Migrant Mother, 1936 by Dorothea Lange |
Como ya hiciera John Steinbeck mediante su prodigiosa pluma, Dorothea Lange utilizó la fotografía como medio para documentar los estragos causados por la llamada Gran Depresión, convirtiéndose, como el genial escritor, en una excepcional cronista de ese período histórico.
Considerada como una de las mejores documentalistas gráficas de su país, Lange nacía en Hoboken (Nueva Jersey) un 25 de mayo de 1895. Unas secuelas permanentes en su pierna derecha – consecuencia de una poliomielitis contraída a los seis años – y el ulterior abandono de su padre – de cuyo apellido, Nutzhorn, prescindió para siempre –incidieron, sin duda, en la forma de ser de una mujer adelantada a su tiempo, que, desoyendo a quienes le recomendaban una carrera como maestra, optó por inscribirse en 1917 en la escuela fotográfica Clarence White.
Tan sólo dos años después, en 1919, Dorothea Lange abriría en San Francisco el que habría de convertirse en un rentable estudio fotográfico y se casaría con el pintor Maynard Dixon. Sin embargo, con la irrupción de una de las peores crisis económicas que ha sufrido Estados Unidos, Lange optó por dejar su estudio y retratar los muchos rostros, de desempleados y vagabundos, que empezaron a llenar las calles de su ciudad.
Su labor atrajo la atención de la Farm Security Administration, una institución federal que, enmarcada en la política del New Deal, tenía como máximo cometido implementar modelos de campamentos agrícolas que obraran como refugio para los numerosísimos desempleados que llegaban a California huyendo de la miseria.
Migrant Worker, 1936 by Dorothea Lange |
Lange estuvo trabajando con la FSA durante cinco años y, en ese período, conoció a quien se convertiría en su segundo marido, Paul Schuster Taylor – profesor de Economía en la Universidad de California -, con quien publicaría A American Exodus. A Record of Human Erosion, un trabajo que documentaba el éxodo a California de miles de americanos – y también mexicanos- en busca de mejores oportunidades.
A pesar de sufrir el llamado síndrome de la post poliomielitis, Dorothea Lange prácticamente nunca estuvo inactiva y, además de viajar incansablemente, a su savoir faire también se deben algunas de las mejores instantáneas de un episodio muy poco edificante de la historia norteamericana, el confinamiento en campos de concentración, durante la Segunda Guerra Mundial, de cientos de ciudadanos estadounidenses de origen japonés, considerados entonces como una suerte de quinta columna.
Evacuees of Japan Awaiting Turn for Baggage Inspection upon Arrival at Assembly Center During WWII by Dorothea Lange |
Poco antes de su fallecimiento en 1965, como consecuencia de un cáncer, Dorothea Lange había podido ver expuesta su obra en el MOMA, aunque su reconocimiento definitivo se ha consolidado con el paso del tiempo, especialmente a partir de una exposición que, llevada a cabo por el Whitney Museum en 1970, incluyó algunas de las más impactantes imágenes de aquellos campos de concentración norteamericanos.
Precursora de todo un estilo de crónica fotográfica, resulta innegable que Dorothea Lange fue una artista – aunque ella jamás se considerara como tal – de una sensibilidad especial e impregnada por una profunda conciencia social, como dan fe esas instantáneas, desprovistas de sensiblerías y artificios, que muestran los rostros del dolor ocasionado por las penurias económicas y las injusticias sociales. Penurias a las que hubo de hacer frente la protagonista de su obra más conocida - Migrant mother- , cuyo retrato confirmaría lo que Lange solía decir con respecto su principal herramienta de trabajo, la cámara es un instrumento que enseña a la gente cómo ver sin la cámara.
Migrant Mother, 1936 by Dorothea Lange una de mis fotos favoritas.
ResponderEliminarFue imagen de mi Facebook.
Francesca