6 de noviembre de 2019

Visitando la frontera entre las dos Coreas

Autor: Un Mundo Cultural

País fascinante, Corea del Sur tiene en Seúl uno de sus mayores atractivos. De hecho, poco o nada tiene que envidiar esta gran megalópolis a la otra gran capital de Asia Oriental, Tokio. Y es que Seúl, rebosante de historia y contrastes, ofrece atractivos similares a los de la capital nipona y, difícilmente, con su combinación de rabiosa modernidad con tradición y naturaleza, dejará indiferente a ningún viajero occidental.

Seúl, además, se halla muy cerca de la frontera con Corea del Norte, por lo que si visitáis esta capital os recomendamos una excursión a la zona, que sólo puede realizarse, no obstante, mediante agencia, ya que el acceso a la llamada DMZ, la zona desmilitarizada –aunque, paradójicamente, sea la más militarizada del mundo–, cuenta, como es lógico, con muchísimas restricciones.

Entre las agencias que ofrecen este tour, destaca Koridoor Tours, ya que es uno de los operadores que cuentan con el itinerario más completo. Ahora bien, y debido a la gran demanda, las reservas deben realizarse con mucho tiempo de antelación. Una vez inscritos, tras haber facilitado los datos del pasaporte, la confirmación definitiva se hace esperar. En nuestro caso sólo se produjo 48 horas antes del inicio del tour.

Además de ser muy rigurosos en cuanto la documentación –no se puede acceder a la DMZ sin el pasaporte en vigor–, Koridoor también advierte a sus clientes sobre el atuendo adecuado a llevar durante el tour, lo que no es absoluto una cuestión baladí, especialmente en verano, pues está terminantemente prohibido mostrar las rodillas, los hombros y los dedos de los pies.

El punto de inicio del recorrido parte de las oficinas de Koridoor en Seúl, de donde parten los autobuses que llevan a los visitantes al que es considerado como uno de los puntos más calientes del planeta. La primera parada del autobús es la estación de tren de Dorasan, un proyecto fallido de acercamiento entre las dos Coreas. Inaugurada en 2007, la estación sólo estuvo en activo un año. Hoy se puede acceder a los andenes, previo pago de un billete con destino a Pyongyang, la capital de Corea del Norte, en el que es posible estampar los sellos de ambos países. 

Moderna y desértica. La estación de tren de Dorasan
Autor: Un Mundo Cultural

La estación está preparada para unir las capitales de las dos Coreas
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Un innegable deseo de unificación
Autor: Un Mundo Cultural

Billete simbólico con los sellos de ambos países
Autor: Un Mundo Cultural

La visita sigue en el Campo Bonifas, puesto militar de las Naciones Unidas al que se accede una vez comprobada la documentación por parte de oficiales del ejército estadounidense allí destacados. Tras ello, y también escoltados por oficiales norteamericanos, los visitantes pueden entrar en el JSA Visitor Center. Allí, tras firmar un documento en el que se advierte de que nadie se hace responsable de producirse algún incidente, se puede visionar un emotivo documental sobre la historia reciente de las dos Coreas.

La visita al JSA, el Área de Seguridad Conjunta, es sin ningún género de duda una de los puntos más interesantes del recorrido y en el que realmente puede sentirse la tensión entre ambos países –de hecho, está terminantemente prohibido hacer ningún tipo de gesto dirigido a las instalaciones o a los soldados norcoreanos. En ese punto del tour no sólo puede verse el Puente del No Retorno, donde se intercambiaban prisioneros durante la guerra, u observar el imponente edificio norcoreano fuertemente vigilado por soldados que controlan, fuera y dentro del recinto, los movimientos de los visitantes, sino acceder a uno de los barracones azules, erigidos sobre el suelo de ambos países. En esos barracones, lugar de reuniones, se puede pisar suelo norcoreano, pero no acceder a la puerta, fuertemente custodiada por un soldado americano, que da al lado norcoreano.

Los famosos barracones azules. Al fondo, Corea del Norte
Autor: Un Mundo Cultural

La línea divisoria entre ambas Coreas que puede contemplarse desde las ventanas de los barracones
Autor: Un Mundo Cultural

Tras una pausa para degustar la siempre deliciosa cocina coreana, la visita prosigue en el Observatorio de Dora, que permite ver, mediante prismáticos, el llamado Pueblo de la Propaganda, una villa construida con el fin de mostrar la opulencia norcoreana. El pueblo, que se halla vacío, también se construyó para competir con el que se encuentra en la zona desmilitarizada de Corea del Sur, en el que vive un reducido grupo de ciudadanos que, por sus condiciones de vida absolutamente excepcionales, cuentan con importantes ventajas concedidas por el gobierno de su país.

Vistas desde el Observatorio de Dora
Autor: Un Mundo Cultural

El tour concluye con la visita al Tercer Túnel de Infiltración, un intento fallido, por parte de Corea del Norte, para invadir su país vecino.

Las ansias de reconciliación se plasman en este documento ubicado en la zona del Tercer Túnel de Infiltración
Autor: Un Mundo Cultural

Si os gusta la historia y tenéis la oportunidad de visitar Seúl, ésta es una excursión que no deberíais perderos.




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