Pixar. Pero no, la última obra del dibujante Sylvain Chomet es algo más y su destinatario es un público más adulto que el fidelizado por las factorías citadas.

Para elaborar esta película, Chomet partió de una historia original del fallecido cineasta Jacques Tati; y para ello contó con la inestimable ayuda de la hija de aquél, que se encargó de recuperar del olvido la historia que su progenitor escribiera muchos años atrás (se recomienda estar atentos al broche de oro con el que concluye esta obra y que es el particular agradecimiento de Chomet a la hija de Tati).

El film se ambienta en las postrimerías del los años 50, en un momento en el que los artistas de las bambalinas empiezan a perder el favor de un público que se rinde a los pies de los nuevos ídolos musicales que van a dar una nueva dimensión al fenómeno de los fans. Prueba de ello lo constituye la escena, toda una loa a la concisión narrativa, en la que un cuarteto de músicos (¿un trasunto de los Beattles, quizá?) es aplaudido sin cesar por unas jovencitas vociferantes que ocupan buena parte del plano.


El Ilusionista es, en definitiva, una recreación de la tragedia del artista, de su difícil supervivencia en un mundo cambiante que ha empezado a darle la espalda. Y en esa recreación no se ahorran las escenas duras, como la del payaso que está a punto de suicidarse, la del ventrílocuo vencido y mendigando en la calle, o los planos del muñeco de éste, puesto a la venta en el escaparate de una tienda y al que nadie quiere llevar a su casa, a pesar de que su precio se rebaje varias veces.

Sin embargo, que nadie se lleve a engaño. Chomet huye por completo de lo tremebundo y sensiblero valiéndose de una exquisita melancolía, de algunas escenas llenas de humor y, sobre todo, de unos dibujos absolutamente bellos y provistos de gran realismo en sus expresiones (sin apenas palabras, pues se trata de un film prácticamente mudo) y movimientos, al son de una bella banda sonora, también obra de este virtuoso dibujante.

A los amantes de Tati no les resultará difícil identificar al mago Tatischeff (apellido real del cineasta galo) con el personaje más famoso del director, Mr. Hulot. De hecho, una de las mejores escenas del film resulta de la combinación entre imagen real y dibujo, cuando el mago entra por error en un cine donde se proyecta uno de los films de Tati en los que Hulot es el máximo protagonista, Mi tío.

Finalmente, cabe destacar la magnífica recreación de escenarios (París, Londres y Escocia), especialmente el plano aéreo de Edimburgo, que parece más una toma fotográfica, de puro realismo, que obra de un dibujante.

El Ilusionista sólo tiene una pega, sus escasísimos 79 minutos, que saben a bien poco. Esperemos que Chomet nos regale pronto una joyita a la altura de la presente.

4 comentaris:

  1. Hace tiempo que tengo pendiente esta película. ¿Ya ha llegado a nuestro país? El director ya me dejó boquiabierto con "Las trillizas de Belleville". Una película prácticamente muda pero que te transporta a otro mundo de una manera increíble.

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  2. Hola, la verdad es que sí ha llegado a España, al menos a Barcelona, donde desgraciadamente sólo la proyecta un cine, aunque, eso sí, en versión original (acabo de comprobar también que en Madrid sólo se emite en Boadilla del Monte).
    El Ilusionista también es prácticamente muda y, la verdad, una auténtica joya de visión obligada. Espero que puedas verla y disfrutarla.
    Saludos y gracias por tu comentario :-)

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  3. Estupenda crónica. No tuve la oportunidad de verla cuando se estrenó. Tengo la sensción de que sólo llegó a cines muy escogidos de las grandes ciudades.
    Por cierto, hay que estar atentos a la B.S.O de esta película. Todavía no la escuche, pero me da en la nariz que va a ser una joyita.
    Un saludo.

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  4. Tuve la fortuna de verla en la filmoteca de mi ciudad. Una película de las que ya no se hacen, que trata temas de los que ya no se habla, sobre vidas que ya no son; destinada a un mercado que no la puede ver. Que curioso..

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