Fuente y autor: Teatre Apolo |
Recientemente reconocida como la mejor escritora británica de novela negra, Agatha Christie fue, a diferencia de otros muchos autores hoy consagrados, profeta en su tierra y en su época, cosechando en vida un éxito continuado que dio pie a que su voluminosa obra se tradujera a numerosos idiomas y se trasladara a diversos formatos, como el cine, la televisión y el teatro y, más recientemente, el cómic, los videojuegos e, incluso, los dibujos animados.
Si bien entre esas adaptaciones se cuentan obras de inestimable valor artístico –baste citar, por ejemplo, films como Testigo de cargo (Willy Wilder) o Asesinato en el Orient Express (Sidney Lumet)-, ninguna ha conseguido un éxito tan apabullante como el de La Ratonera, una pieza teatral que lleva más de seis décadas representándose ininterrumpidamente en el West End londinense.
Escrita y estrenada en 1952, La Ratonera no se contaba entre las obras preferidas de su autora, pero su inmediato éxito en los escenarios londinenses la convirtió en todo un clásico teatral que muy rápidamente traspasó fronteras y empezó a representarse en otros países.
Estrenada en Madrid por primera vez en 1954, La Ratonera nunca, hasta ahora, había sido representada en la Ciudad Condal. Afortunadamente, y tras larga espera para los incondicionales de la autora británica, hace escasas semanas, la exitosa obra teatral iniciaba su andadura barcelonesa en el Teatre Apolo.
Ambientada en los años cuarenta del pasado siglo, poco después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, La Ratonera narra la historia de ocho personajes atrapados, durante un temporal de nieve, en un pequeño y recién estrenado hotel. La sorpresiva llegada de uno de ellos, un policía que cree estar convencido de que entre los huéspedes se hallan un asesino y su víctima, sumirá a los protagonistas en un malsano ambiente de sospechas, desconfianza y miedo.
Rodada en dos actos, con dos únicas escenas y un solo escenario, esta adaptación de La Ratonera cuenta una acertadísima iluminación, un comedido uso de la música –una partitura especialmente inquietante-, una excelente escenografía y diseño de vestuario, un plantel de actores absolutamente brillantes en sus respectivos papeles y, por supuesto, el magnífico savoir faire de un director escénico de la talla de Víctor Conde, artífice de otras exitosas adaptaciones teatrales, como, por ejemplo, Los Miserables.
La sabia combinación de esos excelsos ingredientes consigue no sólo retrotraer en el tiempo al espectador, sino captar a la perfección la esencia de la novelas de Agatha Christie, aquellas elaboradas tramas que, construidas cual complicados puzles de múltiples piezas y perfecto encaje, atrapaban -¡y atrapan!- al lector desde la primera a las últimas páginas, en las que, invariablemente, se revelaban los móviles e identidad del asesino.
A pesar de que el teatro no parece ser, de entrada, el mejor formato para escenificar una novela negra, La Ratonera es, indiscutiblemente, un intenso, inquietante e inteligente thriller que difícilmente dejará impasible a ningún espectador, especialmente aquellos que crecieron devorando las ediciones en rústica de la Editorial Molino, que, en su momento, publicó en castellano la casi totalidad de las más de ochenta obras escritas por la autora británica.
Como último apunte cabría señalar la original ambientación que el Teatre Apolo ha ideado en su hall y que incluye la disposición de algunos originales elementos como una antigua máquina de escribir, un famoso retrato de Agatha Christie, el cártel con el elenco original de La Ratonera o una ficha técnica con formato de diario.
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