El triunfo del color. Una exposición absolutamente recomendable

Folleto de la exposición

El pasado mes de abril los medios de comunicación se hacían eco del cierre de la Fundación Francisco Godia, todo un referente del coleccionismo privado en España y, al parecer, ahora víctima colateral de los problemas económicos que acucian a su impulsora, Liliana Godia, quien, no por casualidad, tiempo antes de la clausura, vendió en subasta algunas de las joyas con las que su padre había nutrido su asombrosa colección artística.

Para alivio de los amantes del arte, sin embargo, la sede que desde el año 2008 venía ocupando la Fundación Francisco Godia –en la Casa Garriga Nogués- ha pasado a manos –en régimen de alquiler- de la Fundación Mapfre, que abrió sus puertas el pasado 10 de octubre con El triunfo del color, una de esas exposiciones no sólo recomendables por su espléndido contenido, sino por su monumental continente, ya que el edificio que la alberga, diseñado por el arquitecto Enric Sagnier, es, sin duda alguna, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura modernista catalana, lo que comportó que fuera catalogado en 1990 como Bien de Interés Cultural.

El triunfo del color es, además, la primera de las muchas exposiciones que la Fundación Mapfre mostrará en la Ciudad Condal a lo largo de los próximos años, pues, como sus responsables han apuntado, tres serán las muestras que anualmente se exhibirán en su sede, una dedicada a la pintura y las restantes a la fotografía.

Con 72 obras procedentes del Musée d’Orsay y el Musée de l'Orangerie y firmadas por pintores de la talla de Seurat, Matisse, Monet o Toulouse Lautrec, entre muchos otros, El triunfo del color ofrece a sus visitantes la oportunidad de observar muy de cerca obras tan archiconocidas como el Autorretrato de Vincent Van Gogh o Las mujeres de Tahití de Paul Gauguin.

Presentación de la exposición. Fundación Mapfre

Ambiciosa por su contenido y puesta en escena, la primera exposición de la Fundación Mapfre pretende explicar, tal y como su comisario, Pablo Jiménez Burillo, apuntara en su presentación, cómo el uso del color acabaría transformando la pintura del siglo XX, convirtiéndose en la herramienta fundamental que habría de permitir la transición del impresionismo a la pintura de vanguardia. En pos de ese objetivo, la exposición se halla dividida en cuatro secciones: El color científico; El centro misterioso del pensamiento; Gauguin y la escuela de Pont-Aven; Los nabis, profetas del nuevo arte y el color en libertad.

Fascinante en su recorrido, que comprende dos plantas del edificio, El triunfo del color cuenta con un excelente diseño expositivo en el que, como no podía ser menos dada la temática abordada, el uso de los colores juega un importantísimo papel. Así, se ha acondicionado cada espacio expositivo con un color diferente, de tono oscuro y a juego con las cartelas que acompañan las obras, y una iluminación tenue que invita a los visitantes a una pausada contemplación.

Las Mujeres de Tahití de Paul Gauguin
Fuente: The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der Malerei

No obstante, y si bien magnífica en su contenido y despliegue, El triunfo del color presenta algunos puntos negativos que, sin llegar a desmerecer su incuestionable valor, opacan un tanto su gran puesta en escena. Entre esos desaciertos cabría destacar el tamaño de los contenidos de las cartelas –inaceptable para quienes padezcan de hipermetropía-; el hecho de que ningún título cuente con una traducción –ya sea en catalán, castellano o, incluso, inglés- y se haya optado por mantenerlos todos en francés; o la, en ocasiones, muy desacertada opción del color de las citas plasmadas en las paredes de las salas –en algunos momentos, el nulo contraste entre los colores de las letras y el fondo de la pared dificultan sobremanera la lectura.

En cualquier caso, y por todo lo que antecede, El triunfo del color es una exposición absolutamente recomendable que se podrá visitar, de manera gratuita, hasta el próximo 10 de enero.